NARRA KANG:
—Nunca pensé que serías tan sucia.
Ante mi confesión, Su-Jin me dedicó una mirada confusa, arrugando la frente y continuando nuestro recorrido hasta la azotea.
Ambos llegamos a donde queríamos lo más rápido que pudimos, teniendo en cuenta que faltaban pocos minutos para que volviera a empezar el próximo repaso. Me recosté a la primera pared que vi, intentando normalizar mi respiración por haber estado corriendo. La castaña hizo lo mismo, situándose a mi lado pero manteniendo una distancia considerable.
¿Para qué ella me había traído aquí? ¿Qué tenía en mente?
Una brisa helada eliminó el sudor de rostro, ayudándome a refrescarme. Entonces, un pensamiento sobre lo que podía pasar llegó a mi mente. Rápido giré la cabeza, eliminando esa turbia idea.
Tras respirar muy hondo, me armé de valor, —Su-Jin, ¿p-para qué quisiste venir aquí?
Ella elevó las comisuras de sus labios, observando al hermoso cielo, —Quería contarte dos cosas importantes que nadie más debía escuchar...
Ok, eso me preocupó aún más. Tragué grueso y la dejé continuar.
—Resulta que mi padrastro vino a vivir con mi mamá ahora que están casados, por lo que él se va a encargar de la economía familiar con el sueldo de su nuevo empleo. Así que ya no tendré que trabajar tan duro como antes. ¿Sabes lo que eso significa?
Negué con la cabeza.
—Que tendré más tiempo para estar contigo, tontito.
No pude evitar emocionarme, aunque al principio no lo aparenté. Mi corazón se aceleró y una enorme sonrisa se apoderó de mí. Me entusiasmé tanto que se me escapó un abrazo, apretando fuertemente a la chica contra mi pecho. Y es que, desde que la conozco, nunca tiene tiempo para que salgamos juntos; ni siquiera los fines de semana.
Disminuí la fuerza mi agarre, dándole espacio suficiente a Su-Jin para recuperar el aire. Ella elevó la mirada hacia mí, hipnotizándome como consecuencia. No me atreví a enfrentar esos ojitos otra vez, así que mantuve mi atencion en el suelo.
Ella sonrió levemente momentos antes de jalarme del brazo, acercando mi rostro al suyo de manera coqueta, —¿Qué? ¿Te gusta la idea de que pasemos más tiempo juntos?
Definitivamente a veces no conozco a mi novia «fue lo que pensé al no poder evitar ese rubor en las mejillas que me delata.
—S-sí —respondí.
Ella rió un poco y tomó distancia, dirigiéndose esta vez al borde de la azotea. En pasos lentos e indecisos, hice lo mismo, aún nervioso por los millones de pensamientos eróticos que no dejaban de pasar por mi mente.
Un momento... ¿Desde cuándo yo pienso esas cosas?
Entonces el timbre sonó, acabando con el pequeño intermedio. Escuché a mi novia quejarse en voz baja para después sonreírme, quedarse mirándome y bajar de regreso a nuestro salón.
¿En serio? ¿Para esto me había traído?
No esperé más y baje rápidamente las escaleras.
NARRA ASH:
Me entretuve hablando con mis amigas cuando sonó el timbre, así que ahora nos encontrábamos corriendo hacia nuestro salón. Miré mi reloj de mano, era muy tarde. Como lo más probable era que la profesora no nos permitiera volver a clase a estas horas, me detuve en seco e hice que mis amigas hicieran lo mismo.
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SOMOS UNO (#2SAGA: PRIMEROS AMORES)
Teen FictionKang acaba de desbloquear una nueva etapa en su vida: la preparatoria, un lugar en el que abunda el bullying, la violencia, el acoso y el desinterés. Él, tan reservado, tierno e inofensivo, se convierte en la víctima de Jung, el matón de la escuela...