"La decisión mas difícil" Capitulo 20

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Habíamos acordado, teníamos un pacto... una alianza de volvernos a ver, de tener un segundo encuentro. De ver como seguirían las cosas de aquí en adelante... de intentarlo una vez más.

Aunque nuestros planes no los evitaban y no nos veíamos muy seguido, algo había vuelto a ser como antes o intentaba hacerlo. Habían vuelto las llamadas, una vez más su número era mi contacto favorito en mi Smartphone. Nuestra "relación" – si podría definirlo así – parecía de larga distancia, no habíamos tenido nuestro segundo encuentro todavía porque esperábamos que sea mágico, queríamos que esta vez suceda de otra manera pero aun así el me llamaba sin falta todos los días y continuábamos hablando por extensas horas. En esas horas yo le contaba acerca de mi día en la Universidad y él me contaba sobre su día. Por más que aquella sensación de años atrás había vuelto, había vuelto a sentirme como una "nena contenida" y "protegida" por que estando con él me sentía así... todavía algo al cual no le había mencionado, no encontraba la oportunidad, no sabía cómo decirle que casi ya hace dos años había perdido a mi padre y al hombre que el mismo admiraba mucho, - una de las razones por las cuales se tenían mucho afecto – tenían muchas cosas en común, en este caso la literatura. Tobías por más que en ese momento no sabía qué carrera elegir cuando era un chico de diecisiete años. El y mi padre disfrutaban de extensas y numerosas horas hablando sobre la literatura.- a lo mejor desde siempre le gusto  pero nunca se dio cuenta. – En cambio mi padre ya había nacido con aquel don... siempre le había gustado expresarse por medio de las palabras pero nunca pudo cumplir su sueño de convertirse en un prestigioso y honrado escritor conocido por la multitud, pero sin embargo el era feliz.

Pero una tarde, a tan solo una semana de que me graduara en la UFC una llamada lo cambio todo.

-Hija, te llaman al teléfono. – Escucho la voz de mi madre.

-Ya voy – grito en respuesta.

...

-¿Tobías? – digo en la línea ya que estaba teniendo una de las conversaciones diarias con él.

-¿Qué sucede? – pregunta el.

-Nada, solo que te tengo que colgar, mi madre me está llamando al teléfono.

-Está bien, ve... luego te llamo – dice el

-De acuerdo... - antes de que pueda colgar el dice

-¿Ámbar?

-¿Si?

-Apúrate que ya te extraño.

Sin nada en que decir, callo, pero aun no cuelgo. De repente sale de mí una inmensa sonrisa de felicidad, escuchar esas palabras me hacían tan bien, ya que por tanto tiempo lo había necesitado de verdad. El puede descubrir mi sonrisa sin verme. Por lo que dice.

-¡De enserio apúrate! Haces mas interminable la espera – dice casi riendo – o eso parece. 

-De acuerdo – digo riendo aun.

Cuelgo. Respiro hondo, feliz memorizando esas frases por lo que me apuro a coger el teléfono que se encontraba en espera.

-¿Si?

-¿Señorita Ámbar Johnson?.

-Si ella habla.

-Buenas tardes, le habla el Esteban asistente de Jorge Winston.

¿¡¡¡Jorge Winston!!!? Exclamaba mi mente manteniéndose calmada.

Esteban continua.

-El Señor. Winston vio sus fotografías y estaría encantado que en la semana próxima pueda ir a Londres a presentarlas en su exposición y si de verdad tienen éxito podría convertirse en una de las fotógrafas de la academia Winston.

No lo podía creer, mientras aquel hombre hablaba con su voz grave. Mi mente procesaba toda la información. ¿Jorge Winston? Uno de los más conocidos fotógrafos en toda Europa... aquel hombre ¿quiere que me presente en Londres? ¿Yo ir a Londres? ¡Una de las ciudades más prestigiosas y deseadas de conocer! ¡Y si me va bien estaré en la academia Winston! ¡Una de las academias en donde se encuentran los mas talentosos fotógrafos! ¡No lo podía creer, esto me estaba pasando a mí! ¡Era una gran oportunidad! Pero a darse cuenta por mi silencio prolongador Esteban dice

-Puede pensarlo... pero tenga en cuenta que la cita es en la semana entrante.

En la semana entrante... ¡Justo después de mi graduación! ¡Todo esto es tan rápido!

Esteban continua.

-¿Tiene para anotar señorita Johnson?

-Sí, si – digo despertando de aquel sueño.

-Bueno anote la siguiente dirección de correo en donde podrá confirmarnos y mantenernos en contacto.

Anoto aquel correo sin un más mínimo de error y digo:

-Está bien, de acuerdo. Hasta la semana entrante-creo.- Digo anunciando mi posible decisión pero sin confirmarla aun. Necesitaba pensarlo con más fluidez.

Cuelgo.

No podía creer. Tenía que procesar toda la información recibida tan solo en poco tiempo.

Subo a mi habitación y pienso... no hay demasiado en que pensar en realidad, ¡La propuesta era magnifica! Aunque no estaba predestinado si entraría en aquella academia o tal vez no pero sin duda ¡tenía que intentarlo!

En ese momento comienza a vibrar mi Smartphone. Indica el número de Tobías. -¡Mierda!, ¿Qué le diré? Atiendo.

-¿Hola?

-¡Ámbar!... vaya si que me has hecho esperar demasiado

-Lo siento – digo tratando de ocultar la culpa.

-¿Se encuentra todo bien?

-Sí, si – respondo.

-¿Y la llamada?

-¡Oh!... – pienso si hablar o no. Mejor no, no ahora. – Solo era Dakota, nada importante.

-De acuerdo...

-Necesito descansar, ¿hablamos luego? – digo sin aguantar más.

-De acuerdo, descansa princesa.

Cuelgo.

Estaba envuelta en un verdadero embrollo, no sabía qué hacer... Mi relación con Tobías estaba comenzando a funcionar al igual que mi futuro. ¡Las dos cosas a la vez! ¡Era demasiado! No Sabia como poder decírselo a Tobías ya que imaginaba como podría reaccionar y esa situación no me agradaba lo mas mínimo. No quería arruinar esta oportunidad pero tampoco quería dejarlo a el otra vez, el era muy dulce... todavía me amaba. Y yo a el.

Esta era la decisión más difícil.

"Tobías..."

Me siento extraño. Ella se encontraba extraña. Raramente reaccionaba así con un tono apagado. No sabía qué era lo que estaba ocurriendo, algo me estaba ocultando y la situación de no poder vernos por los horarios completamente distintos de Universidades me estresaba. Sin duda la quería ver, quería estar con ella. ¡La quería a ella! Ya tenía una solución. Mañana seria nuestro segundo encuentro, mañana iría por ella!

Creo en tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora