final 19

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Paseaban por el centro de Banfield tomados de la mano. Gianfranco le había mostrado un par de lugares turísticos. Hablaron de muchas cosas mientras, el morocho le contó que había ido el día anterior para preparar la casa.

-¿Querés que tomemos un café?- preguntó Odoguardi.

-Sí- aceptó la peli negra.

Caminaron un rato más hasta llegar a una cafetería que estaba llena, hasta había fila fuera.

-Este es la mejor cafetería- contó- dejá, yo hago que nos hagan pasar- aún tomados de la mano se adentraron al lugar. Una chica los vió y saludó a Gianfranco con la mano, se acercó a ellos con una sonrisa.

-¡Gian!- exclamó la chica- ¡Hola! qué bueno verte de nuevo- sonrió -bastante- según camila. "¿De nuevo?" pensó. "¿Ya se habían visto?"

-Hola roci - la saludó con un abrazo- ella es camila- la peli negra saludó extendiendo su mano, la cual fue correspondida.

-¡Un gusto! soy rocio - se presentó -¿necesitan una mesa? tengo una libre arriba.

-Por eso sos la mejor roci - le guiñó un ojo, en forma amistosa. Jara sentía algo raro en su estómago.

Subieron al segundo piso, y tal cual había dicho la chica, una mesa para dos era el único lugar vacío, gracias a eso pudieron sentarse.

-¡Ahora vuelvo!- dijo rocio antes de retirarse.

-¿Quién es?- jara usó un tono alegre para no hacer notar sus asquerosos celos.

-Una amiga mía de hace años, ayer cuando vine la visité, es la que me regaló la campera- explicó.

-Ah mirá- sonó desinteresada.

-Ey- tomó la mano contraria - ¿estás bien?

-Sí- dijo cortante. -Estoy bien.

-¿Segura?- camila se limitó a asentir. Gianfranco no entendía mucho lo que pasaba, pero intentó no darle tanta importancia.

Rocio, la chica de pelo corto, volvió con una sonrisa y un anotador en su mano; -¿Qué van a pedir?

-Traé la merienda especial, esa que te dije ayer- se levantó para susurrarle algo a su amiga. Jara hizo todo lo posible para no pegarle una -buena- trompada.

-Ahí les traigo- se fue, aún mostrando sus dientes en la sonrisa. "Agh, puta de mierda" pensó la peli negra.

-¿Por qué no me contaste de ella antes?- habló entre dientes.

-Porque no me pareció necesario, cami- se encogió de hombros- es mi amiga.

-¿Y qué le dijiste al oído?- notó que el ojos marrones se puso extrañamente nervioso, desviando la mirada constantemente. Algo estaba ocultando.

-Nada importante, chiquita. Tranquila- parecía estar mintiendo. Todo su lenguaje corporal lo decía, al menos así pensaba camila.

-¿Nada importante?- Gianfranco negó con la cabeza, sonriente. Jara quería gritar y romper la mesa en la que estaban sentados, pero para controlarse solamente respiró lentamente y contó hasta tres en su mente.

[...]

Luego de haber podido controlar sus emociones, mantuvieron una charla entre los dos. Odoguardi no podía sacar sus ojos de los labios de camila.

-¿Podés dejar de mirarme así?- preguntó la peli negra con un tono burlón.

-No- sonrió.

Jara desvió su mirada para encontrarse con la muchacha de pelo corto, traía una enorme bandeja, más grande que una habitual.

-¡Acá está su merienda!- exclamó rocio. Fue dejando todos los platos y las tazas; había una porción de pastel, medialunas, tostadas, un boul con frutas y un plato cubierto con una cúpula de metal. Algo especial seguro se guardaba allí dentro.

-Qué lo disfruten- guiñó un ojo esta vez hacía camila, este quedó perpleja ante la acción pero no le dió importancia.

Comenzaron a comer varias de las cosas que había en la mesa. Jara se estaba aguantando las ganas de destapar aquel plato misterioso, pero su instinto dijo que no lo haga.

-¿Te acordás la canción que cantabas el otro día en mi casa?- preguntó Gianfranco mientras tomaba un sorbo de café.

-¿Cuál? ¿la de nathy?- la peli negras ladeó su cabeza.

Odoguardi asintió;- sí, esa.

-¿Qué tiene?- se encontraba aún más confundida.

-Bueno hay algo que te quería preguntar hace rato...- desviaba su mirada nervioso, su cara mostraba las mejillas enrojecidas. -Quiero estar con vos, pase lo que pase, ¿okey? y...- tomó el plato tapado. Camila sentía sus ojos ya humedecidos. -¿Querés ser mi novia?- sacó aquella cúpula de metal perfectamente pulido y brillante. En ese pequeño plato, dos anillos hechos de papel. Uno tenía una "G" dibujada en azul y el otro una "C" dibujada en rojo -el color favorito de camila-.

El resto del lugar se había colmado de silencio. Las personas alrededor estaban atentas a la respuesta de la morocha, de hecho algunas grababan el momento.

Jara sentía que su corazón iba a salirse de su pecho, sus manos temblaban, y sus ojos color marrones sacaron un par de lágrimas.

Mordió su labio, y luego miró a Gianfranco, quien tenía un brillo sin igual. Desvió su vista a los anillos, parecían estar hechos perfectamente a mano.

-Sí, gianni. Obvio que quiero ser tu novia- los aplausos y gritos invadieron el ambiente. Ambos chicos se levantaron para besarse. Odoguardi tomó los anillos y los colocó en sus respectivas dedos.

-Te amo, camila jara.- Exclamó mientras lo miraba fijamente.

-Y yo a vos, Gianfranco Odoguardi - volvieron a besarse, la gente aún aclamaba a la nueva pareja.

Rocio, quien observaba desde lejos, miró con orgullo a su amigo, estaba feliz por ser cómplice del lindo plan.

-No podés ser tan tierno, te escondes abajo de esa campera de cuero y esa cara de malo, pero sos lo más lindo que hay- dijo burlón.

-Te dije, soy un hombre con sus cosas- ambos rieron. -No te voy a dejar ir nunca, chiquita.

-Espero que no- sonrió. -¿Cuando planeaste esto?

-Lo tengo pensado más o menos desde la primera vez que te ví.

-¿En serio?- el morocho asintió- te conquisté rápido eh.

-Sh, callate- rió.

-Callame vos- mordió su labio.

-Guardate esas ganas para después, estamos en un lugar público.- camila miró a su alrededor. Había olvidado por completo que estaban en una cafetería.

-Está bien.

Al final,  la capital Buenos Aires no igual de malo como camila lo planteó desde un primer momento, y agradecía profundamente haberse mudado. Nada iba a salir mal si estaban juntos.





FIN

WTBA  ( giamila ) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora