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Katsuki estaba de pie en medio de la sala de su departamento. No recordaba bien por qué había llegado allí, pero se dio la vuelta y caminó hacia el sillón. Allí, acurrucado entre mantas de gran tamaño, Izuku dormía medio sumido en el sueño. La escena era tan acogedora que Katsuki solo quería acostarse a su lado. Sonriendo, se acercó con pasos largos, se sentó e intentó acomodarse junto a él. Izuku no respondió, y Katsuki supuso que debía estar profundamente dormido, por lo que no insistió. Pasó una mano por detrás del sillón e intentó apoyar la cabeza de Izuku sobre su hombro, pero al hacerlo, vio con horror cómo su mano atravesaba la cabeza de su novio. Su corazón comenzó a latir con fuerza; se alejó asustado, sin comprender qué estaba pasando. Unos segundos después, Izuku comenzó a despertar, estirándose en el sillón antes de levantarse.

Sin perder un momento más, Katsuki se levantó y se plantó frente a él.

—Izuku... —No alcanzó a decir más, porque su novio lo había ignorado por completo—. ¡Mierda! ¡Izuku! —gritó, siguiéndolo de cerca mientras se dirigía a la cocina—. ¡Izuku, por favor, mírame! —Nada. Izuku continuaba su rutina en la cocina, aparentemente preparando algo de comer, pero a Katsuki no le importaba.

Miró hacia los costados del departamento, buscando ayuda, y se quedó paralizado al ver, en una esquina, a Kowaku, el villano que lo había apuñalado brutalmente. Su respiración se volvió irregular, y un dolor agudo en el abdomen lo hizo girarse rápidamente hacia Izuku.

—Amor... vámonos, por favor... Izuku, mírame... —dijo desesperado, pero su novio seguía ignorando sus súplicas. Katsuki comenzó a escuchar pasos, y todo su cuerpo empezó a temblar—. ¡Izuku! —gritó una vez más, mirando hacia abajo. Un charco de sangre se extendía bajo sus pies...

.....

Katsuki se despertó de golpe, sentado en su cama, con un grito ahogado y el sudor recorriéndole la espalda. Su respiración era errática, pero poco a poco fue calmándose mientras revisaba con la vista toda la habitación. Una punzada de dolor le recorrió el abdomen al haberse sentado tan rápido. Colocó una mano sobre la herida, con una mueca de dolor, y con cuidado apartó las sábanas de sus piernas antes de levantarse con dificultad.

Caminó hacia la puerta y llegó a la cocina, queriendo tomar un vaso de agua. Allí, se encontró con la espalda de Izuku. Katsuki, recostado contra la pared y con la mano aún sobre la herida, murmuró el nombre de su novio. Al no obtener respuesta, se asustó y lo llamó más fuerte.

—¡Izuku! —gritó, temiendo que fuera otra pesadilla.

Izuku se volteó, sobresaltado por el ruido, mientras se quitaba un auricular inalámbrico del oído.

—¿Kacchan...? —preguntó.

Katsuki soltó un suspiro de alivio, apoyando la cabeza contra la pared.

—¿Estás bien? —preguntó Izuku, preocupado, acercándose para poner una mano sobre la de Katsuki, justo sobre la herida—. ¿Te duele algo?

Katsuki negó con la cabeza.

—Solo quiero agua —dijo, y tan pronto lo dijo, Izuku fue a servirle un vaso. Katsuki se sentó en una silla cercana y esperó. Unos segundos después, ya estaba bebiendo.

Al terminar, Izuku puso su mano sobre la frente del rubio.

—¿Qué haces?

—Tienes fiebre, Kacchan.

Katsuki negó con la cabeza, apartando la mano de su novio.

—No.

—Kacchan, sí tienes fiebre. Vamos, te llevaré de vuelta a la cama para que descanses. Te daré algún medicamento y algo para comer.

A glimpse of us - BKDKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora