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Sus respiraciones cruzaban, todo era tan lento. Gianfranco pegó aún más sus cuerpos.

-Es obvio que es esto lo que querías, chiquita - susurró-¿por qué no aceptas que no querés a manuel?- preguntó antes de juntar sus labios en un deseado beso.

El jugueteo entre sus bocas era intenso, camila le seguía el juego a su -¿amigo?- de ojos marrones, quien dominaba absolutamente todo en ese momento.

La lengua de Gianfranco pidió permiso para entrar, y jara aceptó cual sumisa, dejando que pase y que tenga el control por completo.

Camila se sentía realmente en el paraíso, jamás había experimentado esa sensación de satisfacción, y sobre todo sentirse tan caliente. Tenía tanta necesidad de arrancarle la ropa al contrario lo antes posible. Sus manos antes tensas pasaron a rodear el cuello de Gianfranco, mientras este deslizaba sus propias manos al trasero de la peli negra, descaradamente.

Apretó y masajeó, generando aún más placer en camila.

Se separaron por la falta de aire, agitados por el

gran momento que habían tenido. La cara de la de lentes estaba aún más enrojecida que en un principio, y los ojos marrones estaban llenos de lujuria por tener esa imagen frente a sus ojos.

Las manos del morocho  viajaron por dentro de la remera de jara, acariciando la piel de su espalda. Causando escalofríos en camila por el repentino tacto.

-Cerrá los ojos- Gianfranco susurró con voz ronca.

Rió, pero no se negó. Confiaba en lo absurdo que nada malo iba a pasarle, y en ese momento estaba entregado por completo al de ojos marrones.

Odoguardi besó suavemente los pomposos labios para ir bajando lentamente por su cuello, succionando ocasionalmente, y causando jadeos que salían de la boca de camila.

Las manos de Gianfranco volvieron a viajar, esta vez desde la espalda hasta el pecho, y casualmente hasta los pezones ajenos. Levantó la remera para encontrarse con un abdomen, y los 'botones' de camila que estaban absurdamente parados.

Odoguardi besó desde el ombligo hasta llegar a uno de los dos pezones, lamiendo y succionando, mientras la  peli negra mordía su labio para no hacer ruido. Pasaba de uno a otro, haciéndolo como si fuese un hobbie que realizaba todos los días.

Camila colocó su mano en los cabellos oscuros, apretando ocasionalmente cuando el placer era demasiado. Jamás le habían hecho algo así.

Abrió sus ojos para ver esa preciosa imagen de Gianfranco chupándole sus tetas.

Una vez que se aburrió simplemente acomodó la camiseta contraria y volvió a los grandes labios rosas.

Jara sentía que iba a morir. Se sentía tan indefensa ante todos estos estímulos nuevos. Sus hormonas empezaba a salir a la luz.

Un golpe en la puerta los sobresaltó; -¡Ya fueron siete minutos! - gritó martina desde afuera.

Se separaron, Gianfranco limpio la boca de camila con su pulgar, acomodaron sus ropas y salieron por la puerta.

Las miradas de todos estaban en ellos, específicamente en el cuello de la peli negra, ahora marcado por un par de chupones que lo adornaban.

Gianfranco guiña un ojo antes de volver con sus amigos. Aprovechando eso, rápidamente catalina se acercó a camila y la apartó de las vistas de todos.

-¡Por dios! ¿Gianfranco será un vampiro?- sonrió burlón.

-¿Se nota mucho?- tocó su cuello.

-¡Sí!- cata estaba absurdamente emocionada no lo puedo creer, ¿qué pasó ahí?

-Bueno...- volteó su mirada hacia la multitud, buscando al de ojos marrones, este le sonrió a la distancia- lo que pasa en el paraíso, queda en el
paraíso- rió.

[...]

-Sos mejor que nadie marcando tu territorio-  bromeó Lourdes como siempre.

-Pero me parece que vas a tener problemas -nico observó que detrás de su amigo venía manuel, con una cara seria.

Gianfranco volteó; -¿Pasa algo, dons? - se cruzó de brazos, manteniéndose firme.

-¿Podemos hablar?- habló entre dientes mientras apretaba sus puños. Gianfranco rodó los ojos pero asintió vagamente. Siguió al azabache hacia afuera, sintiendo la mirada de camila en él.

-¿Tan resentido estás?- preguntó el otro cuando por fin estaban al aire libre.

-¿De qué hablás, manuel?- dijo indignado.

-No te hagas el boludo, Gianfranco. Camila tiene una marca en el cuello que se le ve desde China.

-¿Y? es un juego, manuel.

-Pero qué, ¿te pensás que no sé cómo la miras? te conozco Gianfranco, más de lo que pensás.

-¿Y qué tiene? Camila no es tuya.

-Era la idea. Me esfuerzo mucho para gustarle, ¿sabías?

-Y qué, ¿cuando sean novios lo vas a cagar como hiciste conmigo?

-Siempre te expliqué que no fue así.

-¡LOS VÍ, MANUEL! - se exaltó más de lo que debía.

-Ves, seguís resentido.

-¿Se supone que tengo que superarlo? me hubieses pagado vos la terapia, mogolico.

-Siempre fuiste tan dramático- rodó los ojos.

-Y vos siempre fuiste un pelotudo, pero nunca te dije nada y los ame a los dos, qué bajo que caí...

-Quiero que te alejes de camila. No te estoy jodiendo.

-¿Alejarme de quién? - una voz hizo que dons se paralice por completo. Su cuerpo entero se tensó.

Volteó para ver a la peli negra a la cara.

Gianfranco rió por lo bajo, sin decir una palabra, una sonrisa arrogante y burlona se hizo ver. Todo el teatro se le cayó a manuel por si solo, ese pelinegro si que era bueno para cagarla.

-cami... yo...- titubeó- te puedo explicar...

-¿Vos le estás pidiendo a Gianfranco que se aleje de mí? ¿qué te pasa? - se acercó aún más a ambos chicos para no elevar tanto el tono de voz.

-cami... estoy enamorado de vos- soltó, desplomandonse en el piso, como si fueran sus últimas palabras antes de morir. Gianfranco rodó los ojos, indignado. No dijo nada y observó a ver cómo intentaba continuar con su manipulación.

-¿Eso te da derecho a decidir con quién me junto? Manuel, yo no soy tuya. Ni de nadie-miró a Gianfranco -gian y yo somos amigos... 

-¡Gianfranco está resentido! - gritó, con una mano en su pecho- ¡te está usando! ¡está en mi contra! comenzó a llorar.

-Qué imaginación tenés para tener diecisiete años, qué fácil es para vos mentir- rió burlón, cruzado de brazos. Me voy. ¿Te parece si te levantas del piso y dejas de ser un ridículo? observó al pelinegro acurrucado en el césped.

-¿Me llevas a casa?- preguntó camila despreocupada, aunque debían hablar de eso luego.

-Te llevo a la mía - guinó un ojo.

Ambos caminaron por dentro de la fiesta hasta salir finalmente por la puerta principal.

-Me vas a explicar todo, Gianfranco. Todo- señaló mientras se subía a la motocicleta.

Suspiró pesado; - es una larga historia, te la cuento en casa mientras tomamos café - sonrió y emprendió viaje.

Continuar a la siguiente parte

WTBA  ( giamila ) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora