Narra Gavi
Fermín no dudó en venir conmigo al hospital y nada más llegar nos atendieron enseguida.
No pude ver a Lia hasta unas horas después, así que cuando entré me aseguré de aparentar tranquilidad, aunque era algo que no sentía para nada.
– Hola.– murmuró.
Me acerqué y la miré fijamente.
– ¿Quién fue?– pregunté.
– Me caí.– murmuró.
– ¿Te caíste? Y una mierda Lia.– espeté.– Voy a denunciar ese pub.
– Gavi n-
– No defiendas lo indefendible Lia. Mírate por Dios. Apenas dormías y ahora estás menos pálida gracias a la comida que te doy en casa, joder.
– Nos decían que había que mantener el cuerpo.– balbuceó.
– Una cosa es mantenerte en forma y otra matarte de hambre.– dije.
Tragó saliva y entonces vi varias lagrimas resbalar por su cara.
– Lia, no vas a estar sola, no temas por nada ¿vale?– murmuré.
Ella me miró y entonces agarré sus manos y las besé.
Su abogado no tardó mucho en enterarse y vino tan rápido como pudo.
Entró bajo mi supervisión y entonces le hizo unas cuantas de preguntas a Lia.
– Lia, tu madre se ha puesto en contacto conmigo debido a la denuncia que le hicimos.– murmuró.
Lia entonces se quedó pálida.
No se esperaba aquello, y mucho menos en aquella situación.
– ¿Qué te ha dicho?– preguntó.
– Quiere verte.– murmuró el abogado.
Me acerqué a ella y la miré.
– ¿Quieres verle?– pregunté.
Me miró fijamente y entonces se encogió de hombros.
El abogado y yo nos miramos fijamente y entonces él suspiró.
– Decide cuando quieras. Ya sabes que no estás obligada a verle.– murmuró.
Ella asintió y tras despedirse, nuestro abogado se marchó.
– ¿Cuándo puedo salir de aquí?– preguntó.
– Lia, habías perdido sangre y encima ya arrastrabas heridas de antes.– murmuré.
– No quiero estar aquí.– murmuró.
La puerta se abrió y mi madre entró como un rayo acercándose a nosotros.
Mi hermana entró tras ella y entonces empezó a echarme la bronca de que tendría que haber estado más pendiente y de que debía espabilar.
Ambas estuvieron hablando con Lia, quien aunque no tenía ganas de nada, les hablaba con cariño y respeto en todo momento.
Me daban mucha ternura las tres juntas y sabía que mi hermana y Lia iban a llevarse genial.
Cuando las dos pesadillas de mi vida bajaron a la cafetería me acerqué a Lia quien me miraba con una sonrisa.
– Son un amor.
– Voy a ponerme celoso.– dije sonriendo.
Me miró sonriendo y entonces agarró una de mis manos y la llevó a sus labios.
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𝐓𝐎𝐘𝐆𝐈𝐑𝐋 +18 | Pablo Gavi
Fiksi RemajaLia no lleva una vida fácil y por más que quiera negarlo, un chico va a conseguir leerla más de lo que ella cree.