X Capitulo 16 X

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(...)

La torre de los trucos. Una torre inmensa donde se llevaría a cabo la tercera etapa del examen del cazador.
¿Unos dos mil metros de altura tal vez? Con suficientes salientes y bordes irregulares para que un escalador profesional bajase sin problema. O al menos ese fue el pensamiento inicial antes de ver como unas aves gigantes de seis patas cada una se llevaban al pobre diablo que intentó bajar con sus propias manos.

—pobresito... —murmuró Hinata con lástima al ver como se llevaban al pobre hombre.

—bueno. Al menos ya sabemos que no podemos bajar desde afuera —comentó Leorio viendo los pájaros que se perdían en el bosque cercano.

—la única manera, debe ser desde adentro de la torre —kurapika examinó de manera rápida el lugar, percatandose de la poca cantidad de gente que había —y a juzgar la falta de personas que hay aquí arriba, me hace  pensar que deben haber puertas escondidas en algún lado —

Se dividieron. Comenzaron a buscar en la superficie alguna entrada secreta qué les permitiera entrar.

“con lo sencillo que sería lansarce” pensó la menor viendo a sus amigos buscar con calma.

Un  zumbido parecido al de un panal de avispas asesinas enfurecidad se produjo detrás de sus orejas. Rápidamente Hinata comenzó a buscar de donde provenía, encontrándose con la mirada divertida de Hisoka. La menor vio de reojo en dirección a los chicos, suspiro, volviendo su vista hacia el mago/bufon qué la seguía viendo con esa insufrible sonrisa que no le decía nada de nada.

Era como si el payaso supiese exactamente como supiese como ponerla en guardia sin siquiera mover un musculo de su cuerpo. Bien, ambos podían jugar el mismo juego.

Hisoka vio a la niña realizar un gesto obsceno con sus manos y un "oooh" se formo en sus labios. Era interesante para él que su fruta más pequeña fuese tan picante, y no hablaba de un doble sentido , claro que no. Para el mago, era más que obvio que la mayoría de los aspirantes a Cazador no podían ver más allá de la apariencia de dulce niña inocente qué transmitía la menor, no dándose cuenta de su otra cara. Claro, él no es la mayoría por supuesto, y esto lo hizo darse cuenta de lo impredecible y predecible que podría llegar a ser la menor. Era un caso un tanto extraño, era como el mar, un marinero sabe que en el mar hay muchas tormentas, sin embargo, no todas las tormentas so iguales y jamás sabes con que te encontraras. Interesante, esto para el mago era muy interesante.

Tal vez, con la motivación correcta la niña mostrará su potencial escondido, eso que estaba ocultando como un tesoro con tanto recelo.

Él mago sonrió. Mientras la fruta picante lo veía desaparecer.

(...)

El techo, el techo. El techo de ladrillos sobre su cabeza que no dejaba entrar la luz del sol. Hinata lo odiaba. Con su ser, con su alma.

Ladeo un poco su cabeza viendo a las figuras de Killua y Gon divertirse a pesar de tanta oscuridad.

—¿no quieres jugar con ellos? —pregunto Kurapika viendo a la menor recostada en el piso, con manos y pies extendidos, como una estrella de mar.

Ella lo miró con aburrimiento.

—no, estar aquí encerrada no me da ánimos de jugar —dijo ella antes de volver a mirar arriba.

Guíame a la LibertadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora