Enfrentando la Tormenta

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Historia y Perspectiva de Evans

El sol se había levantado lentamente sobre Kaios, arrojando sus primeros rayos de luz sobre el pueblo que, a pesar del caos reciente, continuaba con su ritmo cotidiano. Evans se despertó temprano, sin haber dormido mucho. Había pasado la noche en vela junto a Exekias, asegurándose de que estuviera cómodo y recibiendo el mejor cuidado posible. El curandero local había hecho todo lo que estaba en sus manos, pero la recuperación sería un proceso largo y complicado.

Al ver a Exekias en la cama, su respiración aún irregular pero estabilizada, Evans sintió un peso en su corazón. La traición de Leandro y el daño infligido a Exekias eran una carga difícil de sobrellevar. Aunque el curandero había hecho un gran trabajo, Evans no podía evitar sentir que la situación estaba fuera de su control.

Decidido a enfrentar la realidad y hacer todo lo posible para ayudar a Exekias, Evans se preparó para salir. Sabía que debía buscar respuestas sobre lo que había llevado a Leandro a actuar de manera tan despiadada. Su mente estaba llena de preguntas, y necesitaba encontrar al menos algunas respuestas para poder seguir adelante.

Salió de la casa, respirando profundamente el aire fresco de la mañana. El pueblo estaba comenzando a despertar, y la gente se movía con tranquilidad por las calles. Evans se dirigió al mercado local, donde sabía que podría encontrar a algunos de los vecinos que podrían tener información sobre Leandro.

Al llegar al mercado, Evans notó un grupo de personas reunidas en un rincón, murmurando entre ellos. Se acercó, con la esperanza de escuchar algo que le diera una pista sobre el paradero de Leandro o sobre lo que podría haber sucedido.

—¿Sabéis algo sobre Leandro? —preguntó Evans, intentando mantener la calma en su voz—. Necesito encontrarlo.

Uno de los vecinos, un hombre mayor con una expresión preocupada, se volvió hacia Evans.

—Hemos oído rumores —dijo el hombre—. Dicen que Leandro ha estado actuando de manera extraña últimamente. Nadie sabe exactamente qué le ha pasado, pero parece que ha estado afectado por una fuerza oscura. Es algo que ha preocupado a todos en el pueblo.

Evans sintió un escalofrío recorrer su espalda al escuchar esto. La magia oscura de la que hablaban no era algo que comprendiera completamente, pero sabía que era peligrosa y complicada. Los rumores confirmaban sus temores de que Leandro había estado lidiando con algo mucho más oscuro de lo que habían imaginado.

—¿Sabéis dónde podría encontrarlo? —preguntó Evans con urgencia—. Necesito hablar con él.

El hombre mayor sacudió la cabeza, visiblemente incómodo.

—No lo sabemos con certeza. Algunos dicen que ha estado escondiéndose en los bosques cercanos, pero no podemos estar seguros. No es seguro acercarse a esos lugares sin una buena razón.

Evans agradeció al hombre y se alejó, sintiendo que debía actuar rápido. La información sobre Leandro y su estado era crucial, no solo para entender lo que había pasado, sino también para buscar una manera de detener la magia oscura que lo estaba controlando.

Decidió dirigirse hacia el borde del pueblo y adentrarse en el bosque cercano. Sabía que era un riesgo, pero el estado de Exekias y la necesidad de resolver el conflicto lo impulsaban a seguir adelante. El bosque, aunque hermoso, tenía una atmósfera inquietante, y Evans no podía evitar sentir que algo estaba acechando en las sombras.

Mientras avanzaba por los senderos del bosque, el silencio era abrumador. La densa vegetación y la falta de luz solar creaban un ambiente tenso, y Evans mantuvo sus sentidos alerta en busca de cualquier señal de Leandro. Caminó durante un tiempo que pareció interminable, sintiendo la creciente desesperación en su pecho.

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