XXI

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⚠️ Contenido Explícito

Fermín se fue aquella mañana después de despedirme de él dandole las gracias por haberme hecho compañía estos días.

Cuando me quedé sola, me fui a darme una ducha, desayuné y luego estuve haciendo algo de limpieza en casa y después me puse a leer.

Unas horas más tarde escuché el ruido de un motor cerca de la puerta y cerré el libro dejándolo sobre la mesa.
Unos minutos después, Gavi entró a casa y lo primero que hizo fue abrazarme como si llevásemos un año sin vernos.

Estuve presionándole un rato para que avisara a su madre de que ya había llegado a Barcelona.

Tras darse una ducha llegó hasta mí para volverme a abrazar y entonces me miró fijamente con una sonrisa en la cara.

– Tenemos que hacer la comida.– dije rompiendo la burbuja.

– ¿Y si pedimos? No me apetece separarme de ti ahora mismo.

Me eché a reír y entonces agarré sus mejillas y lo besé.

– Mi niña guapa. Se me ha hecho eterno estar sin ti.

Me reí y le aplasté los mofletes.

Al final acabamos pidiendo comida y cuando conseguí separarme del koala, me levanté para ir a poner la mesa y lavarme las manos.

El timbre sonó y cuando fui al salón, las bolsas estaban sobre la mesa.

– ¿Puedo robarte aritos de cebolla?– preguntó.

– Pero si no querías.– murmuré.

– Pero es que los he visto ahora y se me han antojado...

Sonreí, agarré uno y se lo acerqué a la boca, él la abrió y se lo comió sonriendo. Era como un niño.

Tras comer, recogimos todo y después ambos nos fuimos al baño a lavarnos los dientes para luego, tumbarnos en el sofá.

– ¿Qué tal por aquí?– preguntó sonriendo.

– Bien, un poco aburrida sin ti, pero Fermín es muy majo, tienes mucha suerte de tenerle como amigo.– dije sonriendo.

Gavi me miró alzando una ceja y me miró serio.

– ¿Qué pasa? ¿Te gusta?– soltó.

Lo miré y entonces solté una carcajada enorme mientras me ponía a aplaudir.

Gavi me miraba fijamente sin hacer expresiones ninguna mientras yo seguía riéndome.

– Cariño, a veces me sorprende tu capacidad para decir bobadas.– dije sonriendo.

– Más te vale. Porque como me seas infiel, me tiro de un puente para que te caiga cargo de conciencia.

Me reí de nuevo y entonces me abracé a él.

– He estado leyendo.– añadí.

– ¿Ah sí? ¿El qué?

– Se llama Rey de la Ira.– dije.

– ¿De que va?– preguntó acariciando mis brazos con mimo.

– Va de un chico italiano, llamado Dante Russo, que es obligado a casarse con una chica llamada Vivian, él al principio pues la odiaba, pero después...

𝐓𝐎𝐘𝐆𝐈𝐑𝐋 +18 | Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora