Capítulo IV. Suerte

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Era un total desastre.

Estaba irritado, molesto y cansado, casi son las siete de la tarde y aun no lo logra, tiene casi tres horas ahí y no logra hacer ese glaseado espejo de cereza. ¡Era una burla!

Aguada, espesa, perfecta pero sin el brillo, está harto, avienta la cazuela a un lado y frota su cara, era un chiste, tenía que presentar eso en la segunda clase y no puede, ¿Estará batiendo mucho? ¿Mucho saborizante? ¿Mucho...

Lo que sea pero no puede.
Y le jode, porque casi puede oir a su madre decirle; "¿Podrias curar a alguien con eso?". No, pero si podia enfermarlo. Levanta la cabeza, suspira un poco y está tentado a pedirle ayuda a Ae, pero no quiere del todo, estan "peleados", se podría decir aunque no haya nada en concreto, desde que se fue molesto ese día donde defendía a Tin, su amigo no le ha querido responder él mensaje que le mandó anoche.

Esta enojado.
Lo sabía, pero ¿Qué podría hacer? Tin le servía y mucho, le sacaba cuanto podía y no debía dejarlo ir.

La puerta se abre, voltea rápidamente a su derecha y espera que no sea el guardia pidiéndole irse. Solo necesitaba una última oportunidad o iría a pedirle ayuda a su amigo así en que se tragara su orgullo.

Pero lo que se tragó fue la saliva. Porque aquellos ojos negros se fijaron en los suyos, ese cabello negro, lo miró pegarse en esa frente y casi se le cae la cuchara de la mano.

-- Tu. -- le dice ese chico -- ¿Can? ¿Verdad?

-- Hum... -- traga saliva

-- ¿Qué haces aquí tan tarde? -- sonríe

-- Lo mismo te pregunto.

-- Estaba en la biblioteca pero recordé que deje mi juego de cuchillos. -- se acerca a él -- ¿Qué haces?

-- Mi intento de glaseado.... -- suspira -- una mierda.

-- ¿No pudes? -- alza sus ceja

-- Es el efecto espejo.

-- Oh...

Asiente un poco, luego sonríe al verlo y se acerca mas, tomando el bowl, le prueba un poco al meter su dedo y le mira fijo.

-- Mucha grenetina.

-- ¿Ah? -- alza sus cejas

-- ¿Estas haciendo bien todo?

-- Pues... -- hace una mueca -- si....

-- No. -- le mira -- si pones más o menos, no te saldra.

-- Haber...

Mira el libro que tiene al lado, leyendo todo lo que puede a cerca de ese tema y voltea al frente donde Blue le mira fijamente.

-- Tal vez tengas razon. -- bufa avergonzado -- no e leido bien... tantas horas y no se me ocurrió verificar.

-- Suerte que llegué. -- sonríe

-- Es mi día...

Ambos sonríen, mirándose un momento y Can baja la vista. ¿Le estaba mirando mucho o era su imaginación?

-- Oye.. -- sonríe -- ¿Tienes pareja?

-- ¿Ah? -- abrió los ojos

-- Si... tu. El chico del otro día. -- le ve -- El que dijiste que ibas a matar... -- sonríe

Can abrió los ojos, los colores se le fueron al rostro pero no entendía que le queria decir, ¿Le estaba coqueteando?

-- Y que tiene que ver... -- carraspea

A QUE NO ME DEJAS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora