Un fanático desconocido de Jujutsu Kaisen se convierte en Sukuna. Intenta cambiar el futuro, pero ¿alguien confiará en el Rey de las Maldiciones?
ESTA HISTORIA NO ES DE MI PERTENENCIA ES DE SunglassesCat
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A pesar de la opinión popular de que Satoru tenía una personalidad pésima, él creía que era bastante razonable. De verdad. Era el hechicero de Jujutsu más fuerte y podía hacer lo que quisiera. Diablos, podía convertirse en la versión moderna de Sukuna y nadie podría detenerlo. Sin embargo, todavía se dejaba limitar por reglas y etiquetas ridículas. Se ocupaba de las maldiciones poderosas y de los usuarios de las maldiciones. Su mera existencia era la fuente de la estabilidad que muchos hechiceros de Jujutsu disfrutaron durante años. No dudaba de que muchas personas pudieran dormir tranquilas por la noche sabiendo que los monstruos más peligrosos serían eliminados por el "más fuerte".
Satoru era una buena persona.
Todo lo que pidió fue que lo dejaran en paz para poder enseñar a sus estudiantes para que pudieran crecer y convertirse en pilares fuertes de la futura sociedad de Jujutsu. Mientras tanto, esos molestos ancianos podrían sentarse cómodamente en sus estúpidos tronos. Satoru incluso les permitió que le dieran órdenes como a un perro callejero común, aunque podía borrar sus existencias sin sentido con un movimiento de sus dedos.
¿Viste lo amable que había sido Satoru?
Pero vamos. Les había contado sobre su plan con respecto a Yuuji, e incluso dejó que esos superiores jugaran sus aburridos juegos de poder. Incluso "aceptó" convertirse en el verdugo de Yuuji una vez que el niño terminara de tragarse todos los dedos de Sukuna. Todo lo que pidió a cambio fue que Yuuji estudiara con él y se convirtiera en un hechicero fuerte.
Satoru era una persona paciente.
En realidad...
Pero aquellos ancianos no parecían poder dejar de presionarlo.
Satoru había sido enviado a otro "viaje de negocios" por esos estúpidos superiores. Y mientras él perdía el tiempo en misiones aburridas, sus estudiantes estaban siendo arrojados a un nido de grado especial. Para empeorar las cosas, Yuuji incluso tuvo que rogarle a Sukuna y hacer un Juramento Vinculante para sobrevivir. ¿En serio? ¿Después de que Satoru hubiera aceptado de buena gana las demandas de los ancianos? ¿Así fue como le pagaron? ¿Apuñalándolo por la espalda e intentando asesinar a sus estudiantes?
Era necesario recordarles a los superiores cuál era su posición.
—Gojo Satoru —dijo un anciano detrás de esas molestas pantallas. ¿Pensaban que esa frágil barrera podría ocultarlos de los ojos de Satoru? —Creemos que hemos dejado en claro que debes asegurarte de completar tu misión. ¿Por qué has regresado ya?
