3- Lo que queda de ella

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Emma:

Luego de darme un corto y rápido baño, me visto con ropa limpia para ir hacia el cuartel, que está en el piso dos milésimo tricentésimo cuadragésimo sexto (2346, más fácil), es el último piso del castillo que conozco, aunque hay más arriba. Para acceder al piso necesito mi huella digital, el iris de mi ojo y una muestra de adn (un pequeño pellizco en mi dedo que hace correr una gota de sangre.

Todo el piso es el cuartel, con paredes blancas y de cristal, cientos de máquinas (no se utilizar el 90% de ellas) y galeras para guardar todas las cosas que vamos recuperando de cada misión. Y también de los antiguos escuadrones, mucho antes que nosotros.

Soy la última en llegar, y Xori me ofrece una taza de café que acepto con gusto porque no he dormido muy bien, estoy agotada por todo lo que ocurrió y son las 3 de la madrugada, es un milagro que siga despierta.

-Entonces - digo en cuanto llego a una gran mesa sin sillas en la que todo el mundo está de pie viendo un pequeño chip con el mensaje - ¿Ya podemos verlo?

-Estamos esperando a... - empieza Adri justo cuando el elevador llega, con Liv en su interior - Bien, pues ya llegó.

Liv es la reina de Tefropec, y todos la apreciamos mucho. Es amable y dulce y muy hermosa. Tiene el cabello largo y castaño que le cae mucho más por debajo de la espalda, es alta y esbelta, de cuerpo hermoso y ojos azulados. En este momento lleva puesto un hermoso vestido color rojo con bordados dorados y mangas largas y transparentes. Un bonito collar adorna su cuello y un par de aretes en sus orejas. Y claro, lleva una bonita corona de cristal en la cabeza.

Cuando yo llegué tenía ya 20 años y llevaba 3 años en el trono, aunque solo tiene 34 años, se ve mucho mayor, no se siente muy bien y eso se le nota.

-¿Qué ocurre? - pregunta con su dulce voz mostrándome una sonrisa que no le llega a los ojos - Me alegra que tu y Peter estén a salvo.

-Lamentamos molestarla ahora que está tan débil, majestad - empieza White - Pero necesitamos que usted vea esto y nos de permiso para proceder.

-Ustedes saben que no necesitan mi permiso - le sonríe Liv - Pero claro que les daré mi consejo.

White asiente y le hace una seña a Alinole para que este reproduzca el mensaje.

El video se extiende como un holograma por toda la mesa y ante mí aparece una escena en la que hay escombros en llamas y cuerpos tirados en el suelo. El cielo, que debería ser del color de la puesta de sol, está gris, lleno de humo. Se escuchan disparos y bombas caer a lo lejos. Frente a nosotros hay un hombre moreno, con la cara llena de sangre y un brazo quemado. También tiene lágrimas en los ojos.

-Soy Keq, - dice el hombre - esto es lo que queda de mi ciudad. No sabemos quiénes son, o qué les hemos hecho. Pero están llegando por millares. Lanzan bombas sobre casas, disparan con armas que no sabíamos que existían. Matan a hombres y mujeres por igual, a los niños los asesinan sin siquiera parpadear. Necesitamos ayuda, o terminarán destruyendo todo el planeta.

Cuando el hombre dice eso, empiezan a sonar disparos y volteamos a ver, son al parecer soldados, vestidos igual a los que nos secuestraron, y disparan en dirección al hombre.

-¡He! ¡Usted! ¿¡Que cree que hace!?

- ¡Por favor, ayuda! – grita antes de que la bala le dé en la cabeza. El mensaje termina en cuanto el hombre toca el suelo con los ojos abiertos y las pupilas dilatadas. Está muerto.

El video se corta y yo me quedo con las palabras en la boca. Y un nudo en la garganta que me es difícil tragar.

Por muchas cosas horribles que haya visto nunca me acostumbraré.

Hubo alguna vez un corazón doradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora