No sé en qué momento llegué a este lugar. ¿Dónde estaba? ¿Qué hago acá? Miré a mi alrededor y distinguí una sombra, la cual pertenecía a mi amigo Jack.
-Al fin despiertas. Pensé que tendría que llamar a alguna de las Valkyrias ya me tenías preocupado -dijo mientras se sentaba al borde de la cama con una expresión serena.
-¿Dónde estamos? ¿En qué momento? -me quedé tocando mi cuerpo-. ¿Soy joven otra vez? -me levanté en busca de algo donde pudiera ver mi reflejo. Estaba feliz, o eso creo.
Me acerqué a una de las ventanas de aquella habitación y vi mi rostro. Mi pelo castaño... ya no tenía el cabello blanco como cuando fallecí. ¿Qué había pasado? Miré a Jack, confusa.
-¿Qué sucedió? ¿Dónde estamos? ¿Por qué...? -mi voz se quebró mientras me invadía una mezcla de felicidad y ansiedad-. ¿Por qué soy joven otra vez y tú...? -lo abracé con fuerza-. No supe más de ti desde la última vez que peleamos... -lloré en su hombro con desesperación-. Dime que esto no es un sueño...
Jack me abrazó y acarició mi cabeza como si fuera una niña pequeña.
-No es un sueño, (T/N) -me dijo suavemente.
Lo miré, pero las lágrimas no dejaban de caer en mi mente, solo surgió el recuerdo de la última vez que peleamos Jack no creía en mí, no creía que yo tenía algo especial.
Yo veía cosas más allá de las personas, pero él me llamó loca.
Aunque, irónicamente, él también estaba loco, el decía que podía ver los colores de las personas, al principio pensé que era algún comentario racista, pero luego comprendí a qué se refería.Jack soltó una risa tan peculiar como siempre
-Madame, me llamaron para ser un peleador en el Ragnarok, para combatir contra un dios... o eso me dijo una de las Valkyrias. Pero no acepté la propuesta de inmediato, no sin antes pedir que te trajeran de vuelta también a ti.Tomó mi rostro entre sus manos, secando mis lágrimas
-Acepté el Ragnarok con la condición de que te devolvieran a la vida también, y solo para decirte que... -hizo una pausa-. Lo siento, no quería que nuestra amistad terminara de la manera más tonta.
Estaba atónita.. Jack disculpándose era lo más extraño del mundo, pero sabía que lo hacía de corazón.
Lo miré con una leve mueca de felicidad y lo abracé nuevamente.-Yo también te extrañé, Jack -dije mientras una ligera risa escapaba de mis labios- Aún recuerdo la noche en que casi me matas.
Jack rió suavemente, con ese tono peculiar que siempre me había resultado familiar. Recordé cómo, aquella noche, cuando casi me quitó la vida, se ahogó con su propia saliva.
Sin dudarlo, lo ayudé para que no muriera asfixiado, y desde entonces nos volvimos inseparables, aunque siempre tuvimos nuestras diferencias.
Él nunca creyó en lo que yo veía más allá de las personas, las sombras que me acechaban, pero me llamaba loca... Y sin embargo, él también veía cosas, aunque diferentes a las mías.Su risa se detuvo por un momento, y me miró con la misma expresión serena de antes.
-Sí... cómo olvidarlo -dijo, sonriendo.
Nos sentamos nuevamente en la cama, y comencé a contarle todo lo que había sido de mi vida.
No llegué a conocer a alguien con quien formar una familia, pero tuve un sobrino, el hijo de mi hermana, al que amé como si fuera mío, sin embargo, por cosas de trabajo, mi hermana se mudó a otro estado, y terminé perdiendo contacto con ellos.
Le conté cada detalle a Jack, mientras él me escuchaba en silencio.-Y tú, Jack... ¿Qué hiciste después de que nos separamos? -pregunté con curiosidad, aunque en el fondo ya sabía la respuesta.
Jack soltó una pequeña risa, pero no respondió de inmediato en su mirada había algo oscuro, familiar, pero también una leve tristeza.
Supuse que había vuelto a lo mismo de antes, a lo único que sabía hacer: asesinar. Tanto a mujeres como a hombres. No podía juzgarlo.
Ambos estábamos locos, cada uno a nuestra manera.
ESTÁS LEYENDO
Amor y Destrucción (Beelzebub x Lectora)
Fiksi PenggemarEn el enigmático Valhalla, T/N, una joven que lucha por desenterrar los recuerdos de una infancia envuelta en sombras, se encuentra con Beelzebub, un ser temido por su fría indiferencia, intrigado por su búsqueda de la verdad, él se acerca, pero una...