Jisung
Yo antes era un chico que no solía ser tan torpe. Pero ahora, por cualquier cosa, me salgo de control y acabo haciendo un desastre. Y más ahora, con esta sensación tan rara, que siento que no puedo hacer nada bien.
Hoy, por ejemplo, mientras intentaba ganar a Minho, en una estúpida carrera que me inventé, me caí por mantener mi vista en él. Me rasguñé la rodilla. Él mismo corrió hacia mí y sacó una tirita, me la puso y luego de apretar con fuerza, me besó en el lugar. Lo admiraba tanto.
Estaba harto y cansado de todo, cuando él me dijo unas palabras que me marcarían de por vida :
"Yo nunca me cansaré de tu forma de ser. Para mí, siempre serás mi Jisung, y ni nada ni nadie, podrá cambiarlo. Te lo prometo. Porque eres muy importante para mí, Jisung."
No supe muy bien cómo contestar, no sé cómo reaccionar a estos dichosos encantos de este hombre.
—Tú también lo eres para mí, Min. —conseguí pronunciar pegado a su pecho.
—¡Voy tarde! —abrumó mirando el reloj. —Lo siento, Ji, pero tengo que irme. ¡Cuídate!
Así en el momento que menos me esperaba, nuestras miradas se desviaron hasta que no se vieron, pero aquel sentimiento seguía dentro de mí. Él ha hecho algo dentro se mí y pienso averiguar qué es, sea como sea.
Minho
Fui corriendo lo más rápido que pude. De verdad que se me había echado el tiempo encima.
-—Minho, llegas dos minutos y 14 segundos tarde. —detalló con la mirada fija en el reloj. —¿Sabes el tiempo que hemos estado preocupados por ti?
—¿Qué? Papá yo-
—¡Punto en boca! ¡Castigado a tu cuarto!
No era la primera vez que me castigaban, pero tampoco es que fuera un angelito. Más que obligado fui a este. A los pocos minutos Louis me sirvió la cena.
Luego de terminar, pude reconocer unas voces muy familiares cerca de la puerta. Me puse detrás de esta.
—Está claro que lo consetimos demasiado. —Se me puso la piel de gallina al escuchar ese tono de voz tan cínico.
—No lo creo. Él también tiene que disfrutar de su vida antes de que sea rey. Además, tendrías que dejarle salir más.
—¡Anda ya, mujer! A mí edad no me dejaban salir tanto.
Perdí el hilo de la conversación, porque empecé a sentir mucha tristeza en mi cuerpo. Me tiré a la cama.
Me siento como si yo fuese el problema. El ver a tus padres discutir, siendo tú el tema de conversación, es algo que no le recomiendo a nadie.
Incluso cuando yo intentaba decirles algún problema mío, siempre le quitaban importancia y me echaban la culpa.
—¿No ves que estamos ocupados? Arregla al señor osito tú solo. —dijo el rey, en el trono, hablando con unos nobles.
—Pero papá, yo no sé-
—¡No quiero oír nada más! ¡Ya está bien, fuera! ¿No sabes valer por ti mismo?
ESTÁS LEYENDO
El Crepúsculo de los Inocentes [Minsung]
Romansa"𝑯𝒂𝒃𝒆𝒓𝒕𝒆 𝒄𝒐𝒏𝒐𝒄𝒊𝒅𝒐 𝒉𝒂 𝒔𝒊𝒅𝒐 𝒔𝒂𝒃𝒆𝒓 𝒗𝒆𝒓𝒅𝒂𝒅𝒆𝒓𝒂𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆 𝒍𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒆𝒔 𝒍𝒂 𝒇𝒆𝒍𝒊𝒄𝒊𝒅𝒂𝒅 𝒚 𝒆𝒔𝒕𝒂 𝒕𝒊𝒆𝒏𝒆 𝒕𝒖 𝒏𝒐𝒎𝒃𝒓𝒆." El famoso príncipe del pueblo Beaurevoir, de una Francia de la época Moderna...