9. Quackity y Quackity

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Una llamada hizo que Arin llegará lo más rápido que pudiera hasta la escuela de su hija, al parecer Tilly se encontraba con fiebre al momento de llegar la guiaran a la enfermería y al entrar se encontró a su hija dormida en las piernas de Quackity, quien lo miraba acariciando su cabello.

-En verdad es muy agradable su hermano-comentó la maestra-vino justo cuando hablamos con él, no tardo nada, tal vez se encontraba cerca de aquí.

-Ah sí...-sonrió para acercarse -No tenías que venir.

-No pude dejar sola a Tilly, le prometí estar con ella cuándo me necesitara.

-Pero este es mi problema, soy su padre.

-Y yo soy héroe-lo encaró para volver a ver a la pequeña.

-Sabes a puesto que si fueras padre, serías muy bueno -ante esto, Quackity se sorprendió sonriendo avergonzado.

-La verdad lo dudo. Odio los compromisos, son algo que me aterra. Por eso, creo que te debo una disculpa por lo de ese día, no fue mi intención.

-No tienes que disculparte, entiendo bien que no puedas darme la respuesta que espero-suspiró levantándose-vamos, me dieron el día después de la llamada, pero mañana tendré que volver al trabajo y quedarme a dormir ahí.

El hombre tomó a su hija, mientras el chico lo seguía, al llegar a casa Arin de inmediato dejo a su hija en su cuarto mientras Ana la cuidaba.

-¿En serio planeas dejarla  otra vez sola? -pregunto el menor, mientras el contrario le daba la espalda.

-Quackity, no es algo que me agrade, pero es parte de mi trabajo. Entiende que…

-Solo te excusas con eso.

-¿Por qué siempre te pones a la defensiva con ese tema? No eres nada de Tilly como para que me reclames de esa manera.

-¡Porque sé cómo se siente que te dejen de lado! Se lo que se siente que la persona más admiras prefiera su trabajo que a ti. Por esa razón también odio los compromisos.

-Quackity...

-Olvídalo, tienes razón. No soy nadie como para juzgarte o decirte lo que debes hacer, pero te daré un consejo, si no quieres que ella te odie cuando crezca, dale un poco de atención debes en cuando, tal vez tu yo del futuro te agradezca.

El castaño se encontraba sumamente molesto, no podía concentrarse en su trabajo.

Por lo que decidió ir a comer algo, para poder distraerse, mandó algunos mensajes a Ana preguntándole sobre el resfriado de Tilin, la mujer le envió algunas fotos donde Quackity se encontraba jugando con su pequeña hija, una sonrisa no pudo evitar aparecer en él para negarse, recordando las palabras del contrario.

-Suena que soy un pésimo padre, ese chico ni siquiera sabe lo que es ser un adulto con responsabilidades.

No fue hasta que miro afuera suyo un chico igual a Quackity, rápidamente pagó la cuenta llegando hasta donde estaba aquel chico, quien se mantenía sentado en la parada.

-¿Quackity?-El nombrado lo miro dedicándole una sonrisa.

-Hola.

-¿Qué haces aquí? Creí que estabas con Tilly.

-Pensaba en verte.

-¿Verme? ¿por qué? -el contrario tan solo lo miro con aquella sonrisa, causando que
Arin le mirara confundido, había algo extraño en él-¿Te sientes bien?

-Perfectamente, ¿tienes tiempo? Tal vez podamos buscar algo que me guie a mi
hogar.

-¿No estás molesto por lo de ayer?

Life's a game (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora