7. Picnic

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Arin se dirigió al cuarto de su hija encontrándose con una escena sumamente tierna, tanto el niño como aquel chico se encontraba durmiendo en la cama de la menor derrotados por el cansancio, tan solo pudo sonreír, mirando aquella escena.

-Este tipo de momentos, son los que más se recuerdan, ¿no lo crees?

Arin miró a Ana, quien miraba atenta con una suave sonrisa hacia ambos.

-Ana.

-Escuche todo lo que le dijiste a esos dos agentes, en verdad planeas cuidar de...

-Siempre me la pase fuera intentando mantener feliz a Tilly -susurro tomando las cosas regadas de su hija para acomodarlas- creía que si le daba todo ella sería feliz, pero estaba equivocado. Quackity estuvo para mi hija, cuando yo solo la alejaba, puede que antes tan solo la cuidaba entreteniendo con sus aventuras, pero aun así, hizo mucho más que yo. Por eso creo que le debo tantas cosas.

-¿y qué planeas? Mañana no tienes trabajo.

-Puede que salga con ambos a buscar más pistas sobre Quackity. O tal vez un picnic fuera en el campo-tosió suavemente.

-Vaya, hace tiempo no te veo de esa manera-rio la mujer.

-¿De qué hablas?

-Oh no es nada, preparare todo -se fue canturreando, causando que el hombre la mirara confundido, para mirar otra vez a ambos sonriendo alejándose de ahí.

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-No entiendo porque tienes que llevar ese gorro de tela a todos lados.

Comentó Arin saliendo del auto mientras su hija salía corriendo con Ana, al extenso campo frente a ellos donde varias familias estaban disfrutando el día, Quackity seguía al contrario frunciendo un poco el ceño levemente.

-¿Disculpa? Es parte de mi estilo.

-Y que estilo es ese...

-Siempre tengo este gorro de tela es especial para mí.

-¿un regalo?

-Algo así. Lo que sí fue un regalo fue el avión que Tubbo vuela. Un minuto... y si trabajo como aviador.

-¿Qué? Joder, no quiero que asesines a nadie.

-Oye, antes de conocer a mi mejor amigo me la pasaba viajando en el avión. No es nada del otro mundo.

-Sabes cómo pilotar un avión, pero no cocinar u otra cosa menos compleja.

-Oye, estoy aprendiendo. Si me dejarás conducir...

-Ah no, hasta que esté seguro de que no causaras que termines en el hospital de nuevo lo pensaré.

-Arin-le llamó una voz, ambos miraron a Samuel y a Auron, quienes esperan a ambos ya montando el picnic.

-Genial, el príncipe de cuarta también vino.

-Créeme que a mí tampoco me da alegría verte-ambos se miraron frunciendo el ceño.

-Oigan chicos, podrían dejar de pelear -susurro Arin.

-Se ven tan tiernos peleando como niños-comentó su otro amigo.

-Claro que no-contestaron ambos sorprendiéndome por verse e ignorarse.

-Quackity , Quackity -llegó la pequeña, tomando de la mano al chico-¿podemos jugar?

-No lo sé Tilin. Se supone que debo mantener mi estatus en secreto-bajo la voz para que solo la niña le escuchara, quien se cubrió su boca asintiendo.

Life's a game (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora