Jon tiene novio (Jondami)

Capítulo 15

Los primeros segundos, Damian estuvo rígido, sin saber cómo reaccionar. Había soñado con esto, lo había deseado en silencio por años, pero ahora que estaba sucediendo, sentía miedo. ¿Y si esto era solo una confusión para Jon? ¿Y si después de este momento, todo volvía a ser como antes, o peor, si Jon se arrepentía? Sin embargo, esos pensamientos desaparecieron cuando Jon lo acercó más, profundizando el beso con una ternura que hizo que Damian sintiera que su mundo se paralizaba.

Cuando finalmente se separaron, ambos estaban sin aliento. Jon lo miró a los ojos, con ese azul brillante que siempre había proyectado confianza y sinceridad.

—Damian... —susurró Jon, casi como si tuviera miedo de romper el hechizo que los envolvía—. No puedo seguir fingiendo que esto no es real. No sé si me estoy equivocando o si esto va a funcionar, pero lo que siento por ti es más que amistad.

Damian tragó saliva, sintiendo su pecho oprimido por las emociones. Las palabras de Jon resonaban en su mente, como si no pudiera procesarlas del todo. Una parte de él quería saltar y gritar de felicidad, mientras que otra, más pequeña y oscura, dudaba. Después de todo, él siempre había sido el más pragmático, el que mantenía sus sentimientos bajo control. Pero con Jon... con Jon todo se desbordaba, y no sabía cómo manejarlo.

—Jon... —dijo, con la voz apenas un murmullo—. Yo...

No pudo terminar la frase. Estaba demasiado abrumado por todo lo que sentía. Su cuerpo temblaba, y su mente no podía formular las palabras correctas, pero sus ojos lo decían todo. Jon lo vio, entendió lo que Damian no podía decir. Y, por primera vez, Jon sintió que había algo que no podía resolver solo con su fuerza o con sus poderes. Damian necesitaba tiempo, y Jon estaba dispuesto a darle ese tiempo, porque él también tenía miedo.

—No tienes que decir nada ahora —añadió Jon suavemente—. No te estoy pidiendo que lo hagas. Solo quería que lo supieras.

Damian asintió lentamente, tratando de recomponerse. Se llevó una mano al rostro, frotándose los ojos como si quisiera despejar las emociones que se arremolinaban dentro de él.

—Jon... —empezó de nuevo, esta vez su voz un poco más firme—. Esto... esto no es fácil para mí.

—Lo sé —respondió Jon, inclinándose un poco hacia él, manteniendo esa conexión—. Y tampoco es fácil para mí.

Hubo un silencio entre ellos, pero no era incómodo. Era un silencio lleno de entendimiento, de cosas que no necesitaban ser dichas en ese momento. Damian bajó la mirada al suelo, tomando una profunda respiración.

—Yo... no sé qué hacer ahora —confesó finalmente Damian, mirando el horizonte—. No soy como tú, Jon. No soy tan bueno para expresar lo que siento, y esto... esto es complicado. Nunca he sido bueno en... estas cosas.

—No tienes que serlo —dijo Jon, con una leve sonrisa—. No espero que tengas todas las respuestas ahora mismo. Solo quiero que sepas que estoy aquí, y que lo que siento no va a desaparecer.

Damian lo miró de reojo, su corazón latiendo con fuerza. Quería creerle, quería entregarse a esa esperanza que Jon le ofrecía, pero el miedo seguía presente, como una sombra que no podía ignorar. Durante tanto tiempo, había mantenido sus sentimientos enterrados, convencido de que Jon nunca lo vería de esa manera. Y ahora, todo había cambiado. Pero, ¿realmente podía aceptar ese cambio? ¿Podía permitir que Jon se acercara tanto?

Antes de que pudiera procesar más sus pensamientos, Jon habló de nuevo, esta vez con un tono más suave, pero más firme.

—Damian, pase lo que pase, no tienes que decidir ahora. Podemos tomarnos el tiempo que necesitemos, pero quiero que sepas que lo que siento es real.