Minho
Puedo asegurar que aquella noche fue una de las mejores que pude haber tenido. Con el simple hecho de que Jisung estaba a mi lado, envuelto en mis brazos.
Recién nos despertábamos, y nuestras miradas conectaron, como si de un imán se tratase. Sonreímos al mismo tiempo, lo cuál hizo sacarme otra sonrisa. Jugaba con su pelo cuando...
—¿Te acuerdas de cuando vimos un gatito abandonado en la calle y como nos dió tanta pena lo adoptamos a escondidas? —Recordó mirando al techo.
—Y luego nos regañaron. —Ambos soltamos unas risas, por aquel recuerdo del pasado.
—¿Cómo se llamaba?
—Le pusimos de nombre Soonie.
—¡Es verdad! —Echó una mirada en mí.
De repente, un silencio invadió la habitación.
—De chicos éramos más libres y teníamos más tiempo. —opinó acariciando mi mano.
—Esos sí eran buenos momentos. —En algo en lo que nos parecíamos mucho era en que ambos éramos nostálgicos.
—Ahora no tenemos tiempo para nada y todo se ha vuelto más complicado. —concordé. —¿Cómo será nuestra vida en el futuro? —curioseó.
Aunque tal vez parecía un disparate, esa pregunta tenía mucho por decir y mucha importancia detrás de ella.
—Sólo espero que aún sigas a mi lado. —Sus mejillas se tiñieron de rojo y dejó un corto beso en mis labios.
—¿Conseguiremos estar juntos sin que no nos pase nada?
—No lo sé, Ji. Espero que sí.
—Ahora sólo debemos conformarnos con el presente. —soltó. —¿Qué harás, Min? ¿Volverás al palacio?
Pensé unos segundos antes de responder.
—Sí. —contesté seguro. —Creo que debo enfrentarme y al menos, poder arreglar las cosas. —dije con valentía y me levanté.
Él me agarró de la mano y me preguntó.
—Min, ¿No quieres que vaya contigo?
—No es eso, Sung. Sólo... —Acerqué mi rostro con el suyo y acaricié su mejilla. —Tengo miedo de que te pase algo, Ji.
—Pero yo también... —declaró. —Yo soy tu novio y creo que debo-
—No, Jisung. —interrumpí. —Ha sido culpa mía y yo debo arreglarlo. No quiero que te arriesgues por un error mío.
Él asentió comprendiendo.
Estaba a punto de salir, cuando un ruido extraño provenir de mi barriga, interrumpió aquel silencio.
—¿Quieres comer algo antes, Min? —Me di la vuelta un poco avergonzado y susurré un "sí" como respuesta.
Isabelle
—Mi señora, tengo información que tal vez pueda serle útil.
—¡Ah! —exclamé, furiosa. —¿Por qué tan sólo no puedes soltarlo?
—Discúlpame, milady. —Aclaró su garganta. —Minho huyó del palacio ayer por la tarde, por una grave discusión con sus padres.
—¡Eso ya lo sé! Dime algo interesante.
—Perdóneme, su majestad. Entendí que quisiera que le dijera todos los movimientos del señor Minho.
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El Crepúsculo de los Inocentes [Minsung]
Romans"𝑯𝒂𝒃𝒆𝒓𝒕𝒆 𝒄𝒐𝒏𝒐𝒄𝒊𝒅𝒐 𝒉𝒂 𝒔𝒊𝒅𝒐 𝒔𝒂𝒃𝒆𝒓 𝒗𝒆𝒓𝒅𝒂𝒅𝒆𝒓𝒂𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆 𝒍𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒆𝒔 𝒍𝒂 𝒇𝒆𝒍𝒊𝒄𝒊𝒅𝒂𝒅 𝒚 𝒆𝒔𝒕𝒂 𝒕𝒊𝒆𝒏𝒆 𝒕𝒖 𝒏𝒐𝒎𝒃𝒓𝒆." El famoso príncipe del pueblo Beaurevoir, de una Francia de la época Moderna...