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Capitulo 9

Sukuna a pesar de haberme llevado a su habitación, el nunca permanecía ahí, siempre estaba haciendo cosas, como revisando cartas de su conquista mundial proporcionada por los líderes, desafiando maldiciones para demostrar siempre su poder y grandeza frente a otros o destruyendo y devorando humanos por diversión. La ropa que el me proporcionó era en su mayoría faldas corta para un acceso más rápido para mi cuerpo y zonas íntimas, no lo niego, eran incómodas de usar, camisas de tirantes que podría llegar a verse como tops, medias, calcetines, y una amplia variedad de ropa interior de encaje en su mayoría eran negras o rojo vino, el color de pasión. Según las orientaciones que el me proporcionó era libre de andar por el palacio pero no salir de el sin permiso.

Hace poco había recuperado mis cosas de dibujo. Estaban ahí tiradas punto de ser desechadas por completo. Las tome y camine por el plació, últimamente había vivido experiencias bastante gratificante por un lado, no lo niego esas sensación era agradable, pero, ese sentimiento de molestia, incomodidad o incluso miedo en su mayoría estaban presentes, nunca pensé que Sukuna se fijaría en mi, eso me hizo pensar bastante en el, tenía un cuerpo muy atractivo de ver, sus cuenteros abrazos eran muy fornidos, aveces solo deseara que no fuera tan malo y me lastimara, empece a hacer más dibujos sobre el pero de forma diferente, estos eran más detallados sobre su cuerpo, músculos, venas y todo detalle posible, estabas muy concentrada recordado cada parte del músculos y esculpido cuerpo de tu señor hasta que fuiste interrumpida por Rei.

—Hola, señorita! —saluda con una sonrisa— la veo muy ocupada... oh! Que bonito dibujo —exclama mientras observa asombrado tu arte algo explícito pero despide ignorar ese detalle—

—H-hola Rei —respondi algo avergonzada—

—Veo que dibuja a nuestro amo Sukuna... que talento —me elogia—
—S-si, es que, creo que nunca lo había visto tan a detalle como antes... —digo de una forma nerviosa y avergonzada—

—me alegra que se fije más en los detalles... eso hace mejorar a los artistas —afirma con sutiliza—

—¿Eso crees? —preguntas incrédula- y ¿qué haces? —Volví a preguntar con curiosidad por su repentina aparición—

—Ah, bueno, pues, estaba limpiado la mire ahí y decidí saludarla —respondió con una sonrisa nerviosa—

—que amable de tu parte... —sonríes— oye, dime, ¿por qué estás aquí? —pregunte con curiosidad—

—... bueno, pues, es que... —Su tono se puso nervioso y algo triste, bajo levemente su mirada antes de seguir—

—¡Oh!, no tienes que decirme si no quieres —digo amablemente—

—¡Oh! No es eso, solo me sorprendió tu pregunta, pensé que los sabrías, todos estamos aquí por la misma razón... —Su tono es serio—

—lo lamento... creo no saberlo —respondí algo incrédula—

--... —Está en silencio y tiene mirada reflexiva—

—Rei?

—vaya... que suerte entonces, mire, todos los que servimos al amo sukuna, incluso las concubinas, son traídos aquí a la fuerza, nosotros trabajamos para el y complacer sus necesidades de formas diferente, si no lo hacemos nos asesina, las concubinas, son mujeres muy bellas, las más bellas de las ciudades más cercanas, amenazan a sus pequeñas comunidades si no vienen a servirle a él —su semblante reflejaba tristeza y algo de incomodidad— pues mueren... la verdad es una masacre horrible... ellos llegan a comer a los hijos de los pobladores frente a ellos, claro, a mi me contaron eso... pero me alegra que usted no haya sufrido nada de eso. ¿Usted cómo terminó aquí?