Capítulo 6

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Nota del autor: Escuché esta canción y no pude evitar pensar en Damian. Creo que se sentiría muy identificado con la letra, sobre todo en esta historia. No es música de ambiente, pero son libres de escucharla mientras leen el capítulo para un momento más triste :')

Esa noche, Damian envió un mensaje a Jon, citándolo en un lugar que ambos conocían bien, un callejón en Gotham donde solían hablar cuando patrullaban juntos. Se puso su traje de Robin, no porque quisiera mostrarse como el héroe, sino porque en ese traje se sentía más él mismo, más fuerte. Pero por dentro, su corazón latía con fuerza. Sabía que esto sería una de las conversaciones más difíciles de su vida.

Mientras esperaba en lo alto del edificio, con el viento frío de Gotham soplando en su capa, sus pensamientos lo atormentaban. ¿Qué diría exactamente? ¿Cómo podría confesar algo tan profundo y doloroso sin desmoronarse por completo? Pero no tuvo mucho tiempo para seguir pensando, porque pronto Jon apareció, descendiendo con suavidad desde el cielo. Superboy aterrizó con su usual sonrisa, esa que siempre había reconfortado a Damian, pero que ahora solo hacía que el nudo en su pecho apretara más.

—Hey, Damian, ¿todo bien? —preguntó Jon, con ese tono amable que siempre usaba, sin sospechar lo que estaba a punto de suceder.

Damian tragó saliva, intentando mantener la compostura. Asintió levemente, y sin perder más tiempo, comenzó a hablar.

—Jon... hay algo que necesito decirte. Algo que he estado guardando durante mucho tiempo.

Jon frunció el ceño, notando el tono serio de su amigo. Dio un paso más cerca, mostrando preocupación.

—¿Qué pasa? —preguntó suavemente.

Damian miró al suelo por un momento, sus manos se cerraron en puños, tratando de mantener el control. Las palabras empezaron a fluir, aunque su voz estaba temblorosa.

—He estado guardando esto por años, Jon. Desde que éramos niños, desde que patrullábamos juntos y... y me di cuenta de que eras más que mi mejor amigo. —Damian se detuvo, su voz se quebraba y la presión en su pecho crecía—. Siempre he sentido algo por ti. Algo más profundo. Pero nunca tuve el valor de decírtelo, porque... porque pensé que lo arruinaría todo.

Jon lo miró en silencio, claramente sorprendido por la confesión. No dijo nada, pero dio un paso más cerca, preocupado por la creciente emoción en Damian.

Damian respiró hondo, luchando contra las lágrimas que amenazaban con salir. Sus palabras continuaron, aunque cada vez era más difícil hablar.

—Y ahora te veo con Jay... y eres feliz. Y eso es lo único que siempre he querido para ti. Quiero que seas feliz. Pero no puedo seguir así sin decirte lo que siento. —Apretó los labios, su voz se quebró aún más mientras sentía que las lágrimas comenzaban a rodar por sus mejillas—. Me duele, Jon. Me duele más de lo que pensaba.

Fue entonces que Damian se quitó el antifaz. No podía seguir escondiéndose detrás de él, no cuando las lágrimas ya corrían por su rostro sin control. Limpió con torpeza las lágrimas que seguían cayendo, sin importar cuánto intentara detenerlas. Era la primera vez en todos sus años de amistad que Jon lo veía llorar.

Jon, visiblemente afectado por lo que veía, dio un paso más hacia él, estirando una mano para tocar su hombro.

—Damian, yo no sabía... —comenzó Jon, pero fue interrumpido.

—No me digas nada aún —dijo Damian, con la voz entrecortada—. Solo quería que lo supieras. No espero nada de ti. No quiero que te sientas mal o que cambies lo que tienes con Jay. Pero necesitaba ser honesto contigo, necesitaba sacarlo... porque si no lo hacía, me iba a consumir por dentro.

Jon lo miró con una mezcla de tristeza y preocupación, claramente afectado al ver a Damian tan vulnerable. Nunca había imaginado que su mejor amigo estaba cargando con algo tan pesado durante tanto tiempo.

—Damian... yo...

Damian levantó una mano para detenerlo, sacudiendo la cabeza.

—No tienes que decir nada ahora, Jon. Sé que eres feliz con Jay, y eso es lo que importa. Solo... necesitaba que lo supieras.

Por unos segundos, el silencio reinó entre ambos, roto solo por el suave viento de la noche. Damian se limpió una vez más las lágrimas, enderezándose, tratando de recuperar el control.

—Voy a estar bien —dijo, aunque su voz aún era débil—. Solo... necesito algo de tiempo. Pero seguiré siendo tu amigo. Eso nunca va a cambiar.

Jon asintió, aún visiblemente conmovido. Se acercó más y, con mucho cuidado, lo abrazó. Damian, por un instante, se permitió aferrarse a su mejor amigo, aunque sabía que esto sería lo más cercano que estaría de él en ese sentido.

Cuando finalmente se separaron, Jon lo miró con una suavidad que pocas veces le había mostrado.

—Gracias por ser honesto conmigo, Damian. Eres... increíblemente valiente por decirme esto. Y nunca querría que nuestra amistad cambiara por algo así.

Damian asintió una vez más, aunque el dolor aún estaba ahí. Sabía que necesitaría tiempo para sanar, pero al menos ahora había sido honesto consigo mismo y con Jon.

—Nos vemos, Jon —dijo Damian, dando un paso hacia atrás.

Superboy le dedicó una última sonrisa antes de elevarse hacia el cielo y desaparecer entre las nubes.

Damian se quedó allí, solo bajo las estrellas, con la brisa fría de la noche acariciando su rostro. Ahora, sabía que podría seguir adelante, aunque su corazón tardaría en sanar.

Damian se acostó en el frío suelo del techo del edificio, mirando el cielo oscuro lleno de estrellas, como si buscara respuestas en ellas. El sonido de su corazón aún retumbaba en sus oídos, fuerte, doloroso, como un eco de lo que acababa de suceder. Se preguntaba si Jon también lo había escuchado. Después de todo, con su super oído, no habría sido difícil. La imagen de Jon volando hacia el cielo seguía clavada en su mente, y aunque sabía que había hecho lo correcto al ser honesto, la sensación de derrota lo invadía.

Era una amargura que apenas podía soportar. Había guardado esos sentimientos durante tanto tiempo, convenciéndose de que podría manejarlo solo, que tal vez desaparecerían con el tiempo. Pero el amor que sentía por Jon solo había crecido, enraizándose en su corazón de una manera que ahora dolía con cada latido. ¿Cómo podía haber sido tan ingenuo? Pensar que guardarlos en la oscuridad los haría más fáciles de sobrellevar. Pero lo que había hecho era encerrarse en una prisión emocional, y ahora, esa prisión lo estaba devorando.

Sabía que había perdido la oportunidad de ser honesto mucho antes. Y ahora, Jon estaba con alguien más, alguien que había sido lo suficientemente valiente como para expresar sus sentimientos desde el principio. La amargura no era solo hacia Jay, sino hacia sí mismo. Sabía que Jon era feliz, y eso debería haber sido suficiente. Sin embargo, esa noche, el peso de su propia felicidad perdida lo aplastaba. No pudo encontrar el valor para volver a la mansión Wayne. No podía enfrentar a Bruce, Alfred o cualquier otro. 

No con su corazón hecho pedazos. No con su orgullo roto.

Jon tiene novio (Jondami)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora