Capítulo 12. Dale su presa al León

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—Van a traer algo de cenar, ¿en serio no quieres nada? —Charles se sentó frente a Checo, el omega estaba en el balcón de la habitación de Lewis, sentado en una de las sillas de descanso que se encontraban ahí, Charles tomó una también y se acomodó frente al omega.

—No, gracias. Creo que no tengo estómago para pasar nada. —Intentó aparentar que estaba bien, cuando Carlos y Charles habían llegado ahí, había estado llorando, no quería preocupar a nadie ni dar más molestias.

—Le dije a Carlos que trajera algo para Patito, en caso de que despierte y tenga hambre.

—Gracias, Charles... dios... cómo fui a olvidarme, seguro despertará con hambre. —Hubo algo de angustia en su tono, Charles no lo juzgaba, estaba seguro de que con todo lo que tenía en la cabeza, la comida era lo último en su mente.

—Descuida. Le dije que trajera leche con chocolate también, sé que le gusta.

—Sí, le gusta mucho. Todas las mañanas me pide que le haga un vaso de leche con chocolate. Por eso no entendía por qué me pedía pecho después. —Charles pareció sonrojarse por eso, pero sonrió, en realidad era una visión adorable.

—Ocasionó mucho revuelo, Max no estaba tan emocionado porque todos te vieran, pero bueno, es un alfa criado a la antigua, le ha costado mucho romper ciertos esquemas.

—Quisiera poder recordarlo, recordar todo eso de él, de esa forma no me sentiría tan alejado y perdido en nuestra relación. Es difícil intentarlo, trato de confiar en nuestro lazo, pero esta vez no sé si será suficiente. —Puso una mano en su vientre y la mantuvo ahí, pensando en las emociones de su omega, era como si ahora pudiera percibirlo, la angustia y desesperación que sintió cuando estaba en el hospital al despertar, no se trataba solo de su cachorro del que todos hablaban, se trataba más bien del cachorro del que nadie hablaba, del que nadie le había dicho nada.

—Checo... confía en nosotros. Lo que sea que estés sintiendo, créeme que puedes confiar en nosotros. Lo único que queremos es protegerte. Aun si tiene que ser de Max, te prometo que solo queremos protegerte, a ti y a Patito.

El mayor levantó la mirada hacia Charles y suspiró un momento antes de mirar hacia las luces de la noche. Estaba fresco y se abrigaba con una chaqueta de Lewis, pero, aunque el aroma a frutos rojos fuese agradable, no era el aroma a naranjas que tanto le gustaba.

—¿Cómo lo superaste, Charles? ¿Cómo avanzaste después de perder a tu primer cachorro? —Preguntó en voz baja, casi perdido en sus pensamientos. Las preguntas provocaron una punzada de dolor en el pecho de Charles e intentó recuperarse.

—Lo recuerdas...

—Sí... y también... también lo recuerdo a él...

Charles se recargó en la silla y miró hacia las luces de la noche, sin saber qué decir en realidad. Checo estaba reviviendo todos esos recuerdos de forma dolorosa, sabía que no preguntaba de forma egoísta o grosera, Checo y Max habían sido los únicos que habían sabido de la pérdida de su cachorro, habían estado ahí con él y lo habían ayudado a mejorarse. Max y él habían sido una clase de apoyo que no se había esperado y que lo había ayudado a salir del hoyo en el que se hundió, en el que Carlos y él habían caído.

Ellos sabían de lo del bebé de Checo, porque habían estado con Max tan pronto les había sido posible, todavía lo habían encontrado desecho, era el segundo día que estaba en el hospital y seguía con su traje de carreras, era un desastre de llanto y dolor, apestaba a tristeza, tenía fiebre y parecía que alucinaba. En su dolor les había dicho lo que sucedió, lo que le habían arrebatado, porque quizá de alguna manera ellos le entenderían, sabrían consolarlo, quizá decirle algo que hiciera mejor las cosas, pero no pudieron. Lo único que habían conseguido era que Max se diera un baño, se pusiera ropa cómoda, comiera algo y dejara que lo canalizaran para que se le bajara la fiebre. También le habían puesto parches bloqueadores de aroma, lo cual le ayudaría a calmarse y en cuanto el doctor le había dicho que el pulso cardíaco de Checo se estabilizaba gracias a que las hormonas de tristeza del alfa se habían calmado, Max decidió no quitarse los parches para nada y tratar de mantenerse estable.

Por si un día me recuerdas {Chestappen}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora