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Narra Gavi

El partido de esta noche era sin duda uno de los partidos más esperados.

Llevábamos tiempo sin jugar con la Selección y la gente tenía muchas ganas de ver como nos enfrentábamos a todo esto tras el palo del Mundial. A varios de nosotros aún nos quedaban secuelas de aquello, pero como todo en esta vida, hay que tirar para adelante y creer en las nuevas oportunidades.

Pedri había sido duda hasta el último momento debido a sus múltiples lesiones. El staff médico no quería presionarle ni cargarle con esfuerzo, así que tras hacerle varias pruebas y haber calentado aparte del grupo, veían que estaba perfectamente para al menos jugar la mitad del partido.

Después de comer nos habíamos ido a dormir un poco para antes del partido, aunque yo estuve un rato hablando con Lia, que seguía con Fermín.

– ¿No crees que pueda estar pasando nada entre ella y él?– preguntó Dani Olmo.

– Sinceramente, Fermín es mi mejor amigo y sé que jamás le pondría una mano encima por mucho que le atrayese, y de Lia, sé que está enamorada de mí y que no pondría en riesgo nuestra relación solo por un revolcón, porque de eso precisamente está harta.

Los chicos sabían todo acerca del pasado de Lia, y ninguno había hecho ninguna broma ni nada por el estilo. Al revés, me preguntaban mucho por ella y por cómo se encontraba.

Para ellos era como su hermana pequeña, y me alegraba porque en el momento en el que yo no estuviera, ellos se ocuparían de ella, como estaba haciendo Fermín en estos momentos.

Tras la siesta nos habíamos ido en el autobús hacia el estadio y estuvimos calentando un rato antes de que el estadio se llenase de gente pidiendo autógrafos y fotos.

Después entramos en los vestuarios y De la Fuente estuvo dándonos ánimo y un par de instrucciones que debíamos tener claras para el partido.

Luego volvimos a salir al campo, esta vez lleno de gente que gritaba por todas partes y calentamos una última vez.

Después nos deshicimos de la ropa de entrenamiento y nos colocamos en el césped.

Entonces el pitido sonó y todos echamos a correr hacia el balón.

La gente gritaba y yo solo pensaba en el esférico que rodaba de un lado para otro.

Mis compañeros agarraron el balón y corrí hasta uno de los huecos que había, centraron y salté rematando con la cabeza y viendo como el balón atrevesaba toda la portería.

Los gritos se hicieron más fuertes y yo salí corriendo hasta la banda para acercarme a una cámara, hacer la "L" con mis manos y después besar el escudo como siempre.

Mis compañeros se lanzaron sobre mí y empezaron a llegarme collejas, sacudidas de cabeza y empujones por todas partes.

Tras aquel gol se sucedieron dos más para nuestro equipo y cuando el árbitro pitó el final del partido, me eché al césped y miré a mi alrededor.

Después entramos a los vestuarios chillando y aplaudiendo y Balde se encargó de poner la música mientras nos duchábamos y nos cambiábamos.

Yo acabé y directamente llamé a mis padres para celebrar la victoria con ellos, tras un rato de llamada, les dije que llamaría a Lia, así que colgué y entonces la llamé.

Lo cogió al primer tono y lo primero que escuché fueron cánticos de "oe oe oe oe"

Me eché a reír y esperé a que acabara.

– Enhorabuena mi amor, estoy tan orgullosa de ti. Vaya partido habéis hecho todos.– murmuró.

– Gracias cielo, sinceramente pensé que íbamos a perder.

– Pues habéis jugado de maravilla, que lo sepas. Fermín no ha parado de explicarme todas las jugadas que hacíais.

– Me imagino.– murmuré sonriendo.

– Espera, te paso con Fer.– murmuró.

– Hey bro.– soltó Fer.

– ¿Qué pasa hermano?

– Felicidades por la victoria, sois unos máquinas.– respondió Fermín.– ¿Qué tal todo por allí? ¿Bien?

– Genial Fer, ¿y vosotros dos?

– Estamos bien, me ha enseñado a jugar a las cartas y se ha echado un FIFA conmigo.– dijo.

Sonreí.

– Vale, voy a colgaros. Mañana por la tarde os veo y ya me contáis que tal ¿sí?

Él asintió y después colgué.

Salimos todos del estadio y fuimos al bus para regresar al hotel.

Todos íbamos en silencio, aunque no era un silencio triste, sino uno tranquilo.

Unos escuchaban música, como yo. Otros dormían y otros simplemente estaban viendo el móvil tranquilamente, ya fuera viendo una película o una serie.

Llegué a mi habitación y tras ponerme el pijama, me tumbé en la cama y solté un suspiro de cansancio.

Mi cuerpo pesaba como si tuviera mil piedras encima, y mis ojos se caían del sueño.

Me desvelé un poco cuando Pedri entró en la habitación haciendo llamada con sus padres, hablé con ellos en compañía de él y estuvimos bordeándole a Fer, el hermano de Pedri.

Tras aquello, Pedri se tumbó en la cama de al lado y lo miré fijamente.

– ¿Te duele algo?

– No. La verdad es que estoy bastante bien, cansado estoy, eso sí, pero por lo demás...

Asentí y entonces me arropé.

Agarré el móvil para ver Tik Tok un rato, hasta que el sueño volviera a aparecer, le escribí a Lia, y me contestó en unos segundos.

Estuvimos mandándonos fotos haciendo el tonto y varios stickers, hasta que le dije que me iba a dormir, que entonces fue cuando se despidió.

Solté el móvil en la mesilla y miré a Pedri, quien seguía viendo un video de DjMario. Tras aquello, me giré dándome la vuelta y me acurruqué en la cama.

La cama estaba fría y vacía sin la compañía de mi princesa.

Llevaba varios días aquí y ya estaba siendo un castigo total.

No veía la hora de volver a verla mañana. De abrazarme a ella para dormir y de besar toda su cara sin importarme nada.

Después de aquella imagen visual, me arropé hasta arriba y escuché a Pedri encender la mini televisión que había.

Así que con aquel ruido de fondo, cerré los ojos y me quedé dormido.

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Ale. Capitulo de hoy: Check

𝐓𝐎𝐘𝐆𝐈𝐑𝐋 +18 | Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora