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"come on, let me get to know you just another chance so that i can show that i won't let you down and run"
Be The One - Dua Lipa
24 de febrero de 1995
Cuando Albus Dumbledore la llamó a su oficina, eso era lo último que Maia esperaba. Tenía una pequeña sonrisa en el rostro, casi oculta por su larga barba, y dulces de colores en la mano, o al menos eso pensó Maia.
"Te he llamado porque tengo un favor que pedirte, señorita Malfoy. Como sabes, la segunda ronda del Torneo tendrá lugar esta tarde", Maia asintió mientras el director hablaba. "No puedo decirte de qué se trata, pero te pido tu colaboración y tu consentimiento para participar en ella."
Maia lo miró frunciendo el ceño. "Pero, profesor, yo no he sido seleccionada. No puedo participar."
"No participarás, no te preocupes. Y no temas por tu vida, todo está bajo control. Solo puedo decirte que, antes que tú, llamé a Gabrielle Delacour, pero no me pareció del todo apropiado, dada su edad. Sin embargo, te ruego que participes en esta prueba, ya que la conexión rápida que has tenido con la joven Fleur Delacour ha sido notable. ¿Puedo contar con tu ayuda?"
Maia abrió la boca, pero no salieron palabras de ella. ¿Cómo sabía él que conocía bien a Fleur? ¿Alguien las había visto? Su corazón se aceleró, pero no quería que Dumbledore notara cómo se le aceleraba el pulso, así que asintió con la cabeza. El director le sonrió y le ofreció los dulces que tenía en la mano.
La rubia obedeció, todavía un poco aturdida, y los tragó. Después de eso, aparte de que Dumbledore levantara su varita a la altura de su cabeza.
Lo siguiente que recordó fue emerger a la superficie del Lago Negro, abrir la boca en busca de aire y sentir que se ahogaba. Toda su ropa estaba mojada y se adhería a su piel, arrastrándola hacia el fondo, pero cuando abrió los ojos vio que Ronald Weasley la sostenía por la cintura y nadaba hacia el muelle con ella en sus brazos. En lugar de reprocharle algo, se tomó el tiempo para recuperar el aire perdido y preguntarse qué acababa de suceder.
Fleur Delacour y otras chicas de Beauxbatons se acercaron rápidamente cuando el Gryffindor la levantó. La francesa pasó una toalla sobre su cuerpo y, mientras Maia tosía y temblaba de frío, la acurrucó contra su propio pecho. Maia se sintió reconfortada, pero terriblemente observada, e ignoró las palabras de los demás estudiantes o las caricias de Fleur en su cabello.
Maia estaba profundamente confundida. No sabía qué acababa de suceder, ni por qué Weasley la había arrastrado a la superficie, ni por qué Cho Chang y Hermione Granger, a su lado, también se refugiaban del frío con mantas.
"Gracias a Merlín que estás bien." Susurró Fleur contra su cabello. "La segunda prueba involucraba a personas cercanas a nosotros, y Dumbledore te eligió para mí." Maia se sonrojó ligeramente, pero el contraste de su piel y el rubor era notorio. "No pude salvarte, las criaturas dentro del agua no me dejaron y mi hechizo se agotó. Lo siento, Maia."
