Un fanático desconocido de Jujutsu Kaisen se convierte en Sukuna. Intenta cambiar el futuro, pero ¿alguien confiará en el Rey de las Maldiciones?
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Inmediatamente después de que Gojo Satoru fuera derrotado, el Dios del Rayo, Kashimo Hajime, entró de inmediato al campo de batalla. El furioso Rey de las Maldiciones centró su atención en el nuevo contrincante, lo que le dio a Ui Ui y Nitta la oportunidad de teletransportarse y recuperar el cuerpo caído del hechicero más fuerte.
"Hay tanta sangre", Nitta no pudo evitar pensar. Sabía que tendría que lidiar con personas heridas, pero ver a Gojo cortado en dos no era algo que hubiera esperado ver. Rápidamente usó su técnica maldita para evitar que la herida se deteriorara más, pero no sabía si eso sería suficiente. Al segundo siguiente, Ui Ui activó su propia técnica y los transportó de regreso a su base.
A pesar de ver al anterior contrincante cortado en dos, Hajime no sintió el más mínimo miedo al enfrentarse al Rey de las Maldiciones. Aunque había presenciado esta nueva forma desde las pantallas, ver la maldición con sus propios ojos era algo completamente distinto. Aunque muchos podrían haberse asustado ante los cuatro brazos y la segunda boca, Hajime sabía que estos apéndices adicionales ayudaban a Sukuna en muchas batallas.
—Dime, Sukuna —dijo Hajime—, ¿te ganaste el título del más fuerte o simplemente naciste como tal?
Frustrantemente, el Rey de las Maldiciones no respondió. Qué molesto. Hajime deseaba desafiar al ser que Kenjaku llamaba el más fuerte, pero este era simplemente un recipiente que lo albergaba. Sin embargo, ya que Hajime tenía su oportunidad, pondría a prueba su temple contra Sukuna.
Blandió su bastón Nyoi hacia el Rey de las Maldiciones e inmediatamente intentó atacar. Con solo una mano restante y las otras tres todavía en proceso de curación, el antiguo hechicero tenía una ligera ventaja contra Sukuna. Sin embargo, los golpes mejorados de Hajime no lograron herir la maldición. Aunque acababa de terminar una larga batalla contra Gojo, el Rey de las Maldiciones no mostró signos de fatiga.
¡ESTALLIDO!
Con la mano que le quedaba, la maldición bloqueó el bastón y lo arrancó. Hajime soltó su arma y optó por lanzar una patada hacia arriba. El Rey de las Maldiciones dio un paso atrás para esquivar, pero eso solo le dio al hechicero la oportunidad de activar su técnica Bestia Mítica: Ámbar. Sin dudarlo, disparó una onda sónica contra la maldición, que su oponente optó por aguantar.
Sabiendo que eso no sería suficiente, siguió con un rayo de energía que el Rey de las Maldiciones esquivó. Justo cuando Hajime estaba a punto de asestar su puñetazo, se dio cuenta de que la maldición había regenerado su segundo brazo.
