Ocho

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    8. Difícil de explicar

Lisa despertó cuando su pequeño se unió a ella en la cama, escuchaba ser llamada en un susurro y sonrió.

-Mami, mami.-susurraba Rosen dando suaves palmadas en su rostro.
-mami.-Ahora la voz de su pequeño era como un suave canto, Lisa apenas logro abrir los ojos, la noche anterior lloro hasta quedarse dormida, sentía los ojos pesados e hinchados pero su pequeño frente a ella, le alegro el pesado día que iniciaba.

-Buenos días amor.-Lisa saludo a su pequeño.

-¿Mamá ya se fue, a trabajar?-Pregunto el pequeño sorprendido.

-Así es amor.-Básicamente no mentía, sabia que Jennie estaba a esas horas en su oficina, su movil sonó y se levanto a tomar la llamada era Jennie asi que se imaginaba que era para hablar con Rosen de su divorcio.
-Hola Jenn.-Saludo Lisa con una triste sonrisa.

-Hola Lily, quería que habláramos con Rosen lo antes posible, no quiero que me este esperando para llegar a casa, la voz de Jennie sonaba triste, como la situación y Lisa asintió como si la pelinegra lograra verla.

-Esta bien Jenn, ¿a que hora? ¿Y que le diremos?-Pregunto Lisa.

-Me gustaría hablar con el, decirle la verdad, que lo amamos, y que nosotras nos queremos mucho, Lisa, quizás sea mucha información, pero hable con un psicólogo infantil, y lo mejor seria decirle toda la verdad, no podemos darle información por partes.-Explico Jennie y Lisa masajeaba su cabeza con todo lo que ocurría.
-Podría ir en unas horas, solo termino unos asuntos aquí.

-Esta bien Jenn, te espero, cuídate.-Se despidió Lisa, esperaba qué después de ese día, su hijo no la odiara.

-Te llamo cuando vaya en camino.-Respondió la pelinegra y terminó la llamada.
Lisa veía la hora constantemente, distraía a su pequeño con juegos, jugando en el jardín; y por un momento olvido como su mundo se ponía de cabeza, hasta que su movil comenzó a vibrar.

-Hola Jenn.-Respondió la castaña con un tono tranquilo sonriéndole a su pequeño.

-Ya estoy llegando; a tu casa.-Jennie había dudado por un momento, estaba acostumbrada a decir, "casa" pero eso ya no seria su casa.

-Muy bien; entonces, pasa, tienes llaves.-Lisa respondió acariciando los cabellos claros y ligeramente rizados de su hijo, Jennie dibujo una sonrisa triste, eso estaba pasando, estaba separándose de su esposa y estaba por hablar con su pequeño; ambas terminaron la llamada y Lisa tomo la mano de su pequeño.
-Ven amor, vamos a hablar con mamá.

-¡Si! ¡mamá ya llego!-Rosen entro corriendo al interior de la casa y abrazo a su madre.

-¡Hola mi amor!-Jennie beso la cabeza de su pequeño y lo abrazo unos largos segundos.

-¡Hola mamá! Mami, dice que, quieres hablar conmigo.-Rosen pataleo para que lo depositaran en el suelo, cuando su madre lo hizo corrió a la sala de estar y se sentó, esperando que sus madres iniciaran lo qué tenían por decir.

-Si amor, nosotras, tenemos que platicar contigo, antes, queremos que sepas, que no importa que, ambas te amamos y somos tus madres.

-¿Es algo malo? ¿Porque se tardan tanto en decirlo?-La inocencia y fastidio con la que el pequeño hablaba les causaba ternura a sus madres, ambas nerviosas se miraron la una a la otra.

-Mira amor, tu mami y yo, nos queremos mucho.-Inicio Jennie y el pequeño asintió poniendo los ojos.

-Si lo se.-Respondió Rosen.

-Pero, nosotras, nos relacionamos mejor, como amigas, no como pareja.-Lisa se sintió orgullosa de la manera en la que Jennie explicaba a su hijo la situación, el pequeño parecía un poco triste pero asintió.

-Oh, ustedes, ustedes no quieren vivir juntas ya, ¿verdad?-El tono que el pequeño uso, parecía triste y sus madres asintieron.

-Si; pero tu madre y yo, te amamos, y no importa que, vamos a cuidarte y quererte, siempre.-Le dijo Lisa, el pequeño tenía los ojos llenos de lagrimas, a pesar de que sus madres no se amaban, el no tenerlas cercas siempre, le afectaba.

-¿Con, con quien viviré?-Rosen secaba las grandes gotas que brotaban de sus ojos.

-Estaras con ambas.-Dijo Lisa de inmediato.

-Vivirás con mami, pero en cuanto quieras verme, me puedes llamar, y estaré aquí de inmediato.-Rosen seco sus lagrimas nuevamente y asintió.

-Amor, hay otra cosa muy importante que tienes que saber.-Lisa giro su vista a Jennie de inmediato sorprendida por la intención de su ex esposa de contar la verdad completa.

-¿Si mamá?-Jennie levanto a Rosen del asiento y lo coloco en su regazo, limpio delicadamente su rostro y beso sus mejillas.

-Amo tus abultadas mejillas.-Rosen sonrió pegando su cabeza contra el pecho de su madre que lo abrazo instintivamente de manera protectora, mientras Lisa veía la escena conmovida.

-Lo se, siempre lo dices.-Por primera vez con una sonrisa.

-Bueno amor, sabes que te amo mas que a nada, y siempre seré tu mamá.-Rosen no respondió pero asintió.
-Pero, sabes que hay muchos padres, y hay muchos hijos que no llevan la misma sangre.-Rosen no dijo nada, y a pesar  de su corta edad pareció entender lo que su madre intentaba decir, el pequeño dudoso asintió.
-Bueno, nosotros somos igual, yo soy tu mamá, y no importa que no lleves mi sangre, eres mi hijo, y haría todo por ti.-Rosen asintió, pareció menos afectado que el hecho de la separación de sus madres.

-¿Tu tampoco eres, mami de sangre?-Ambas evitaron reír, pero Lisa negó manteniendo la compostura.

-Yo soy tu mami de sangre.-Respondió Lisa acercándose a Jennie y a Rosen

-Oh, entonces mi mamá de sangre, no quiere saber de mi.-Lisa negó, cada vez era mas difícil de explicar.

-Mi pequeño genio, ¿Sabes que te amo verdad?-Jennie logró distraer a su hijo.

-Si, ¿mamá?

-Dime amor.

-¿puedo quedarme contigo esta noche?-Jennie miro a Lisa que asintió de inmediato, sin palabras, Jennie le agradeció con la mirada.

-Si amor, por supuesto.-Jennie recordó que había pasado la noche con una nueva amiga, ahora necesitaba buscar un hotel, el pequeño feliz exclamo emocionado.
-Ve por tus cosas para irnos.-Rosen dio un salto fuera del regazo de su madre y desapareció tras los pasillos.

-Parece que esta bien, acepto la noticia mejor de lo que pensé.-Lisa dijo frotando su rostro contra sus manos.

-Si, fue bueno que lo hablamos de frente con el.-Jennie parecía al igual que Lisa aliviada.

-Jenn, tengo que hablar contigo; mira amo esta casa, pero; no puedo vivir aquí sin ti, era, nuestro hogar.-A Lisa le parecía irónico querer irse de esa casa, pero Jennie lo entendía.

-Lo se Lisa, te entiendo para mi no seria fácil venir aquí por mi hijo, era nuestro hogar.
-Tenemos que buscar un psicólogo, tengo una amiga que conoce uno buen psicólogo infantil, nuestro divorcio, no soy su madre biológica y una nueva casa, serán muchos cambios para el.

-Lo se Jenn, gracias, por estar, aquí.

-Siempre Lisa, siempre estaré para ti.-Jennie beso cálidamente la mano de Lisa y ambas sonrieron ante la acción de la pelinegra.

Diario (Chaelisa GIP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora