El horizonte mostraba el más allá, el lugar en el que el océano y el cielo se encontraban para dar lugar al precioso y brillante reflejo del sol, que asomaba después de largas horas escondido al otro lado.
El viento azotaba los barcos, ya llegando a ras del puerto de Inazuma para deshacerse de sus pesadas cargas y cansados viajeros tras largos viajes desde las más lejanas tierras. Una gran ciudad los esperaba al otro lado de la costa.
Kazuha y Heizou, tripulantes de uno de los numerosos barcos que se encontraban en aquella zona, habían recorrido un gran viaje desde su hogar para conocer el lugar que llevaba tiempo esperándolos. Dejar atrás su pueblo les abriría las puertas hacia un abanico de posibilidades, pudiendo vivir lejos de los aburridos paisajes rurales en los que se habían criado.
Su escuela, tras años de pobreza, había conseguido dos boletos para el más prestigioso colegio de Inazuma, además de un hogar no demasiado caro para sus dos mejores estudiantes. Así fue cómo ambos jóvenes se despidieron de sus familias sin siquiera saber si las volverían a ver y, tras poner los pies sobre aquel gran barco, una importante etapa de sus vidas dio comienzo.
Habían pasado un par de días desde que el viaje a bordo había dado comienzo y, al final, pudiendo presenciar un hermoso amanecer, las playas de Inazuma ya se mostraban ante ellos, junto con el cantar de las hambrientas gaviotas, el sonido de los barcos que iban y venían y el delicioso olor del desayuno, ya preparándose en las cocinas.
El ajetreo del puerto provocó un retraso en la llegada a la ciudad, por lo que todavía faltaría media hora para poner pies en tierra. Hasta aquel entonces, Kazuha y Heizou se vistieron y fueron a desayunar en el gran comedor de su barco. Su mayor preocupación en aquel momento era el gran apetito que los consumía, puesto que, la noche anterior, no habían cenado demasiado.
Heizou seguía con sus burlas, metiéndose con su amigo por lo ocurrido anoche.
Kazuha había salido de su habitación en plena penumbra, asomándose por las barandillas para presenciar el choque del movimiento del mar con las fuertes y gruesas paredes del barco. Un sollozo captó su atención, haciendo que levantase la mirada y estudiase las oscuras vistas a su alrededor.
En la parte frontal del barco, se encontraba un muchacho de cabello azul marino, dándole la espalda. Su cabeza estaba tapada con un sombrero de paja que parecía que fuese a volar en cualquier momento.
De algún modo, captó la fija mirada que Kazuha había clavado en él. En consecuencia, se giró hacia el muchacho, dejando ver unos cristalinos y brillantes ojos azules. Habían sido decorados con sombra de ojos de un tono anaranjado, dándole un toque femenino. Si hubiera llevado vestido, Kazuha habría sido incapaz de saber si aquel chico era hombre o mujer.
No tenía la menor idea de qué estaba pasando en la vida del peliazul en aquel momento para estar tan triste, pero algo llamó su atención. Quizá sus ojos. Quizá sus facciones poco masculinas o la suave mirada que tenía.
Ambos hicieron contacto visual durante varios segundos. Quizá fueron minutos, pero quién iba a saberlo. Para Kazuha, no fueron más que cortos segundos que lo dejaron con ganas de más. De la misma forma que había viajado hasta Inazuma para explorar aquel lugar y aprender montones de cosas nuevas, deseaba estudiar más aquella apagada pero brillante mirada.
El misterioso encuentro acabó en cuanto el muchacho de sombrero desapareció entre la penumbra, por lo que, al volver a su habitación, Kazuha le contó a su amigo lo ocurrido, quien lo creía como un encuentro amoroso. Sin embargo, su época no era la adecuada para relaciones de aquel tipo entre hombres, cosa que hacía al chico bastante incómodo.
Y así, las burlas hicieron el desayuno menos agradable de lo que Kazuha esperaba, pero pronto llegaron al puerto y, con sus maletas en mano, pudieron caminar sin sentir cómo el suelo iba a hacerles caer en cualquier momento.
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¿Dónde Estás? [Kazuscara/Scarakazu]
FanfictieKazuha y Heizou, dos chicos de pueblo, viajan hasta la ciudad de Inazuma para asistir a su nueva escuela. Ahí, Kazuha conoce a Scaramouche, un muchacho solitario al que cree haber visto unos días atrás, y a Tartaglia, un buen hombre que no parece te...