Un fanático desconocido de Jujutsu Kaisen se convierte en Sukuna. Intenta cambiar el futuro, pero ¿alguien confiará en el Rey de las Maldiciones?
ESTA HISTORIA NO ES DE MI PERTENENCIA ES DE SunglassesCat
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Megumi no estaba teniendo un buen día. Primero, tenía que regresar a su escuela secundaria y encontrarse con viejos conocidos. Luego, tenía que perseguir una maldición que podría ser la culpable del coma de Tsumiki. Tercero, el pequeño espíritu maldito que había pensado que era débil resultó ser otro grado especial similar al que encontraron en el centro de detención. La cosa era en realidad incluso más poderosa.
Que le jodan.
Ahora, Megumi finalmente comenzó a reconstruir toda la situación. La maldición había consumido uno de los dedos de Sukuna y recién se volvió más activa después del resurgimiento del Rey de las Maldiciones.
¡ESTALLIDO!
La maldición disparó un proyectil hecho de energía maldita y Megumi apenas tuvo tiempo de bloquearlo con su espada. La hoja se rompió al impactar y le dejó una herida en la frente. Con una velocidad inmensa, el espíritu maldito se movió detrás de él e intentó asestarle un puñetazo.
—¡Fushiguro! —Yoshino notó que el ataque era más rápido y envió a una de sus medusas para que lo retuviera. Desafortunadamente, el poder aún era demasiado grande y envió a Megumi a estrellarse contra la pared de la cueva. Mierda. ¡No había forma de que los dos pudieran vencer a esa cosa!
Las manos de Megumi automáticamente formaron un mudra familiar. "Con este tesoro..."
En ese momento, la voz de Sukuna resonó en su cabeza: "¿Es porque sabes que tienes en tus manos una carta del triunfo que acabará con todos tus problemas? De cualquier manera, esa mentalidad débil tuya será la causa de tu muerte".
"Morir para ganar y arriesgar la muerte para ganar es completamente diferente, Megumi", dijo Gojo.
'Una versión más fuerte de mí mismo...'
Megumi detuvo su intento de invocar a Mahoraga y se levantó lentamente para hacer otro gesto con la mano. "Bien entonces... ¡Aquí vamos!"
Una sonrisa salvaje se dibujó en su rostro. "¡Expansión de dominio: Jardín de sombras de quimera!"
Con esas palabras, un mar de sombras emergió bajo sus pies. La sangre comenzó a brotar de la nariz y los ojos de Megumi, y él solo pudo reír. Todavía estaba incompleto, pero debería ser suficiente. Las criaturas de las sombras intentaron mantener presionado el grado especial y distrajeron a la criatura el tiempo suficiente para que Megumi pudiera acercarse y patearla en la cara.
