Renacimiento de la Magia Pt.2

9 9 1
                                    

El amanecer sobre Kaios traía consigo un aire fresco y limpio, y los primeros rayos de sol iluminaban las gotas de lluvia que aún se aferraban a las hojas y ventanas del pueblo. Exekias se despertó sintiéndose renovado, decidido a profundizar en su conexión con la magia recién descubierta. La noche anterior había sido reveladora, pero también abrumadora; el poder que había sentido era inmenso y prometía mucho, pero también le planteaba grandes responsabilidades.

Se preparó para el día con rapidez, consciente de que el ritmo de su vida cotidiana en la panadería debía continuar. Aunque sentía una fuerte necesidad de explorar y dominar sus habilidades mágicas, entendía que su nuevo conocimiento no podía interferir con su vida diaria y el apoyo que recibía de la familia de Evans. No podía dejar que su descubrimiento se convirtiera en una carga para él o para los demás.

Al llegar a la panadería, encontró a Evans preparando el área para el desayuno. La luz suave del amanecer filtrada a través de las ventanas de la panadería ofrecía una atmósfera cálida y acogedora. Evans, con una sonrisa en el rostro, levantó la vista al ver a Exekias entrar.

-¡Buenos días! -dijo Evans con entusiasmo-. ¿Dormiste bien?

Exekias intentó mantener una actitud tranquila y relajada, aunque por dentro sentía la emoción de su nuevo descubrimiento.

-Buenos días. Sí, dormí bastante bien. La noche pasada fue intensa, pero estoy listo para empezar el día.

Evans asintió, sin sospechar nada. Mientras trabajaban juntos en la panadería, Exekias se esforzó por mantener la conversación ligera y centrada en el trabajo. Sin embargo, su mente seguía regresando a las revelaciones de la noche anterior y a las nuevas habilidades que sentía que debía explorar.

Durante el transcurso del día, Exekias pensó en cómo podría integrar su nuevo conocimiento mágico en su vida diaria sin levantar sospechas. No quería que la gente en Kaios se diera cuenta de sus habilidades, ya que sabía que el conocimiento de la brujería era prácticamente inexistente en el pueblo. La magia era un secreto bien guardado entre él, Leandro, y, en menor medida, Evans, quien solo sabía una pequeña parte de lo que Exekias le había contado.

El trabajo en la panadería transcurrió de manera eficiente. Evans estaba especialmente animado, hablando de ideas para nuevas recetas y eventos para atraer a más clientes. Exekias se sumó a la conversación, aunque su mente estaba parcialmente distraída por la anticipación de su práctica nocturna. A pesar de su entusiasmo, no pudo evitar notar un leve cambio en la atmósfera entre él y Evans. La cercanía y la camaradería que compartían parecían estar acompañadas de una nueva tensión, algo que no podía identificar claramente pero que sentía intensamente.

A medida que el día se acercaba a su fin, Exekias decidió que era necesario buscar un lugar seguro para practicar y perfeccionar sus habilidades mágicas. Recordó un claro en el bosque cercano, un lugar apartado que había encontrado en sus paseos por Kaios. Era el lugar ideal para experimentar con su magia sin riesgo de ser descubierto.

Después de una cena tranquila con Evans, en la que conversaron sobre la jornada y sobre algunos planes futuros para la panadería, Exekias se despidió y se dirigió al bosque. La lluvia había cesado y el cielo estaba despejado, adornado con estrellas que parecían brillar con más intensidad que de costumbre. El bosque, silencioso y sereno, proporcionaba un ambiente perfecto para su práctica mágica.

Al llegar al claro, Exekias preparó el espacio para su práctica. Colocó algunos símbolos de protección que había aprendido en el manuscrito y encendió una vela para iluminar el entorno. Con el manuscrito en mano, comenzó a practicar los hechizos y rituales que había estudiado. La energía mágica que había experimentado en la noche anterior comenzó a fluir a través de él, llenando el claro con una luz suave y dorada.

Concentrado en canalizar la energía y ejecutar los hechizos con precisión, Exekias notó un cambio en el ambiente. La magia parecía responder a sus comandos con eficacia, y las habilidades que había recuperado se manifestaban más claramente. La sensación de poder y control era abrumadora, pero también sabía que debía mantener la cautela.

Se dedicó a practicar durante horas, perfeccionando sus habilidades y fortaleciendo su conexión con la magia ancestral. Cada hechizo que realizaba lo acercaba más a entender su verdadero potencial. La sensación de conexión con su pasado y con la magia que fluía a través de él era profunda, casi como si cada hechizo fuera un paso hacia el redescubrimiento de una parte fundamental de sí mismo. Aunque estaba agotado, se sintió satisfecho y más confiado en sus capacidades.

Al finalizar su práctica, Exekias decidió realizar un último hechizo para sellar su progreso. Sentado en el centro del claro, conjuró un hechizo de protección para asegurarse de que su lugar de práctica permaneciera seguro y libre de intrusiones. La magia se entrelazó con el entorno, creando una barrera sutil pero efectiva. Mientras la luz dorada de la protección se disipaba, Exekias sintió una oleada de tranquilidad. Sabía que estaba dando pasos importantes hacia el control total de sus habilidades mágicas.

Cuando la noche comenzó a adentrarse en las horas más tardías, Exekias decidió que era el momento de regresar a la panadería. Sabía que debía mantener un equilibrio entre su vida cotidiana y su desarrollo mágico. Aunque no podía compartir todos los detalles con Evans, valoraba profundamente el apoyo y la comprensión que él le ofrecía.

De vuelta en la panadería, Evans ya estaba dormido. Exekias se preparó para descansar, sintiéndose satisfecho con el progreso que había hecho. Sabía que aún tenía un largo camino por recorrer, pero estaba decidido a descubrir toda la verdad sobre su pasado y a dominar las habilidades mágicas que había heredado.

Esa noche, mientras se acomodaba en la cama, Exekias reflexionó sobre el impacto de su descubrimiento. La magia que estaba empezando a despertar en él no solo le ofrecía una nueva perspectiva sobre su identidad, sino también una gran responsabilidad. La conexión con su pasado y el potencial que poseía le recordaban la importancia de usar su poder con sabiduría y precaución.

Mientras el sueño comenzaba a reclamarlo, el resplandor dorado de la magia aún iluminaba sus pensamientos. La sensación de poder latía en su interior, recordándole que su camino hacia el descubrimiento de sí mismo y el dominio de sus habilidades mágicas apenas había comenzado. Exekias sabía que debía enfrentarse a muchos desafíos antes de alcanzar su verdadero potencial, pero estaba decidido a enfrentar cada uno de ellos con valentía y determinación. Su viaje hacia el conocimiento y el dominio de su magia continuaría, y estaba listo para afrontar lo que el futuro le deparara.

El Legado Del Silencio Mágico Donde viven las historias. Descúbrelo ahora