1 - Secuestrados.

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Emma:


Muero de sueño. La fiesta terminó ¡POR FIN!

No estoy acostumbrada a dormir tan tarde.

Todos hablan de lo increíble que fue la fiesta y de la comida pero yo en lo único que pienso es en dormir.

-Casi no se nota que tienes sueño - ríe Peter.

Recargo la cabeza su hombro y cierro los ojos hundiéndome el el aroma de su colonia. 

-¿Qué horas serán? - pregunta Peter.

-Más o menos como las tres de la madrugada - responde Adri.

Con razón tengo tanto sueño. No he dormido muy bien últimamente, con tanta celebración, preparativos y mi viaje antes de la fiesta estoy totalmente agotada.

-Tengo mucho sueño - susurro tomando la mano de mi mejor amigo entre las mías, debo tener el el sistema quizá unas dos copas de vino púrpura para hace eso, sobre todo luego de... bueno, la cosa es que tampoco estoy en todos mis sentidos si les soy sincera. Siento un beso suyo en la cabeza y cierro los ojos.

El ruido de un grito agudo me despierta. Abro los ojos de golpe y lo primero que veo es a todos mis amigos alarmados, pero faltan dos. 

-¿Qué ocurre? - pregunto despavilándome por completo al escuchar otro grito. 

-Es Adri - murmura Jack y salimso del coche corriendo en dirección al grito.

Solo me dormí un rato ¿qué pudo haber pasado en cuestión de minutos? 

Proviene de dentro del laberinto de arbustos. No me jodas, acabo de leer Maze Runner, lo último que quiero es entrar en un laberinto. 

Pero el sollozo de mi amiga hace que sea la primera en entrar, totalmente preocupada. Ella no gritaría así por nada. Corro cada vez más rápido, lo más rápido que mis piernas y tacones me dejan, por un segundo solo tengo la salvaje necesidad de salvarla, de lo que sea que la esté haciendo gritar así. 

¿Y Alinole? 

¿Dónde está?

La respuesta está justo junto a Adri, que solloza tratando de detener como puede la sangre que sale de sale de la pierna inmovil de Alinole. 

Sus ojos están cerrados y por unn segundo me imagino lo pero, hasta que Peter se agacha y le pone los dedos en el pulso del cuello.

 - ¿No está...?

-No - responde - Está bien. Pero hay que llevarlo al hospital y rápido.

-¿Quién...? - murmura Xori pero todos nos quedamos callados cuando se empiezan a escuchar pisadas más a fondo del laberinto. Pero se acercan, demasiado para mi gusto. 

-¿No se supone que ya todos se habían ido? - susurra Gil.

Tengo un mal presentimiento sobre esto

-¡Vienen por nosotros! - grita Alinole parándose como puede -¡Corran, corran! ¡Tenemos que irnos!

Nadie lo pone en duda, Xori y Peter ayudan a Alinole con el resto delante, Gil y yo en la retaguardia. El miedo se apodera de mi pero sigo corriendo, recordando el cuchillo escondido en los pliegues de mi vestido.

-¿Qué crees que sea? - le pregunto a Gilbora sin dejar de correr. 

-¿Por qué no les preguntas? 

Tiene razón, no hay tiempo para pensar en eso. 

El coche ya está cerca, y el alivio se va aflorando en mi pecho... 

Hubo alguna vez un corazón doradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora