Capítulo XV. Nunca

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Miércoles

Iba corriendo a toda prisa por los pasillos donde varias personas les ven extraño, no creyendo lo que escuchó de su amigo, Ae viene a su lado y aunque aun le duele un tanto, su dolor pasa a segundo plano cuando le ha dicho que Tin y Blue estában discutiendo allá afuera.

Y es que ayer, cuando su amigo fue a buscarle, le contó todo lo que había pasado, lloró un poco pero se prometió controlarse, lo habían tomado desprevenido y ni siquiera, había podido meter las manos. Ambos se habían aprovechado de que estaba solo y mejor, esperando a que diera media vuelta para golpearle primero.

Ae corre, Can también pero ya no puede hacerlo más. Le duelen las costillas.

-- ¡Ni deberíamos de ir! -- su amigo le ve -- ¡déjalos!

-- ¡Pues si no lo hago por Blue! -- respira -- ¡¿Y si suspenden a Tin?! ¡No!

-- ¡Blue te golpeó!

-- ¡Debiste quedarte callado!

-- ¡Estaba molesto!

Can niega, pero tenía razón, porque ayer en la noche, justo cuando habían dejado de hablar, Tin había llegado, les llevó a casa y como era tan extraño, había dejado primero a Can, sano y salvo, Ae le había contando todo y con lujo de detalles para que Tin lo supiera.

Por eso iban ahora ahí, mirándo como más de cerca Tin tiene a Blue pegado al suelo, pero el otro no puede ponerse de pie.

-- ¡Tin ya déjalo! -- le habla -- ¡Déjalo ya!

Él otro le mira, le ignora al verle y mejor hunde su cara en el pasto, luego poniendose de pie, le patea un poco, Can ve a su alrededor, teme que los vean o los graben y solo decide entrar y tomar a ese castaño lleno de tierra, haciendo que deje a ese tipo en el suelo y le jalonea.

-- Ya... -- niega -- ¿Estás loco? ¿Quieres que te suspendan?

-- Él te golpeó a ti. -- le mira -- espero que se vaya arrastrando a su casa.

-- Vamos ya.

Le jala, mirando al mismo tiempo como Blue trata de levantarse, se queja al moverse pero no ha dicho nada, solo le mira, baja la vista y niega enojado.

-- ¡Dile!

Le grita Tin.

-- Lo siento.

Blue avienta una piedra a su lado, enojado, molesto, golpeado, Can ni siquiera le voltea a ver y solo jala a Tin para irse de ahí de una vez antes de que lleguen.

-- Vamonos...

Ae va a su lado, los tres yendose rápido y Tin volteando a ver a ese tipo que aun está en el suelo viendoles.

-- Debiste dejarlo así. -- Can le sacude -- Vas a meterte en problemas.

-- ¿Y dejarlo así?

-- Si.

-- ¿Y todavía le defiendes? -- le ve enojado -- todavía ni siquiera caminas bien y estás defendiéndolo.

-- Solo no debiste.

-- Déjalo así entonces. Ve y ayudalo si quieres.

Quitando las manos de su ropa, Tin le mira, Ae se voltea y cuando decide entrar en su conversación, aquel tipo castaño iba caminando a toda prisa para irse de ahí, volteando con Can, el cual cruza los brazos y suspira cansado.

-- Ahora se enojo conmigo. -- le mira el pelinegro

-- ¿Había dejado de estarlo?

Ae le hace una mueca ante lo confusoque que dijo, haciendo que Can se voltee y mejor cruce la calle para irse también.

A QUE NO ME DEJAS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora