Diario (Chaelisa GIP)

Diecisiete

       17. Los nacimientos

Rosé y Jennie discutían en la oficina de la rubia, ninguna estaba de acuerdo con la idea de la otra, Jennie rascaba su cabeza frustrada al ver que Rosé no cambiaría de opinión.

-Rosé, no seas terca, esta es lo que quieres que tus consumidores vean, necesitas crear esa necesidad.-El tono de Jennie ya era cansado.

-Jenn, no seas terca tu, quiero que vean la elegancia, lo inalcanzable, necesito crear esa necesidad por venir a mis resorts, a mis hoteles.-El tono que uso, era igual de frustrado que el de Jennie, la discusión iba a continuar cuando un menor interrumpió la oficina, el rostro de ambas se ablando al ver al causante.

-Lo siento jefa, pero cuando supo que estaban su madres en junta, no pudieron impedirle venir.-Hyeri sonó con la disculpa mas falsa, era claro que no había culpa en ella por dejar pasar al pequeño e interrumpirlo.

-Si Hyeri, me imagino el esfuerzo que utilizaste.-Bromeo Rosé viendo a su hijo en los brazos de Jenn contándole su día.

-Si claro, ya me conoces, estuve por darle una nalgada.-Hyeri salió de la oficina riendo.

-¿Y este fin de semana ire contigo?-Pregunto Rosen viendo a la pelinegra.

-Así es mi vida, ya te extrañaba demasiado.-Jennie beso las mejillas abultadas de Rosen.
-Amo esas mejillas tan abultadas tuyas.-el pequeño comenzó a reír.

-Las heredo de mi, ¿quieres besar las mías también?-Rosé abulto sus mejillas mientras Rosen reía, y Jennie hacía un gesto gracioso intentando no hacer cara de asco frente a su hijo, claro que era lo que la psicóloga les decía, no hacer gestos que el pequeño observara algún desagrado o rechazo hacia la otra, punto que ambas solían aprovechar para bromear con la otra, conscientes que no habría la misma reacción de no estar su hijo presente.

-Si, ven para que te bese.-Jennie avanzo a la rubia haciendo gestos para besar a Rosé; de inmediato retrocedió.

-Jenn; suficiente.

-Anda mamá, mamá Jenn quiere darte besitos.-Rosen se carcajeaba mientras Rosé continuaba retrocediendo.
La broma se detuvo justo a tiempo, cuando Hyeri entro corriendo.

-¡Idiotas! Ustedes jugando, y sus esposas están en labor.-Grito Hyeri, los tres quedaron atónitos.

-¿eso que significa? ¿Entrar en labor?-pregunto el menor.

-Que tus hermanos están por nacer.-Hyeri dedicó una sonrisa al pequeño, mientras ambas madres con manos temblorosas encendían sus móviles.

-Lo apague, porque, a Lily le falta un mes, apenas tiene, ocho meses.

-Vámonos, están en el mismo hospital.-Jennie intento correr pero parecía aturdida.

-Yo las llevare, ambas están, muy nerviosas.-Hyeri tomo al pequeño y corrió  por los pasillos del resort, mientras Jennie y Rosé la seguían.

En cuanto subieron al auto, Hyeri avanzó ágilmente entre las calles, en cuánto llego al hospital, Jennie y Rosé bajaron, la rubia con su hijo en brazos en cuanto llegaron a recepción a pedir información les indicaron a qué habitación ir, Hyeri llego justo a tiempo para tomar a Rosen en brazos.
Rosé sonrió al sentir su corazón hincharse en su pecho al ver a Lisa en labor, sus pequeñas estaban por llegar al mundo, seis años atrás se había perdido ese importante acontecimiento en la vida de su hijo, aunque Rosen había sido recibido con amor, ahora sabia que no perdería ningun momento importante de su pequeño, y ahora tampoco de sus hijas.

-¿Que haces ahí? ¿Donde has estado? Te estuve llamando.-Lisa daba gritos hasta qué Rosé llego a su lado.

-Lo siento amor, ¿esta todo bien?-Pregunto Rosé a su doctora que asintió.