Capítulo 5

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Bill y Stanford estaban decididos a descubrir quién era el traidor que estaba intentando robar las ideas de Stanford. Bill, con su personalidad astuta y manipuladora, comenzó a investigar.

— Necesitamos encontrar al culpable — dijo Bill, mientras miraba a Stanford. — Y cuando lo hagamos, lo pagarán.

Stanford asintió, sabiendo que Bill no se detendría hasta encontrar al traidor.

— ¿Qué piensas que debemos hacer? — preguntó Stanford.

Bill sonrió, mostrando sus dientes afilados.

— Déjame que maneje esto — dijo. — Yo conozco a personas que pueden ayudarnos.

Stanford se sintió un poco incómodo, sabiendo que Bill tenía conexiones con el lado oscuro.

— ¿Qué personas? — preguntó.

Bill se rió, mostrando su personalidad cínica.

— Personas que no te gustarían — dijo. — Pero son útiles.

Stanford se sintió asustado, sabiendo que Bill estaba dispuesto a hacer cualquier cosa para lograr sus objetivos.

— Bill, no quiero que hagas algo que te ponga en peligro — dijo.

Bill se acercó a Stanford y lo miró a los ojos.

— No te preocupes por mí — dijo. — Estoy hecho de piedra.

Y con eso, Bill desapareció en la noche, listo para comenzar su investigación.

Mientras tanto, Alex se encontraba en su habitación, pensando en la relación entre Bill y Stanford.

— No entiendo cómo Stanford puede amar a alguien como Bill — dijo para sí mismo.

De repente, escuchó un ruido detrás de él. Se dio la vuelta y vio a Bill parado en la puerta.

— ¿Qué estás haciendo aquí? — preguntó Alex, asustado.

Bill sonrió, mostrando su personalidad astuta.

— Solo vine a charlar — dijo. — ¿Quieres saber un secreto?

Alex se sintió incómodo, sabiendo que Bill no era alguien de confianza.

— No — dijo.

Bill se rió y se acercó a Alex.

— Vas a querer saber esto — dijo. — Es sobre Stanford.

Y con eso, Bill comenzó a hablar, revelando un secreto que cambiaría todo.

Atrapados en el Laberinto de la PasiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora