Cut to the bone

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Merlina salió de la biblioteca con un par de libros nuevos. Estaba atardeciendo y cuando caminó frente al parque, escuchó la inconfundible risa de Enid. No pudo evitar girar el rostro hacia donde estaba la chica. Por supuesto, Ajax estaba a su lado, pero también estaba Tyler, colocando bolsas de compras en la parte trasera de su carro.

Tal vez Enid sintió la mirada profunda de Merlina o sus intenciones asesinas, pero de cualquier manera alzó la vista y su risa se perdió al verla.

Ajax no tardó en reconocer lo que sucedía y Tyler, curioso por el silencio, se enderezó.

— Vámonos — dijo Enid, encerrándose en la parte trasera del auto.

Por un momento, los ojos de Merlina y Tyler se conectaron y una especie de furia sin fundamentos la embriagó. Se marchó con pasos rápidos. Y muy adentro, en una parte que ella nunca reconocería, le habia dolido que ninguno la buscara.

El resto de la tarde, Merlina había permanecido encerrada en su habitación. Sentada frente a su máquina de escribir y con su papelera cada vez más llena a medida que pasaban las horas y cada intento de escribir terminara en una idea desechada. Su teléfono estaba a un lado de la máquina de escribir y de tanto en tanto, lo fulminaba con la mirada, como si fuera culpa del dispositivo no recibir ningún mensaje.

Finalmente, cuando la luna dominaba el cielo, Merlina se levantó y caminó hasta la ventana de su habitación. Desde ahi podia ver el invernadero de su madre y más atrás el bosque por el que solía escabullirse. A esa hora, normalmente ya estaría caminando hasta la casa de él. 

Soltó un lento y profundo suspiro, y regresó a su escritorio.

Solo un par de minutos habían pasado cuando tocaron a la puerta de su habitación.

— Cariño —dijo Morticia, abriendo levemente la puerta. — Tu amigo del invernadero está aquí.

El corazón de Merlina se detuvo y se giró bruscamente hacia ella.

— No se de que estas hablando, madre.

Morticia esbozó una diminuta sonrisa cómplice y sus ojos oscuros brillaron con travesura.

— Oh, por supuesto que no, cariño. No me gustaría que tu padre lo retara a un duelo, antes de que sepa defenderse apropiadamente.

Morticia se hizo a un lado para darle paso aún muy avergonzado Tyler que parecía petrificado en su lugar.

Merlina se levantó y tomó al chico del brazo antes de cerrar la puerta en las narices de su madre.

— ¿Qué haces aquí?

— ¿Tu mamá sabe?

— Lo sabe ahora que no paras de visitarme.

— Solo he venido dos veces.

— Y son dos veces más que el resto de mis conocidos. ¿Qué quieres?

Merlina cruzó los brazos sobre su pecho, su enojo de aquella tarde volvía a ella.

— Te estuve esperando.

La frase y el tono suave de Tyler lograron desarmar a Merlina.

—Pensé encontrarte antes de que llegaras a casa, pero veo que no tenías intenciones de ir.

Con una mirada que se debatía entre la curiosidad y resignación, Tyler dio un vistazo general a la habitación de Merlina. Ella se aclaró su garganta y sin saber por qué, alisó su vestido oscuro.

— Supuse que tendrías a alguna fiesta esta noche.

Por unos segundos, Tyler pareció confuso hasta que sus ojos se agrandaron y sus cejas se elevaron debajo de sus rizos.

Cruel Summer #WylerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora