Creo en ti

"Cuando una invitación lleva a la verdad..." Capitulo 13

Me hallaba en mi casa realizando el trabajo de "un lugar perfecto" - ¡De verdad que ninguna de estas fotos necesitaría ningún efecto! – pensaba. Por lo que solamente las revelo y ya están listas para entregar.

Suena el timbre. Me dirijo hacía la puerta. Abro. Comienzo a ver hacía alrededor. No se encontraba absolutamente nada. Cierro la puerta. Al cabo de unos segundos vuelve a sonar el timbre. Abro. Esta vez sí se encontraba alguien y era mi amiga Lucy.

-¡Holaaa! – dice alegremente.

-¡Holaaa! – digo del mismo modo.

Ella me da un abrazo y luego pasa.

-¡Ten! Te dejaron esto en la puerta – dice mientras me da un sobre.

En ese momento entiendo cual fue el motivo de la primera llamada a la puerta. Cojo el sobre. Lo miro por un instante y luego me distraigo por Lucy.

-¿Cómo estás? – dice ella mientras se acomoda en el sofá.

-Estoy bien... ¿y tú? – digo mientras me acomodo frente a ella.

-Bien... de hecho te he venido a buscar para salir. ¡Las chicas estarán esperándonos en el parque central!

-¡Oh! Okey, de acuerdo. ¡Espérame que iré a buscar mi abrigo!.

-De acuerdo...

Salimos y emprendemos viaje hacía el parque central.

Durante todo el viaje tuvimos una charla agradable la cual me di cuenta que hacía mucho tiempo que no tenia conversaciones así con mis amigas.

Llego. Estaban todas allí. Nos damos un cálido abrazo y disfrutamos del día.

Aquella tarde fueron como las de antes... eran esas tardes en donde me juntaba con ellas y nos contábamos los últimos chismes de la preparatoria. Esta tarde había sido como las de antes, idéntica. Había revivido aquella adolescencia.

Era tarde, había comenzado a oscurecer y es donde decido partir hacia mi casa. Llego. Me encierro en mi alcoba. Comienzo a utilizar mi laptop para realizar el detalle final de mi trabajo. Es ahí donde veo más allá de mi laptop a aquel sobre que había recibido y que hasta el momento no sabía su contenido. Abro aquel sobre. Comienzo a leer aquella carta original con papel de carta color rosa y un perfume muy peculiar.

"Te invitamos a nuestro día especial, a que nos acompañes en este día tan importante. En nuestro compromiso. Y también te damos la bendición de elegirte como nuestra madrina.

Te esperamos el 27/ 10/ 15

Gracias. Dakota & Jamie"

¡No lo podía creer! Estaba confirmado... ¡Mi amiga se iba a comprometer y yo sería su madrina!. La felicidad circula por todo mi cuerpo. Miro el calendario. Tan solo falta un mes. ¡No lo podía creer!

La felicidad aumenta cada vez más y más por lo que decido llamarla para felicitarla.

"Tobías..."

Estaba en mi casa haciendo con mis amigos lo que mejor sabíamos hacer. Jugar a la PlayStation. Nos encontramos muy entretenidos hablando sobre diversos temas aunque ya nada era lo mismo desde que me entere lo de mi supuesto amigo. Ya nada sería igual. Desde ese entonces a partir de ahí, por parte mía comencé a tener cierta distancia con él, con Jamie. Mientras que seguíamos entretenidos jugando a la PlayStation suena el timbre. Pongo el juego en pausa. Ellos se quejan. Me rio. Abro la puerta y ahí estaba mi amiga Dakota buscando a su novio –De verdad que ella no sabía nada -. Ella me saluda felizmente. Entra. Le da un cariñoso beso a su novio y se sienta a unos centímetros del sofá. Yo vuelvo a mi lugar y es ahí cuando Dakota dice:

-¿Y?... ¿Le dijiste? – pregunta Dakota dirigiéndose a Jamie.

Jamie confundido la mira.

-¿Decirme que? – interrumpo.

Dakota le dirige una mirada más intensa a Jamie por lo que el reacciona.

-¡Aaah!...si... ¡Toma! – me da una carta.

Lo miro confuso

-¡Ábrela! – dice entusiasmada Dakota.

La abro y comienzo a leer aquel papel de carta color rosa y con un aroma peculiar – Aquella carta era elegante – pensaba.

"Te invitamos a nuestro día especial, a que nos acompañes en este día tan importante. En nuestro compromiso. Y también te damos la bendición de elegirte como nuestro padrino.

Te esperamos el 27/ 10/ 15

Gracias. Dakota & Jamie"

¡No lo podía creer! ¡Mi amigo se iba a comprometer! ¡Y yo iba a ser el padrino! Pero en ese instante recuerdo a aquel imbécil al cual creía que era mi amigo y que engañaba a mi mejor amiga. En ese instante la ira me carcome la mente por lo que reacciono inconscientemente.

-¿De verdad? ¿En serio piensas casarte con ella sin serle fiel? – Grito-

-¿Eh, de que hablas? – pregunta confundido Jamie.

-¡Sabes perfectamente de lo que hablo!... ¡Eres un completo idiota! – grito aun mas enfurecido acercándome a Jamie.

-¡Espera Tobías!... ¿De qué hablas? – pregunta preocupada Dakota.

-¡De que tu novio te es infiel! – grito mirándola a los ojos.

Sus ojos se vuelven frágiles, su expresión se vuelve débil... estaba indefensa, no sabía que decir.

-¿Qué dices idiota? – grita Jamie empujándome.

Dakota trata de separarnos mientras que yo digo:

-¡Lo que escuchaste! ¡Te vi! ¡El otro día! ¡Estabas abrazado a una chica! – grito aun mas.

En ese momento me parece ver que Dakota luce tranquila. Como si no fuera nada importante aquel detalle.

Jamie también se tranquiliza pero a la vez se enfurece.

-¡Yo no tengo nada con esa chica! ¡No es nada mío! – grita.

-¿A no? – digo sarcásticamente.

-¡No! ¡Ni siquiera sabes quién era!.

-¡No pero estaba mal y se abrazaron!... ¿Si no es tu amante quién es? – grito enfrentándome a él.

-¿Quieres saber quién es? – pregunta acercándose.

Dakota palidece.

-¡Sí! ¡Quiero saber quien! – digo fuerte enfrentándolo.

-Esa chica era Ámbar – Grita.

Me quedo paralizado. Noto que mi reacción se ablanda. No entendía nada. Aquella chica que me parecía preciosa era ella. -¿Y cómo no me va aparecer linda? Si yo estuve enamorado de ella – pensaba. –Pero... ¿Qué hacía allí? ¿Con Jamie? ¿Por qué con Jamie y no con Dakota? ¿Por qué no conmigo? ¿Por qué estaba mal? Me surgían preguntas una tras otra... no entendía nada. Necesitaba explicaciones. Me siento, cansado en el sofá. Solo me sujeto la cabeza. Esto lo había cambiado todo. De alguna manera u otra ella había aparecido en mi vida. Pero ahí estaban mis amigos incluso Jamie y mi amiga Dakota, dispuesta a explicarme todo... ya que ellos lo sabían y yo también ahora sabía que Jamie nunca había dejado de ser mi amigo. El nunca había traicionado a Dakota. El era fiel.