"Un día mas" Capitulo 8

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Tan solo en una mañana fría de Junio... fue la mañana en que supe comprender la verdad. Antes la había juzgado, había dicho mi punto de vista nada más... pero no era así... ahora sabia, lo intuía. Había tenido una visión, una perspectiva de la realidad, una perspicacia de lo que estaba siendo mal y de lo que no... ahora tenía el profundo conocimiento, de entender que todo esto lo hacía por algo... que todo esto tenía un motivo y aquel motivo era que aun lo seguía amando. Me estaba estafando a mí misma, me estaba engañando diciéndome una y otra vez la misma mentira, cuando en el fondo era tan solo un enigma por resolver. Ese enigma lo había descubierto... la verdad por fin salió a la luz. Había entrelazado todos los hechos ocurridos desde ese entonces y solo así me pude dar cuenta que aun lo amaba... y lo amaba demasiado. Lo suficiente como para no querer que ninguno de los dos salga herido... por ende... decidí alejarme.

Tan solo en este día era una fecha importante... llena de sentimientos, emociones mutuas las cuales eran eminentes. Hoy era el "día del padre". Decir esa frase me dolía... pensar que ya no estaba me llenaba de tristeza – "Como me gustaría darte un regalo hoy papa". "Hoy y siempre" – Comienzo a imaginarme, a pensar en aquel regalo que aun estaba a tiempo a regalarle... a pesar de la distancia. Comienzo a calcularlo, pensarlo todo fríamente... -¡Lo tengo! – Esta vez no era nada terrenal absolutamente todo lo contrario.... – Sera algo que hoy te gustara papa... vernos bien – Lo conocía demasiado. Lo suficiente como para afirmar aquel deseo. Por ende decido llevarlo a cabo.

Comencé a disfrutar el día a pleno... pensando en mi padre nada más y nada menos que con una sonrisa. Ponerle alegría a la casa, ya que para todos... al igual que a mí era una fecha triste pero podía sobrellevarla. Todos absolutamente todos se sorprenden con mi actitud ya que era a la que más le había afectado todo. Hacia instantes que decía que quería recordar a mi padre nada más y nada menos que con una sonrisa, con los buenos momentos sin tener que tortúrame con aquellas discusiones etc....Pero necesitaba algo... tan solo algo que me permita llegar a él... llegar a mi padre...por lo que me tomo el atrevimiento, la desfachatez... el descaro de ir hacia su oficina... la cual no había entrado desde aquella tragedia. Estoy sosteniendo el pómulo de la puerta... tan solo a centímetros de alcanzar mi objetivo... de ejecutar mi plan. Respiro con todas las fuerzas. Abro.

Hacia tanto que no entraba allí... ya ni siquiera recordaba como era aquella habitación, era lógico que no permanecía en mi memoria. El lugar estaba perfectamente ordenado, todo estaba en su sitio... aquella habitación estaba pulcra, reluciente... hoy más que nunca... Parecía como que mi madre lo hubiese mantenido cada día... desde aquella tragedia ya que estaba igual, como lo habría tenido mi padre. Comienzo a recorrer aquella habitación contemporánea con atención... con absoluta atención en la que alguna vez le pude a ver dirigido. Comienzo a ver, a leer cada insignificante objeto... cada insignificante libro, cada mínimo papel con absoluta franqueza algunos hasta siquiera tener la más remota idea de lo que significara. Luego me siento en su asiento, cómodo y tan solo por un momento siento una milésima parte de mi llena de placer. Me inclino ante el escritorio inmenso y acogedor. Recorro con mi mano el borde de aquel escritorio con la mayor ternura y apego que alguien le podría tener a un objeto. Mis ojos se centran en un único "guarda cosas" o como las personas normales lo llamarían "cajón". Suspiro. Intento abrir aquel "cajón" con absoluta suficiencia. Descubro que era imposible abrir aquel "guarda cosas" ya que solamente se podría abrir con una afortunada llave...Comienzo a buscarla. No la encontraba. Comienzo a pensar en donde un hombre "ordenado" como mi padre guardaría aquella preciada llave. ¡La encontré!. ¡Donde me imaginaba!... escondida bajo el tapiz de la entrada de la habitación. ¡Ahora por fin! Podre abrir aquel "cajón". Lo abro.

Según lo suponía... pareciera que este "cajón" no se abrió desde aquel día... y como si fuera una película... yo luego de un tiempo abro aquella "capsula del tiempo" añorando todos esos momentos y queriendo volver el tiempo atrás. Descubro insignificantes cosas sin sentido que por lo cual para mi padre habrían sido preciadas ya que estaban guardadas en un "cofre con siete candados" Sigo buscando aun mas en el fondo – "Este guarda cosas sí que no tiene fin"- llego al fondo y encuentro algo que me llama demasiado la atención. Tan solo era un papel de diario cuya orilla contenía escrito un breve mensaje algo así como una especia de dirección y a continuación decía "Un lugar único". Comienzo a darme cuenta de muchas cosas acerca de mi papa... lo estaba descubriendo. Antes no lo conocía lo suficiente y eso me entristecía. Oigo el ruido del timbre. Guardo todo rápidamente... dejándolo como lo había encontrado y comienzo a caminar por aquel medio observando todo nuevamente hasta llegar por fin a la puerta. Cierro aquella habitación sentimental y me dispongo a atender la puerta.

"Tobías..."

Sobrellevando el día... aquel día al cual no significaba nada para mí... absolutamente nada. Porque aquel hombre no se lo podía llamar padre... nadie podía. A aquel hombre nadie le podía desear nada... porque no se lo merecía... aquel hombre había dejado de ser mi padre hacia tiempo, ya no significaba nada en mi vida... era un completo extraño. Esos mismos pensamientos había veces que me hacían daño a mí mismo, no me agradaba la situación, lo admitía por ende algunas veces me volvía algo estupefacto, atónito... débil. Decido pasar el día con alguien al cual consideraba como un padre... por más que un papel no digiera que él era mi verdadero padre... Si... el padre de Jamie, era como mi padre... hasta eso compartíamos. Me dirijo a la casa de Jamie a pasar este día con el padre que el destino me habría regalado.

Creo en tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora