Un fanático desconocido de Jujutsu Kaisen se convierte en Sukuna. Intenta cambiar el futuro, pero ¿alguien confiará en el Rey de las Maldiciones?
ESTA HISTORIA NO ES DE MI PERTENENCIA ES DE SunglassesCat
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A pesar de ser antiguos hechiceros, Reggie e Iori no pudieron derrotar fácilmente a Megumi y Junpei. Los dos inicialmente habían confundido a los dos usuarios de Shikigami con malos en las peleas cuerpo a cuerpo. Decidieron acercarse a ellos, y de inmediato se demostró que estaban equivocados cuando los dos adolescentes contraatacaron sin piedad con sus puños y patadas. Después de recibir palizas regulares de dos maestros despiadados, los jóvenes hechiceros tenían una tolerancia al dolor mucho mayor que antes.
Hasta ahora, Iori había sido el oponente más molesto. Sus partes explosivas del cuerpo, junto con su Técnica Maldita Inversa, lo hacían difícil de manejar. Los adolescentes intercambiaron miradas y se lanzaron hacia sus oponentes seleccionados. Megumi inmediatamente se acercó a Iori, mientras que Junpei apuntó a Reggie.
Iori intentó escupir otro diente explosivo, pero Megumi se deslizó hacia su sombra y apareció detrás de él. Cuando uno se enfrentaba a un usuario de la Técnica Maldita Inversa, tenía que apuntar a su cabeza. Megumi sacó una espada que había robado del clan Zen'in y trató de decapitar al hombre.
Desafortunadamente, Iori también era consciente de esta debilidad y la esquivó. Al darse la vuelta, el antiguo hechicero intentó patearlo, pero Megumi lo evadió y le ordenó a Divine Dog que atacara por detrás. Aunque el shikigami apuntó al cuello, solo logró hundir sus dientes en el brazo.
—¡Puedes llevártelo! —Iori dejó que el perro le arrancara el brazo y saltó.
—¡Mierda! ¡Tíralo! —gritó Megumi.
El Perro Divino apenas tuvo tiempo de arrojar la extremidad explosiva, pero el borde de la explosión logró alcanzar al shikigami. El adolescente atrajo al perro hacia su sombra e inmediatamente invocó Rabbit Escape.
Junpei, que estaba luchando contra Reggie, también lanzó sus propias oleadas de shikigami. Los dos antiguos hechiceros inmediatamente intentaron luchar contra las numerosas criaturas que los atacaban. Megumi se acercó rápidamente a su amigo y le preguntó: "¿Lo hiciste?"
—Sí —sonrió Junpei.
Megumi sonrió.
Iori logró contener a los conejos con su explosión. Mantuvo la vigilancia alta, esperando que el oponente lo atacara nuevamente. De repente, una sombra apareció sobre él y solo tuvo un segundo para esquivar a un tiburón que apareció de repente.
