8

1.5K 167 119
                                    

Katsuki abrió lentamente los ojos. Su visión se ajustó a la poca luz de la habitación. Los rizos de Izuku le hacían cosquillas en la mandíbula y el cuello. Sonrió al percibir la fragancia de menta en el aire. Miró hacia abajo y encontró a Izuku abrazado a su torso, con la mejilla pecosa aplastada justo sobre la cicatriz de Katsuki. Sus piernas estaban entrelazadas bajo las sábanas.

Acarició los rizos de Izuku y deslizó sus dedos hacia el rostro de su novio, levantando un poco su cabeza para observarlo. Izuku tenía la boca levemente abierta y los ojos completamente cerrados. Katsuki sonrió, pensando que Izuku era lo más adorable que había visto. Sus ojos, sus pecas... todo en él era perfecto, y Katsuki podría admirarlo por siempre.

—Izuku... —le susurró al oído antes de besar su mandíbula.

—Mngh... Kacchan... —bostezó Izuku, enterrando aún más su rostro en Katsuki.

—Tengo que levantarme —le habló al oído—. Así preparo el desayuno, ¿mm?

Izuku negó con la cabeza repetidas veces.

—No... Kacchan... —lo abrazó más fuerte. Katsuki se inclinó sobre él y ocultó su sonrisa en el hombro de su novio.

—Vamos, Zu... Te haré lo que quieras de desayuno, pide lo que sea.

—Quiero café... —murmuró Izuku, abriendo los ojos con desgana. Aunque estaba muy cerca del pecho de Katsuki, alzó la vista para encontrarse con sus ojos.

—Bueno, suéltame para que pueda ir a la cocina —dijo Katsuki, acariciando la mejilla de Izuku antes de dejar un pequeño beso en sus labios—. Te traeré el desayuno a la cama.

Katsuki se movió un poco, apoyando el codo en la cama, y sintió cómo el agarre de Izuku se aflojaba poco a poco. Izuku se recostó boca arriba, mirando al rubio.

—No hace falta que traigas el desayuno, Kacchan.

Katsuki se levantó de la cama y estiró los brazos. Izuku observó cómo se movían los músculos de su espalda.

Después de unos minutos, Izuku también se levantó de la cama. Ambos caminaron juntos hacia la cocina. Izuku se sentó rápidamente sobre la encimera mientras Katsuki buscaba los ingredientes para el desayuno.

—¿Necesitas ayuda con algo? —preguntó Izuku mientras observaba cómo su novio se movía por la cocina. Katsuki pasó a su lado y colocó una mano sobre su muslo.

—No, no es necesario —respondió, volviendo a concentrarse en la cocina.

—¿Entonces qué? ¿Me quedo aquí sin hacer nada? —cruzó los brazos—. Al menos podría hacer el almuerzo más tarde, ¿no?

—Izuku, te quiero, pero no vas a tocar mi cocina —lo miró mientras terminaba de preparar uno de los cafés—. Prefiero que te quedes ahí.

—¡Kacchan, qué malo! —aceptó la taza cuando Katsuki se la extendió y comenzó a dar pequeños sorbos.

Después de unos minutos, el desayuno estaba listo. Ambos seguían en la cocina: Izuku en la encimera y Katsuki de pie a su lado. Mientras hablaban y desayunaban, el rubio no perdía oportunidad para acariciar y tomar la mano de su novio, quien sonreía y correspondía a cada contacto físico.

—¿Estuvo bien? —preguntó Katsuki mientras lavaba las tazas.

—¡Sí! Déjame lavar a mí, Kacchan —dijo Izuku, bajando de la encimera.

—No, estoy bien, puedo hacerlo.

—Kacchan, por favor —Izuku se acercó a él, levantó el brazo de Katsuki y pasó por debajo, quedando encerrado entre los brazos del rubio.

A glimpse of us - BKDKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora