La conciencia de Sanji había desaparecido.
Se sentía como flotar en el mar, su pecho tenía una extraña sensación de ahogo y sentía pesadas cadenas atadas a sus pies, manos y cuello. Trató varias veces de liberarse pero no pudo, las cadenas estaban colgadas a algo que no podía ver. Se enlazaban se miles de formas, tirando cada vez más de sus ataduras.
Por alguna razón todo a su alrededor se veía oscuro y se sentía húmedo y silencioso, la oscuridad solamente interrumpida por el brillo y el silencio por el centelleo de las cadenas que cada vez se ajustaban más mientras más pasaba el tiempo.
No entendía como había llegado hasta allí, solamente había bebido lo que le habían dado.
"Quizás fue eso".
Mientras el aburrimiento y la resignación de que estaba atrapado lo consumían, miró hacia sí mismo, sorprendiéndose de lo que había visto.
Su cuerpo marcaba todas sus heridas hasta el momento de un rojo sangre vivo. Por puro entretenimiento comenzó a recordar como se había hecho cada una de ellas.
Por todos sus brazos se extendían una cantidad de múltiples heridas como cortadas profundas con cuchillos, heridas profundas por haberse enterrado objetos filosos. Pero no sólo allí, las heridas también continuaban a través de su estómago y piernas, inclusive una que estaba en el lado contrario del corazón.
"Ah... no recordaba esto, que tetricos intentos de suicidio".
Las heridas se debían a una sola cosa.
Asco.
El asco que sentía de su propio cuerpo.
Por las noches podía sentir los asquerosos y pervertidos brazos recorriendole y quitando la pureza a su infantil cuerpo.
Le daba náuseas el recordar la filosa y húmeda lengua saboreandolo como si fuera un aperitivo.
Sus recuerdos se quedaron guardados en lo profundo de su memoria y se repetían como si fueran un disco rayado el cual tenía como único propósito el causarle incomodidad. Se sentían tan reales, el tacto había grabado con precisión la textura de las manos y cada "caricia".
Intento suicidarse o intentar deshacerse de las sensaciones de todas las formas que su niño pequeño conocía o se le ocurrían.
Pero simplemente no se iban. Y para colmo su piel simplemente hacía desaparecer cada cicatriz que servía al menos como medio consuelo y sus heridas eran curadas en contra de su voluntad.
Las cadenas se ajustaron más.
Observando sus demás heridas pudo notar como también habian pequeñas pisadas y golpes que marcaban a su vez moretones azul oscuro, violeta y verde oscuro.
Sus hermanos.
Eran las marcas de los golpes de sus hermanos. Desde pequeño siempre los recibió.
Bueno, pequeño ente comillas, ya que esto ocurrió luego de que estos se enteraran de que no había desarrollado las modificaciones genéticas.
Siempre que tenían un chance estos se dedicaban a molestarle de alguna forma.
Destrozaban lo que había cocinado con el mayor cariño que un niño pudiera tener, le golpeaban con puños que se sentían como el acero impactando en su piel, jaloneaban su cabello rubio y golpeaban su rostro, le insultaban con palabras que taladraban en su corazón como una estaca de hierro, inclusive habían destruido un libro de cocina que recién había obtenido.
Esos desagradables recuerdos caían sobre el como un balde de agua fría, y quemaban en su corazón como el infierno.
De niño tenía un sueño además de encontrar el All Blue, de hecho, era algo que más bien anhelaba mientras por las noches su padre le realizaba actos que le hacían llorar duramente.
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STUPID MARIMO!!
FanfictionPor un accidente en una isla sanji vuelve a ser un niño de 9 años, ¿Qué pasa si al único mugiwara al que se mantiene pegado es nada más y nada menos que Zoro? #11 en #Zoro 17/8/2024 Disclaimer: One Piece y sus personajes no me pertenecen, son total...