Un fanático desconocido de Jujutsu Kaisen se convierte en Sukuna. Intenta cambiar el futuro, pero ¿alguien confiará en el Rey de las Maldiciones?
ESTA HISTORIA NO ES DE MI PERTENENCIA ES DE Nooneimportantoof
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Sukuna estaba notando un desarrollo preocupante. Yuuji ya era un caso perdido. El chico había tenido la mala idea de que quedarse cerca de él era algo bueno. Al principio había tratado de mantener sus interacciones al mínimo, pero luego el mocoso tuvo que arrastrar a Megumi a este lío. Al final, tuvieron una confrontación en el bosque. No resultó como él quería, pero comprendió que Yuuji era un adolescente testarudo. Una vez que se proponía algo, no iba a cambiar a menos que ocurriera algo extremo. Dado que Sukuna no asesinaría a un inocente solo para rebajar la opinión que el chico tenía de él, solo podía lidiar con el resultado de sus errores.
Sukuna había imaginado que podría seguir manteniendo al adolescente a distancia. No lo evitaría por completo, pero no lo buscaría. Sin embargo, el mocoso parecía estar pegado a su lado cada vez que tenía tiempo libre. Yuuji parecía tener una idea falsa de que Sukuna era alguien que necesitaba ayuda en su camino hacia la redención o algo así. Qué noción tan tonta. Sukuna sabía bien qué y quién era. En el momento en que se convirtió en el Rey de las Maldiciones, tuvo que soportar los pecados y fechorías del original. Si bien había podido controlarse hasta ahora, no sabía con certeza si esa marea interminable de sed de sangre alguna vez lo consumiría. Por eso necesitaba que el chico no confiara en él. Una traición de un compañero dolía más que una puñalada en el corazón de un enemigo. Sin embargo, Yuuji continuó siendo un idiota obstinado.
Como el chico seguía pegado a Sukuna como una sanguijuela molesta, los otros adolescentes de alguna manera se involucraron. El primero en caer fue Junpei. Los dos habían desarrollado el hábito de ver películas juntos, y estar escondidos no impidió eso. Yuuji tuvo la brillante idea de invitar a Sukuna a esta noche de películas. Junpei claramente parecía reacio a esa idea y Sukuna estuvo de acuerdo. Desafortunadamente, el otro chico no tuvo resistencia contra la mirada suplicante de Yuuji, y se arrugó como un patético trozo de papel mojado. Por lo tanto, Sukuna tuvo que sufrir viendo una película con dos adolescentes. Afortunadamente, no era El Señor de los Anillos nuevamente, en cambio, estaban viendo una nueva película de acción y terror.
—Um... Creo que esta es la primera vez que tenemos una conversación personal, ¿verdad? —dijo Junpei torpemente mientras Yuuji se iba a buscar algunos bocadillos a la cocina. Esto dejó a Sukuna y Junpei sentados solos en la habitación. Ugh.
"No tienes por qué obligarte a hablar conmigo", dijo Sukuna sin mirar al chico. Sabía que su mirada a menudo ponía nerviosas a las personas y no quería que el adolescente sufriera un ataque de pánico en ese momento.
—Ah, um... —Junpei tartamudeó y se quedó en silencio. Sukuna pensó que ese era el final, pero luego habló de nuevo—: No te he dado las gracias por salvarme en ese entonces. Tú fuiste quien me curó después de que Mahito me transfiguró, ¿verdad?
