If I bleed you'll be the last to know

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— Oh, por...

Merlina se mordió la lengua antes de terminar la frase y sintió como toda su piel se erizaba. Bajó su mirada hacia sus piernas y observó los desordenados rizos de Tyler entre ellas. Su mano se aferró con más fuerza a las sábanas debajo de ella y su cadera se movió buscando nuevamente ese punto que la había estremecido.

Tyler se separó y comenzó a repartir una serie de besos en el interior de sus muslos, mientras que sus dedos entraba fácilmente en ella y la hacía estrecharse para él.

Para sorpresa de Merlina, Tyler había cumplido al pie de la letra sus condiciones. No más citas, no más encuentros en el café, no más visitas a su casa, no más charlas triviales.

Cuando coincidía con sus amigos, él era cordial pero se mantenía alejado y luego debia oir como Enid se quejaba porque no entendía lo que le sucedía.

— Tal vez solo respeta tu espacio personal — le dijo una vez y Merlina quiso rodar sus ojos ya que media hora atrás no había existido ningún espacio personal entre ellos dos. Si tan solo Enid supiera...

Muy pronto, Merlina comenzó a percatarse de las desventajas de cada una de las reglas establecidas. 

Por ejemplo, con la regla número dos, sin contacto personal en público, había llevado a que Tyler pasara más tiempo junto a Divina y que ella debía ver como ambos charlaban por horas. Cuando esto sucedía, Merlina se tragaba su propia bilis y se daba la vuelta buscando el sitio más alejado que encontrará.

—Tyler — llamó Merlina en un suspiró, tomándolo del cabello.

El chico dejó su pierna y se arrastró hacia ella devorando sus labios. Con manos temblorosas, Merlina buscó soltar su hebilla.

Lo quería adentro de ella.

Lo quería ya.

Logró soltar su cinturón y comenzó de inmediato con los botones del pantalón mientras tocaba la gran erección del chico sobre su tela.

Tyler se presionó contra ella y sintió como su duro miembro rozaba su clítoris. Dejó caer su cabeza hacía atrás, rodando sus ojos y de pronto...

De pronto, una alarma comenzó a sonar de forma alocada y Merlina sintió su corazón saltar desesperado.

— No... — dijo, dándole voz a sus pensamiento y sujetando con fuerza la camisa de Tyler, pero como si de una orden se tratara, él se separó bruscamente de ella.

Tenía los labios inflamado por los besos y en su barbilla se podía apreciar el brillo de los jugos de Merlina en él. Sus ojos parecían dos pozos negros, completamente dilatados y salvajes y su cabello estaba totalmente desordenado.

Se miraba caótico, demencial.

Se miraba perfecto.

— El tiempo se ha acabado — dijo con voz afectada y su pecho subiendo y bajando, agitado.

— Solo sigue.

Tyler negó con su cabeza y chasqueó su lengua.

— Si quiero volver a tenerte aquí debo seguir tus reglas.

Merlina quiso decirle que si quería que regresara era mejor que terminara lo que había empezado y dejara de tonterías. No tuvo tiempo, Tyler se levantó del suelo y se encerró en el baño.

Merlina soltó un resoplido y cerró sus ojos.

No era la primera vez que pasaba eso y la frustración comenzaba a acumularse en su interior.

La número tres fue sido la peor de todas las reglas. 

La primera vez que se reunieron en casa de Tyler, después del viaje y tener sexo en el vestidores del hotel olvidando las reglas uno, dos y tres; Tyler se había detenido y había colocado la alarma.

Cruel Summer #WylerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora