Arthur.

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Llegó diciembre y con eso muchas más tareas para Lia. Entre las prácticas de Quidditch, Ed y las responsabilidades de prefecta y sin hablar de las tareas que le ponían los profesores, la chica apenas tenía tiempo para respirar.

-Ya no aguanto. -Le dijo esa mañana a sus amigos en el desayuno.

-Pues deberías dejar de hacerles las tareas a los chicos. -Le recriminó Hermione.

-Solo los ayudo, son muy idiotas para hacerlas solos.

-¡Hey! -Se quejaron Harry y Ron al mismo tiempo.

-¿Quieren que los deje de ayudar?

-Estamos bien como idiotas. -Dijo Ron metiendo una cucharada de avena en la boca.


Esa tarde era la última reunión del ED antes de las vacaciones de Navidad.

-Bien chicos. -Dijo Lia que llegaba de un entrenamiento de Quidditch. -Estaba pensando que hoy podríamos ver impedimenta. -Hubieron muchas cabezas asintiendo, así que Lia continuó. -Muy bien. Como siempre, primero el movimiento, es como si estuvieran haciendo la boca de una carita feliz, nada muy exagerado. Alguien lánceme algo. -Mala idea, desde mucho lugares salieron volando cosas en dirección a Lia. -¡Impedimenta! -Gritó asustada, logrando frenar todos los objetos. -Okey, para la próxima especificaré. Como vieron, lo que hace el hechizo es hacer que el objeto se detenga por unos segundos. Ahora quiero que ustedes lo intenten.

Está fue la clase más divertida para Lia. Se pasó toda la tarde tirándoles objetos al azar a sus compañeros.

-Vamos Neville. -Le dijo mientras le tiraba unas pelotas que encontró. -Tú puedes, yo lo sé.

-Sería más simple si me dijeras cuando.

-En una batalla de verdad nadie te va a avisar cuando te van a atacar. Concéntrate, yo sé que puedes.

El chico no pudo, pero Lia no se preocupó, ya lo lograrían en sus clases particulares (Las cuales fueron acortadas por las responsabilidades de Lia).

-Bien chicos. Todos han avanzado muy bien, probablemente después de navidad les enseñe a hacer un patronus, pero debo advertirles, no todo mago es capaz de hacer uno, así que no se decepcionen si no pueden.

Cuando estaban saliendo, Lia vio como Harry y Cho se quedaban solos. No le gustó mucho esa idea, no quería a esa chica de cuñada. La verdad era que la única cuñada que quería era Hermione.

De todas formas los dejó solos, no iba a intervenir.


Harry se demoró más de media hora en llegar a la sala común. Lia estaba con Ron y Hermione, esta última le escribía un testamento a Viktor.

-¿Por qué has tardado tanto? -Le preguntó distraídamente Ron.

-Bueno...

-Harry Potter ¿Qué ha pasado? -Preguntó Lia temiendo lo peor.

-Nada... -Susurró el chico.

-¿Me estás diciendo que te quedaste solo con Cho y no pasó nada?

-¿Se besaron? -Preguntó Hermione. Cualquier persona pensaría que fue una pregunta curiosa de amiga, pero Lia sabía que le dolían esas palabras.

Harry no dijo nada, pero no era necesario palabras para que todos entendieran la respuesta. Lia estuvo apunto de hablar cuando Hermione se levantó y se fue.

-¿Y qué le pasó? -Preguntó Ron con un dije de celos en su voz.

-Quizás... Quizás fue a enviarle la lechuza a Viktor...

Lia Potter y la orden del fenix.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora