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Abrí lentamente los ojos, parpadeando contra la luz tenue que se filtraba por las cortinas

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Abrí lentamente los ojos, parpadeando contra la luz tenue que se filtraba por las cortinas. La habitación estaba en silencio, excepto por el leve zumbido de mi pulso en los oídos. Me di cuenta de que la cabeza me daba vueltas, una mezcla de pesadez y mareo que delataba los estragos del alcohol de la noche anterior.

Al girar la cabeza sobre la almohada, no había nadie a mi lado. Fue muy extraño; no traía puesto nada y mis recuerdos de la noche anterior habían sido casi borrados. El sonido insistente de mi teléfono rompió el momento. Con un gemido, extendí la mano hacia la mesita de noche, intentando enfocarme en la pantalla parpadeante que anunciaba una llamada entrante.

Mis dedos finalmente encontraron el dispositivo, pero la combinación del mareo y el sonido ensordecedor me hizo cerrarlo antes de poder leer quién llamaba. Dejé caer el teléfono sobre la cama y me llevé una mano a la frente, tratando de calmar la sensación de vértigo que me invadía. Con un suspiro, me recosté nuevamente, intentando recordar qué había pasado la noche anterior, mientras el sonido del teléfono seguía resonando en mi cabeza, como un eco distante del mundo exterior.

El corazón comenzó a latirme con fuerza cuando escuché un pequeño llanto. Chaeyoung se encontraba hecha bolita en una esquina, sus manos cubrían su rostro mientras se lamentaba. Al mirarla nuevamente, mi respiración se aceleró, y un nudo de ansiedad se formó en mi estómago. El mareo y la resaca pasaron a segundo plano cuando recordé que no debería estar ahí, no con Chaeng, y menos así.

—Chaengie... —Intenté pararme, pero recordé que no traía nada puesto. —Perdóname...

Un nudo se fue formando en mi garganta, mientras mi mente intentaba desesperadamente juntar los fragmentos de la noche anterior. Me mordí el labio inferior, tratando de mantener la calma, pero el sonido del teléfono, que había ignorado antes, ahora parecía ensordecedor.

— Mina... Esto no es correcto. Desperté a tu lado sin nada de ropa. ¿Qué mierda pasó anoche? — La coreana se levantó, caminó hacia mí y me dio un pequeño empujón. — Un perdón no solucionará nada, fui una completa idiota.

Su voz comenzaba a cortarse aún más; sabía que le dolía, y mucho. Zion es un buen hombre, y se terminó acostando conmigo.

— Chaeyoung, espera... Fue mutuo, ambas estábamos...

— ¡Eso no lo hace correcto! — me interrumpió, mientras veía que sus lágrimas comenzaban a caer nuevamente de sus ojos. — ¡Tú sabías que esto estaba mal y aun así...!

Traté de alcanzar su mano, pero dio un paso atrás, negando con la cabeza.

— No puedo creer que dejé que esto pasara... Ahora no sé qué hacer. ¿Cómo se supone que le explique esto? Todo lo que pasó anoche fue un error. Solo olvida lo que sucedió entre nosotras... —Lo último lo dijo en un pequeño susurro.

Mi corazón volvió a romperse en mil pedazos. Todo lo que pasó y comenzaba a recordar, lo tendría que olvidar. Todo fue un estúpido error, algo que nunca debió pasar.

THIRTY DAYS || MiChaeng ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora