Capítulo 3: Una Advertencia y Algo Casual

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    ~Kaveh POV~

    Me había costado comprender lo que el doctor Baizhu me había dicho. Me quedé tantos segundos en silencio, que el ambiente se estaba volviendo raro. Tighnari también parecía estar demasiado inmerso en sus pensamientos. Me giré para ver si él me miraba, pero sólo miraba hacia el suelo, muy concentrado, me parecía a mí.
    —Alhaitham no quiso entrar en tantos detalles cuando nos explicó qué era —comenzó Tighnari—, pero siempre asumimos que era un vampiro, por el tema de la sangre. ¿Está seguro de que está bien que usted nos cuente que es uno?
    —Ustedes ya parecen ser conscientes de esta información, dado a que Kaveh tiene La Marca. ¿Tiene caso alguno negar lo obvio? —El doctor Baizhu se sentó junto a mí—. Claro que no compartiré detalles tan específicos, pero tampoco le veo tanto problema a compartir información mínima y necesaria.
    Miré a Tighnari, quién observaba con desconfianza al doctor Baizhu. Era consciente de que Tighnari tenía sus reservas hacia Alhaitham en cierto modo, pero ahora me daba cuenta de que en realidad era hacia todos los vampiros. Sabía que, de cierta manera, tenía razón, puesto que habíamos conocido a Childe también, quien no se contenía a la hora de ver sangre, o cuando menos no tanto. Por otro lado, Alhaitham parecía un buen sujeto, pero terminó siendo un manipulador también. Ahora que lo pensaba mejor, ambos eran manipuladores. ¿Sería algo propio de los vampiros ser manipuladores?
    —¿Soy... hijo de Deirdre? —pregunté con temor de la respuesta—. Quiero decir... leí un poco de su diario y...
    —¡¿Que tú... QUÉ?!
    El doctor Baizhu se levantó de manera violenta, acercándose a pasos un tanto veloces hacia mí. Tighnari no lo dudó, levantó su arco y lo tensó, apuntando directo a su cabeza. Yo también me sentía algo atemorizado, a decir verdad. Conocía de primera mano la fuerza que un vampiro podía tener, y no era algo que quisiera experimentar de nuevo.
    —No dé un paso más o le juro que le dispararé aquí y ahora mismo —amenazó Tighnari de manera firme.
    —¿Crees que puedes contra mí, muchacho? —Sus ojos parecían brillar y su mirada siniestra se dirigía a Tighnari—. ¿Piensas que no podría cercenarte los brazos en un abrir y cerrar de ojos? Sin embargo, eso no será necesario, sólo necesito privacidad.
    Baizhu le lanzó un tipo de semilla que dejaba un rastro humoso y verde detrás. Intenté detenerla, pero fue más veloz que yo. Observé con temor cómo Tighnari cayó al piso inconsciente. Me levanté de la cama y revisé que aún respirara. No me importaba si era el maldito rey del mundo, si este imbécil había matado a Tighnari, lo mataría.
    —No necesitas preocuparte, sólo lo dormí, pero aún vive. En cuanto a ti, —Baizhu apareció a mi lado en un abrir y cerrar de ojos—, ¿por qué leíste "El Hechizo Supremo de Deirdre"?
    Baizhu me tomó del brazo y me empujó contra una pared. Su rostro parecía sereno, pero su rabia podía notarse a través de su mirada, la cual parecía estar a punto de asesinarme. La fuerza impuesta sobre mis brazos parecía estar a punto de quebrarlos.
    —Lo encontré por accidente en la casa de mi vampiro, —comencé a explicar rápidamente para evitar que me rompiera los brazos—, y luego Childe me hizo leer el diario de su madre para torturarme porque iba a matarme.
    —¿Childe sigue vivo? —Asentí, entonces me soltó con una gran expresión de sorpresa marcada en su rostro—. Ese infeliz no debería de seguir vivo, se supone que fue quemado vivo.
    Me causaba mucha curiosidad ahora saber la realidad, pero aún me perturbaba más pensar que existía la posibilidad de que ese bastardo fuera mi hermano. De ser así, ¿él lo sabía? ¿Acaso con ese propósito se había acercado a mí, porque sentía un tipo de odio hacia mí? Pero eso no sería lógico, yo no era vampiro.
    —Doctor, —le llamé, a pesar del miedo que había sentido hace unos instantes—, perdón que insista pero, ¿soy hijo de Deirdre? No tendría sentido para mí, por muchos motivos, pero tengo entendido que todos los de ese lugar murieron, a excepción de Deirdre, claro.
    —Sí, todos murieron, menos Deirdre... y Adeline.
    —¿Perdón? —pregunté sin comprender.
    —Es el nombre que le dieron a una niña cuya existencia no pudo ser comprobada jamás. Se dice que Deirdre escribió en su diario sobre ella, sobre una niña "fantasma", que logró escapar de las garras de aquel genocidio. —Baizhu parecía tan calmado como antes—. Se dice que esa niña era la hija de Deirdre de antes de todo lo que sucedió; una niña a la que mandó a los confines de Teyvat para que no fuera encontrada.
    —Entonces... ¿soy descendiente directo de Deirdre?
    —Existe una amplia posibilidad de que lo seas. Claro que no está comprobado. —Baizhu se acercó a mí, olfateando mi cuello como un sabueso—. Ahora entiendo por qué todos los vampiros parecen anhelar tu sangre: es tan adictiva y especial como la de Deirdre lo era para Niccolò.
    —Por favor, no lo haga.
    —No te preocupes, no lo haré. No me gusta sanar pacientes sólo para dañarlos más después. —Baizhu se acercó más de lo debido a mí, acercando sus labios a mi oreja, y comenzó a susurrar—. Sólo ten presente que tu existencia traerá problemas al mundo entero, y siempre serás como la droga más adictiva para cualquier vampiro. Yo tengo años de práctica, y sé controlarme, pero no todos los vampiros serán iguales. La Marca era una bendición para ti, pero estar sin ella podría ser tu perdición.
    —Aléjese de Kaveh. —Kaeya se encontraba a tan sólo unos centímetros de mí, con la espada desenvainada—. No sé qué clase de pretexto podría tener para acercarse de una manera tan inmoral a él, pero no lo permitiré.
    —No se preocupe, sólo era una recomendación. yo ya me iba, puesto que ya terminé mi trabajo aquí. Espero verte en un futuro otra vez, Kaveh. —Baizhu comenzó a caminar hacia la puerta—. Oh, ahora recuerdo el nombre del hombre que me suplicó que te salvara. Un chico lo llamó "escriba Alhaitham". Adiós.
    Aún seguía con las manos temblorosas y el corazón desbocado, seguí con la mirada a Baizhu hasta que llegó a la puerta y salió. Mis piernas se desplomaron en cuanto lo perdí de vista. Sentía que ya no podía seguir manteniéndome de pie.
    —¿Kaveh? ¿Estás bien?
    —¿Eh? —Lo miré confundido, tenía demasiado en la cabeza—. ¡Kaeya! Tighnari está inconsciente, por favor, llama a Zakariya para que venga a revisarlo.
    Gateé hasta Tighnari, revisando que su corazón siguiera latiendo y que su respiración siguiera funcionando normalmente. Parecía estar bien, pero aún así, no me gustaba que estuviera desmayado, y menos por mi culpa. Además, había caído mal, se había pegado contra el sillón al perder el conocimiento.
    —¿Tighnari? Tighnari, por favor despierta. —Lo agité un poco—. Por favor, responde.
    —¿Tighnari? —Dirigí mi mirada hacia la puerta, donde se encontraba un Cyno con el rostro lleno de pavor—. ¡Tighnari! ¿Qué pasó? Kaveh, por favor, dime qué sucedió. ¿Qué tiene Tighnari?
    —Cyno, tranquilízate, por favor. —Intenté calmarlo al verlo tan agitado—. Sólo perdió el conocimiento, pero ya llamé a Zakariya.
    —¿Perdió el conocimiento? —Pareció angustiarlo más de lo que ya estaba—. ¿Por qué? ¿Mencionó que se sentía mal antes de desmayarse? ¿Qué pasó?
    —Bueno... En realidad fue mi culpa. —Cyno me miró confundido—. Lo siento, Cyno, lo que pasó es que un doctor milagroso vino a verme, pero resultó ser un vampiro y al enterarse de algo, intentó atacarme.
    —¡¿Un vampiro?! ¡¿Atacarte?! —Cyno me miró de arriba a abajo.
    —Sí, pero tranquilízate, estoy bien. Tighnari tensó su arco y lo amenazó y él le echó una hierba extraña que dejaba un rastro de humo verde, y en cuanto tocó a Tighnari él perdió el conocimiento.
    Cyno me miró, aún confundido y frunciendo algunas veces el ceño. Parecía querer decirme algo, pero su cabeza estaba tan llena de pensamientos, que no dejaba espacio para formar palabras con sus labios. Me dio unas cuantas palmadas en la espalda mientras negaba con la cabeza y luego abrazó a Tighnari.
    Zakariya llegó corriendo junto con Kaeya. Se acercó a Tighnari y comenzó a revisarlo. Nos dijo que no parecía tener ninguna herida más que un pequeño golpe en la cabeza, pero que no era algo de cuidado. Lo colocó sobre la que solía ser mi cama para revisarlo, comentando que sólo era un procedimiento en lo que recobraba el conocimiento y después nos dejó a solas.
    En la espera a que Tighnari despertara, me encargué de quitarme la ropa de hospital y cambiarme a la ropa que Cyno me había traído, ropa de mi guardarropa y con la que me sentía cómodo. Ahora sólo estaba sentado en un sillón junto a Kaeya. Los tres en silencio.
    —Kaveh —me llamó Cyno, quien estaba a lado de su amado, tomándole la mano.
    —¿Qué pasó, Cyno? —Me acerqué a él—. ¿Necesitas ayuda con algo?
    —No fue tu culpa lo que pasó. —Me miró a los ojos—. Tighnari quiso defenderte, fue un daño colateral, pero no fue tu culpa. Quiero que lo tengas en mente porque sé que sueles echarte la culpa de todo, y esto no lo es.
    —No puedo evitar sentirme culpable. —Kaeya me reconfortó acariciando mi espalda—. Sé que no es nada grave, pero Tighnari no merecía que esto le pasara por defenderme. Debí haber sido yo y no él. Es lo único que puedo pensar.
    —No es algo que él hubiera querido, ni yo tampoco. —Acarició su mano—. Kaveh, me gustaría tener un tiempo a solas con Tighnari. Además, creo que a Collei le daría gusto verte. Deberías darte una vuelta por Villa Gandharva.
    —Sí, claro. —Tomé mi maletín con las pocas cosas que tenía dentro—. Iré a darme una vuelta y a tranquilizar a Collei. ¿Quieres que le diga lo de Tighnari?
    —No, ya le diremos cuando regresemos. No quiero preocuparla.
    —De acuerdo.
    —Kaveh, si me lo permites, me gustaría ir contigo. —Kaeya me miraba con ojos de cachorro—. No quiero que nada te pase, y pienso que sería conveniente si te acompaño en el camino. Si te molesta o no quieres que vaya, puedo ir lejos de ti, sólo quiero asegurarme de que llenes sano y salvo.
    —Está bien, no tengo problema. De hecho, me sentiría mucho mejor contigo acompañándome. Creo que podríamos ponernos al día con otras muchas situaciones.

El Colmillo en mi Hombro: La Página Extraviada || Haikaveh AU || Segunda Parte||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora