Capítulo 5

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La luz suave del amanecer se cuela por las ventanas del apartamento. Dan está en el sofá, todavía medio dormido, envuelto en una manta. Jaekyung, que ha pasado la noche en la cama (dan se negó a dormir a su lado), se despierta con el sonido suave de los pájaros afuera. Se levanta lentamente, sintiendo la tensión en el ambiente desde la noche anterior.

Se dirige a la cocina y empieza a preparar café. El aroma comienza a llenar la sala, y Dan, con los ojos entreabiertos, se incorpora en el sofá. Jaekyung lo nota y se queda en silencio, concentrado en verter el café en dos tazas.

Jaekyung: (con un tono suave, casi como si temiera romper la calma) Buenos días, Dan. Te hice café.

Dan lo observa en silencio durante un momento, su expresión aún seria. Luego asiente y se levanta, acercándose a la cocina. Toma la taza que Jaekyung le ofrece sin decir palabra y se apoya en la encimera, bebiendo lentamente.

Dan: Buenos días. ¿Dormiste bien?

Jaekyung: No tanto... pero mejor que ayer.

Dan simplemente asiente, tomando otro sorbo de café. El silencio entre ellos no es incómodo, pero tampoco es el mismo de antes. Es un silencio lleno de palabras no dichas y sentimientos no resueltos.

Jaekyung: Hoy tenemos entrenamiento. Estaba pensando que podríamos hacer algo más ligero al principio, luego trabajar en técnicas específicas y no forzar ninguna lesión. ¿Qué te parece?

Dan asiente de nuevo, su tono aún distante pero profesional.

Dan: Eso suena bien. Podemos enfocarnos en mejorar tus movimientos, pero nada de cosas rudas o que lleven mucho esfuerzo. Ayer noté que podrías mejorar en algunos detalles.

Jaekyung se siente un poco aliviado al ver que Dan sigue enfocado en su trabajo, aunque la frialdad en su tono le recuerda que las cosas no están bien entre ellos.

Jaekyung: Perfecto. Estoy listo para eso.

Dan termina su café y deja la taza en el fregadero. Se da la vuelta y comienza a prepararse para salir, sin decir nada más. Jaekyung lo observa en silencio, sintiendo el vacío que se ha instalado entre ellos.

Dan: Nos vemos en el gimnasio, Jaekyung. No llegues tarde.

Jaekyung asiente, notando la formalidad en las palabras de Dan, y sintiéndose impotente para cambiar la situación.

Jaekyung: Estaré allí. Gracias, Dan.

Dan asiente una vez más antes de salir del apartamento, dejando a Jaekyung solo con sus pensamientos y el eco de una relación que parece estar en una frágil cuerda floja. Mientras se prepara para el día, Jaekyung se promete a sí mismo que encontrará una manera de reparar lo que se ha roto, pero sabe que no será fácil.

Todo por culpa de la mermeladaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora