Gran regresó a casa a las 11 p.m., exhausto después de otro día de entrenamiento y batallas. La casa estaba en silencio y oscura, lo que le hizo pensar que Clara y Granada ya estaban durmiendo. A pesar de estar herido en el brazo izquierdo, la herida no parecía grave, así que se vendó rápidamente el brazo para evitar mayores complicaciones.
Entró con cuidado en la casa, tratando de no hacer ruido para no despertar a nadie. Caminó despacio hacia su habitación compartida con Granada, y al abrir la puerta vio que Granada estaba profundamente dormido. La habitación estaba en calma, y la luz de la luna que entraba por la ventana iluminaba suavemente la figura de Granada en la cama.
Gran se acercó y, con movimientos cuidadosos, se desvistió para no despertar a Granada. Después, se acomodó en su lado de la cama, sin querer molestar a su hermano menor. Aunque estaba cansado y con dolor, se sentía aliviado al estar en casa y cerca de su familia.
Gran se quedó mirando a Granada por un momento, admirando la determinación de su hermano menor. Sabía cuánto había trabajado y practicado para seguir sus pasos, y eso le daba una mezcla de orgullo y preocupación.
A pesar del cansancio, Gran no podía dormir de inmediato. Su mente estaba llena de pensamientos sobre el futuro, sobre sus próximos pasos en la lucha por la independencia y sobre cómo proteger a su familia. Sabía que el camino no sería fácil, pero estaba decidido a seguir adelante por ellos.
Mientras tanto, Granada seguía durmiendo tranquilamente, ajeno a los pensamientos de su hermano. La noche transcurrió en paz, con Gran eventualmente encontrando el descanso que necesitaba.
Mientras tanto, en la casa de Perú y Río, la noche estaba tranquila. Perú estaba profundamente dormida, acurrucada en la cama, exhausta por el día. Sin embargo, Río no podía dormir. Su mente estaba agitada, llena de preguntas y preocupaciones sobre el futuro.
Río se sentó en la cama, mirando las sombras proyectadas por la luz de la luna que entraba por la ventana. Pensaba en Gran y en su reciente conversación. Gran había mencionado su deseo de independizarse, y Río no podía evitar preguntarse si estaba tomando la decisión correcta. El desafío de enfrentarse al Imperio Español era enorme, y Río se preocupaba por cómo su amigo podría manejarlo.
Se preguntaba si Gran realmente estaba preparado para las dificultades que se avecinaban. Sabía que Gran tenía una gran determinación y habilidades, pero también sabía lo peligroso que podía ser luchar contra un imperio. Río temía por su seguridad y por la posibilidad de que pudiera salir herido o incluso perder la vida en el proceso.
Además, Río se cuestionaba si, de ser necesario, él podría ayudar a Gran en su lucha. Se sentía limitado por sus propias heridas y las dificultades que enfrentaba. A pesar de su deseo de apoyar a Gran, sentía que había muchas cosas que estaban fuera de su control.
Río se inclinó hacia adelante, apoyando la cabeza en las manos mientras trataba de despejar sus pensamientos. Pensaba en cómo podría ayudar, cómo podría encontrar una manera de apoyar a Gran sin poner en riesgo su propia seguridad y la de Perú.
Mientras Río seguía pensando, el sueño lentamente empezó a hacerse presente. Sabía que tenía que encontrar una forma de ayudar a Gran y de enfrentar sus propios miedos. Aunque la preocupación seguía en su mente, finalmente se dejó llevar por el cansancio y se quedó dormido, esperando que el futuro trajera respuestas y soluciones a sus inquietudes.
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¡Independencia!?
Randomtrata ehh... sobre los antiguos paises de latinoamerica, los cuales eh no se XD