22.- Jugando con fuego (parte 2)

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*No hay gif porque no me pude decidir en uno solo*


Peter:

El señor Kilton nos lleva al tercer piso donde solo hay una puerta blanca que irradia luz azul ya característica de los habitantes de este lugar. Cuando la abra doy un paso hacia atrás. Hay miles de hojas y libros volando sin rumbo fijo, ni siquiera puedo ver el suelo ni las paredes... si es que las hay. No hay piso, solo un vacío tan lleno que parece imposible.

Al ver el lugar M se detiene bruscamente y se lleva una mano a la boca.

-Esto no puede ser real - suspira - Peter ¿esto es un sueño?

-Hasta donde sé, no - sonrío.

El señor Kilton da una palmada y todos los libros dejan de moverse como por arte de magia. Luego de eso, entra en el vacío pero es sostenido con cada pisada por una luz azulada que desaparece al mismo tiempo que sus pisadas.

-Adelante – nos incita.

Me detengo justo a un paso del vacío, mirando hacia abajo. No hay suelo, si caigo será encima de los libros y quién sabe si puedan detenerme o qué hay más abajo. No creo que sea seguro. Igual y es una trampa, nunca se sabe.

Para ti todo es una trampa.

No parezco ser el único que lo piensa porque nadie da el paso al frente.

-Si dudan, caerán – explica el señor Kilton – El primer paso es creer que pueden hacerlo. Confíen en que no se caerán.

Todos saben quién es la que avanza primero ¿cierto?

Ni siquiera me da tiempo de pensar en detenerla cuando Emma ya está caminando-flotando al interior de la estancia. Se da la vuelta y nos sonríe como señal de que es seguro.

Es todo, doy el paso.

Y no me caigo. Pero se siente raro. Es como si una fuerza me impulsa hacia arriba y al mismo tiempo hacia abajo. Doy otro paso y por un momento pienso que caeré porque me cuesta guardar el equilibrio. Me voy de lado varias veces.

Es como caminar sobre un puente colgante pero sin nada de lo que sostenerte.

No llego a caer, unas suaves manos me toman del brazo y me ayudan a seguir avanzando.

-Al principio es difícil, pero poco a poco te acostumbras, te lo prometo – sonríe M.

-Creo que todo esto de la magia se te da mucho mejor a ti que a mi.

-No, se me da mucho mejor eso de creer y confiar.

Con solo un movimiento de mano en el centro de lo que sea este lugar aparece una mesa de madera. El señor Kilton extiende sobre ella un mapa (ve tú a saber de dónde demonios lo sacó) y un libro a un costado.

-Hace mil años, mi padre, en su lecho de muerte, me contó uno de los secretos más grandes del universo. El secreto de la piedra de Phoenix. – empieza a explicar – Él estuvo presente en la gran inundación de la Tierra, no como tal en la tierra pero sí logró escuchar los rumores. Su mejor amigo le pidió que guardara este libro con su propia vida y, al leerlo se dio cuenta de que era toda la historia de la piedra del Phoenix, las habilidades que otorga y también el sitio exacto de su escondite y el escondite de las réplicas.

"Se prometió a sí mismo quemar el libro pero conforme pasaba el tiempo, más ganas tenía de abrirlo de nuevo y de iniciar la búsqueda de la famosa piedra. Así que mi madre le aconsejó que pusiera el libro en una caja y lo escondiera en un lugar inaccesible."

Hubo alguna vez un corazón doradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora