Creo en ti

"Arrepentido" Capitulo 24

Adiós...

No por favor quédate.

Es demasiado tarde.

Te necesito, te quiero. Todavía sigo enamorado de ti Ámbar.

Me despierto.

Agitada. No comprendo si aquel sueño habría sido una pesadilla o tal vez la realidad. ¿El se estaba comunicando conmigo? ¿El me quiere decir algo? ¿Pedir perdón?... ¿Aun me ama? -¡Ya déjate de hacerte preguntas ridículas Ámbar! Es obvio que el ya te olvido...- Y yo también.

Hecho un vistazo a las agujas del reloj; 7:05 am. ¡Mierda!. Todavía faltan horas para el vuelo y yo no he podido dominar un acogedor sueño sin soñar en el. –Se supone que lo tengo que olvidar, ¡No recordarlo!

Suspiro.

Aquel sueño definitivamente me había despertado, mi cuerpo se encontraba agitado, exhausto y acelerado. - ¿Cómo poder dominar eso? –Era imposible.

Sigilosamente me levanto sin despertar a nadie, sin el más mínimo ruido. (Mi madre ya estaba bastante angustiada por qué me iría, no tenia que despertarla). Me dirijo hacía el baño. De pronto me miro al cristal, reflejándome en el. ¿Cuántas veces tendré que mirarme al espejo sin seguir viendo a la chica de diecisiete años? Tal vez nunca... Tal vez mi esencia sigue allí. Me lavo la cara en el lavado queriendo mejorar un tercio de mi perspectiva acerca de mi rostro. No hay resultado. Vuelvo a mi habitación. Al entrar un destello de luz se refleja en mi rostro sin dejarme ver más allá de la luz. Eso me da una magnífica idea. Iré a correr. Voy a despejar mi mente, a despejarlo de mi mente sin duda alguna. Abro el closet conteniendo desde ropa casual hasta extravagante. Sin duda cojo lo más sencillo para sentirme cómoda y sin pensarlo una segunda vez salgo silenciosamente de mi casa y corro... corro lo más lejos posible, de el, de mi casa, y de cualquier otra cosa que me dañara.

Luego de estar una hora sin detenerme me dispongo a descansar en un parque bastante lejano a mi casa. –Sin duda había corrido lo suficiente. – Aquel parque me recuerda al parque en que alguna vez... tal vez en otra vida, había venido y el destino había puesto en mi camino a Tobías Dorney. - ¡No ya no más! - ¡Bórrate ese recuerdo Ámbar, olvídate de el de una vez por todas!.

Cierro los ojos.

Por un instante logro engañarme de que estaba recuperando el sueño y que me quedare dormida. Pero no fue así. Comienza a sonar el ruido ensordecedor y molesto de mi Smartphone y sin duda no es nada placentero oírlo a altas horas de la mañana. Cojo el móvil y atiendo amargadamente.

-Hola.

-¡Hola Amiga! –se oye.

-¿Dakota?

-Sí, soy yo. ¿Qué sucede? ¡Te he llamado hace tiempo y no contestas! ¿Te encuentras bien?- Dice preocupada.

-¿A mí me llamaste? – luzco confundida.

-Si a ti...

-¿Qué hora es?

-Son las 9:30 am. ¿Te sientes bien?

-¡Oh vaya! Si, si

En ese momento logro darme cuenta que me había quedado dormida, había dormido tan solo una hora en un parque solitario y absorto en la ciudad. –Vaya... sí que no estoy muy bien.

-Amiga solo quería avisarte que iré a despedirte en el aeropuerto. ¡Asique ni se te ocurra huir antes de despedirte eh!

-De acuerdo. – Rio.

-¿Y... quería saber si ibas a estar en mi boda?

-Oh... Em.... - comienzo a balbucear.- No lo sé amiga, es todo tan difícil.