24. Peor error

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–¿Por qué estás tan molesto ahora Arin?

Preguntó su mejor amigo, mientras este suspiraba.

–Samu, ¿tú qué opinas de Quackity?

–¿Qué opino de la ave? Nada malo, ¿por qué?

Este suspiro.

–No me agrada ese sujeto parecido a mi.

–Arin... ¿acaso hizo algo que te moleste?

–Me dio un consejo que nunca pedí, dijo que debería dejar de ver a Quackity, porque no lo acepto como es en realidad. Él no sabe nada, fui yo quien cuidó de él desde que llegó aquí, yo he hecho todo por que esté bien, que sabrá él.

El médico se quedó en silencio, extrañando un poco por aquel nuevo comportamiento de su amigo. Usualmente era tranquilo y parecía nada molestarle, pero desde la llegada de aquel chico todo había cambiado.

–Arin, ¿en serio quieres a Quackity con honestidad o no es porque está llenando un vacío?

–Pero qué dices Samu...

–Creo que esta versión tuya tiene algo de razón. Desde que llegó Quackity con nosotros, has hecho de todo para cambiarlo.

–Es por su bien, este mundo no es como el suyo.

–Eso lo entiendo, pero... No puedes obligarle a comportarse, como a ti te parezca.

–Yo no...

–Lo haces, ¿y te ha funcionado? Siempre terminaron chocando incluso después de lo que sucedió hace un año, Quackity sólo se adaptó a ti para evitar seguir peleando, pero ahora que finalmente llegaron sus amigos y gente que en verdad lo acepta como es realmente. Nuevamente salió esa alegría suya y tú no estás aceptando ese cambio.

–Samuel...

–Se que lo quieres, pero el concepto de quererlo no es suficiente. Él no te ve de la misma manera que tú lo haces, porque él nunca ha necesitado de ti. Pudo haberse ido con Cellbit y Bagi, pudo simplemente irse y dejarte a Tilly y a ti, pero no lo hizo. ¿Quién en realidad necesita de quien? ¿Él a ustedes o ustedes a él? Ya cumplio su parte con tu hija, te volvio a conectar con ella, pero simplemente seguiste aferrándote como un niño pequeño porque conociste aquella felicidad. Pero creo que va siendo hora de que comiences a separar esa obsesión que tienes por él, solo estas lastimando a ambos y a tu hija en el proceso.

Arin simplemente se sentía algo desanimado, mientras su amigo salía de aquella oficina. El hombre detuvo su vista en aquella fotografía en su escritorio, la cual era del recién cumpleaños de su hija, deteniéndose en aquel chico que parecía como siempre feliz.

–Te lo advertí, todo lo que esté relacionado a él, termina siendo destruido.

Noto a Alexis Canard, quien se encontraba en la puerta de su oficina.

–Señor Canard...

–No tienes que fingir, escucha todo lo que tu amigo te dijo. Vaya, con que ahora no solo es uno, son dos.

–Se que piensa de Manía, pero sigo creyendo que debe haber otra solución.

El pelinegro soltó una risa burlona.

–A pesar de que esa creación extraña te rechazo sigues protegiéndolo, pero que dulce Johns.

–Señor hablo en serio, si le diera una oportunidad...

–No, la decisión está tomada y tú solo tienes un trabajo. Si continúas intentando hacerme cambiar, creo que ya no necesitare de tus servicios, continua solo haciendo música, para eso te estoy pagando.

Life's a game (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora