11 de abril de 2030

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"Pa enamorar, soy de todo, menos fácil
Después de mil, ya sé que está bien difícil
Pa enamorar, estoy dura como rubí
Si fuera flor, tendría pétalos de marfil
Mi corazón da la impresión que está en prisión
Y NO QUIERE SALIR

Tengo una avería, tengo un cortocircuito
Como brujería, mi cora está maldito
Ojalá pudiera dar amor infinito
Pero todavía no puedo enamorarme ni un poquito".

Restaurante La Taberna Errante. La Latina. Madrid

14:34 horas

Martin había quedado con Chiara y Ruslana para almorzar en uno de los restaurantes favoritos de los tres, con un ambiente muy hogareño, donde se cruzaban, sobre todo, con actores y actrices que estaban ensayando o acababan función en el Teatro La Latina. El vasco las esperaba en una de las mesas mientras se tomaba una caña, cuando recibió un mensaje de la pelirroja que le decía que al final no iba. Justo en el momento exacto en el que la menorquina entraba por la puerta.

Martin se levantó para darle un abrazo y mientras se sentaba, ella preguntó por Ruslana.

-Al final no viene, me acaba de mandar un mensaje

-Joder-, susurró Chiara-, ¿Te ha dicho por qué?

-La verdad es que no, simplemente que no podía.

-Creo que está enfadada conmigo. O molesta... no sé-, dijo Chiara con cara de preocupación y algo abochornada.

- ¿Por qué va a estar enfadada contigo?

-El otro día la lie un poco...

Flashback al 6 de abril de 2030

Ochoymedio Club. Ópera. Madrid

4:28 horas

Chiara llevaba una borrachera considerable. Por decir algo. No es que hubiera vuelto a su "animal party" era, ni mucho menos, aunque sí estaba soltera como entonces (pero a eso iremos más tarde). Solo se le habían ido de las manos los gintonics y, encima, no había cenado. Había salido de fiesta con el grupo de amigas que tenía con Ruslana al Ochoymedio, y estaba en la pista dándolo todo, aunque aguantando el equilibrio. Así de mal estaba.

Dentro de su embriaguez, del baile, de los cuerpos moviéndose a su alrededor, del sudor, se sentía libre esa noche. No era el momento de pensar. Ni lógica, ni contención, ni prudencia, solo vivir el momento. Seize the day. Carpe Diem, etc. ¿No era eso lo que decían? Tenía ganas de fiesta "con la primera que venga", se dijo.

La música se sentía como si su corazón estuviera bombeando como una caja de ritmos.

De repente, tropezó, pero una mano llegó justo a tiempo para agarrarla por la cintura y no dejarla caer. Cuando se giró se encontró con Ruslana, como siempre, sosteniéndola en cualquier circunstancia de la vida. La pelirroja no estaba borracha como Chiara, pero tampoco sobria. Lo que sí estaba era contenida. La menorquina le pasó los brazos por cuello.

-Hola Rusli

- ¿Sabes que estás muy borracha?

Chiara ladeó la cabeza y sonrió, con la mirada perdida.

- ¿Sabes que eres muy guapa? -, le contestó

-Ya lo sé

- Vaya, qué creído te lo tienes, ¿no? - le dijo Chiara acercando más su cuerpo al de la ucraniana, que sonrió al tiempo que negaba con la cabeza. -Pero no, enserio, eres muy guapa... no sé cómo lo haces-, continuó la menorquina, que apoyó su frente en la de la pelirroja.

Que el tiempo se pare // RUSKIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora