Capítulo 34.

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(Escenas explícitas en este cap, la primera parte es el Bokuroo y después tenemos puro Kenhina. Los puntitos son el salto por si desean no leer kajs

En fin, enjoy!)

Bokuto estira sus brazos saciado de comida, pasando una mano sobre su estómago sabiendo que pronto debería quemar todas las calorías que ha acumulado, el descanso previo al nuevo partido que decidiría su clasificatoria en la Copa Asiática es largo y corto a su vez. Pronto estarían devuelta a las canchas y supone que los entrenamientos regresarían con más fuerza.

“Te quedaste callado de repente” señala Kuroo a su lado preparándose un café, Bokuto se da cuenta que Kuroo bebe mucho café y alcohol.

“Pensando en que deberías de mejorar tu alimentación” señala Bokuto ignorando sus pensamientos del próximo partido.

“¿Qué? ¿Ahora eres coach mío?” se burla Kuroo como siempre y Bokuto le sigue el juego.

“Si, desde hoy, de hecho” Bokuto toma el café de sus manos y le da un trago “Oh, lo tomas amargo”

“Claro que si, no soy tan fan de los dulces” comenta Kuroo sin molestarse porque Bokuto haya tomado su taza de café, más bien lo observa divertido “Además, cuido mucho de mi salud”

“¿Hace cuánto que no entrenas?” pregunta Bokuto devolviendo la taza, volviendo a su posición en la silla volviendo a estirar sus brazos sobre su cabeza.

“Hace algunos años, tuve que centrarme en los negocios y dejé de ir al gimnasio” responde Kuroo tomando un sorbo de su café pensativo “Pero antes de eso era muy usual para mí, como capitán del equipo de vóleibol es normal”

“¡¿Capitán de Equipo de Vóleibol?!” Se sorprende Bokuto, recordando que en algún momento también jugó pero debido a que su técnica no funcionaba se enfocó en el fútbol.

“¿Acaso no se nota?” se ríe Kuroo sacando el pecho “Tengo el cuerpo de un bloqueador central”

“Oh por Dios” dice Bokuto tontamente antes de dar una palmada seca en el pecho de Kuroo quien se queja “Una de las razones por las que yo me retire del vóleibol”

“¿También lo estuviste tú?” pregunta Kuroo acariciándose el pecho con una sonrisa adolorida “¿Cuánto tiempo? ¿Por qué lo dejaste?”

“Dos años, pero mis compañeros y yo nunca conectamos, nadie entendía mis métodos y mi técnica estaba estancada” explica Bokuto encogiéndose de hombros “Y ya no disfrutaba tanto jugarlo, luego conocí el fútbol y mis patadas son más precisas que mis remates”

“Um… quizás necesitabas un mejor colocador o un buen equipo” Kuroo sugiere pensativo “Así que por eso tienes esa gran espalda”

Bokuto se ríe avergonzado: “No, no, eso es gracias al gimnasio, créeme” para demostrar su punto se pone de pie dándole la espalda a Kuroo, comenzando a flexionar sus brazos para dejar a la vista los músculos de su espalda “Son puro trabajo duro, nena”

El sonido de la silla chirriando no lo distrae mirando solamente sus brazos pensando que ha perdido volumen, quizás debería concentrarse más en…

“Si, puedo verlo” la voz de Kuroo cercana a su oído lo sorprende, pero Bokuto parece un ciervo solamente moviendo su cabeza para poder verlo, esperando a cualquier movimiento para correr “Tengo algo de envidia”

La mano de Kuroo pasa por su espalda baja hacia sus hombros erizando la piel de Bokuto quien no sabe si ha temblado ante el toque, el peliblanco solo cierra los ojos pensando en ovejas extraterrestres corriendo sobre un arcoiris para ignorar los fuertes latidos de su corazón.

Owl-Luv: Encuentra Tu Otra Mitad || KENHINA ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora